¡Hola a todo el mundo!
Este fin de semana, la gran mayoría de los miembros de la Grupeta Cicloturista Léon se habían marchado hasta Cabezón de la Sal para acometer el primer gran reto de la temporada. Los 10.000 del Soplao. Me encantaría poder haceros una buena crónica acerca de todas las aventuras y desventuras en esta marcha pero me temo que no pude acudir.
Pero tranquilos. No está todo perdido. Hace algún tiempo, Jorge, miembro de la Grupeta, compartió con todos nosotros sus experiencias en el Passo dello Stelvio, convirtiéndose así en colaborador del blog. Y como cicloturista de reconocido prestigio, ¿cómo iba a faltar al Soplao?
Por tanto, el amigo Jorge os presenta su nueva colaboración en CICLOTURISMO EN LEÓN. A partir de ahora, se pone a tirar de la grupeta Jorge. Juntaos y pillad una buena rueda....
LOS 10.000 DEL SOPLAO
Es el “día después” y el infierno cántabro (como así se conoce a esta clásica) me ha dejado una mezcla de cansancio brutal y nostalgia, pues una prueba así requiere de muchas horas de entrenamiento que se resumen en tan sólo las 9 horas que se tarda en hacer el recorrido.
Hombre, la nostalgia viene también de las risas que nos pasamos, pero…… empecemos desde el principio.
Nos aventuramos Deivid, JR, Elías 2, Sergio, Buka y Jorge (yo mismo) a una salvajada que requiere un punto de locura que a ninguno nos falta, desde luego. El hotel le correspondía buscarlo al Deivid y menos mal, porque la última vez la elección la hizo JR y acabamos durmiendo en un lugar….digamos…. peculiar, donde había que quitarte las telarañas al entrar en la habitación y estuvo una orquesta tocando canciones de pachanga hasta las cinco de la mañana. Pues el hotel de Deivid estaba muy bien. Buen plato de pasta para cenar, chulas habitaciones y el siempre bienvenido favor de que te dejen ducharte por la tarde sin coste adicional.
Mientras cenábamos spaguetis a la carbonara, Elías preguntaba nervioso de todo: ¿Qué ropa nos ponemos? ¿Corto o largo?.... era su primera marcha y todos adivinamos que no iba a dormir nada de nada aquella noche. La primera marcha, clásica… es muy especial. ¿A quién no se le ha escapado una lagrimilla la primera vez que acaba Lagos de Covadonga? A mi sí, lo confieso.
Como ya nos pasara en Lagos 2012, salimos del hotel a última hora: Que si no tengo agua que si la naturaleza llama, que se me ha olvidado el dorsal…. Por lo menos esta vez no nos encontramos 3000 tíos de frente porque ya habían dado la salida.
El infierno cántabro estaba a punto de comenzar y nos deseamos suerte: “Que no se caiga nadie” esto es lo más importante. Elías y Sergio empezaron a tirar de tal forma que ya no les vimos más. JR, Deivid y yo nos quedamos juntos hasta que vimos a un compañero del club, miccionando (por ser fino) al lado de un contenedor: “BUUUUUUUUUKAAAAAAA” – “Ya voyyyyyyyyyyyy”, se juntó a nosotros y el Deivid prefirió ir a su ritmo. El Buka como está como una bestia nos subió todos los puertos. Sólo nos faltaba agarrarnos a él. Y como está sobrado pues encima hablaba sin parar. Menudas risas….
Vimos de todo mientras íbamos adelantando a todo el mundo subiendo Piedrasluengas (40 kms que si bien es tendido se hace eterno): Un tío tiró la bici contra la cuneta de rabia, gente con un pajarón de los que hacen época…. El caso es que tras un poco más de 9 horas llegamos. Allí estaban las bestias pardas de Elías y Sergio, que se habían quedado fríos de esperarnos y luego llegó Deivid.
Os podéis imaginar tras 225 kms y 4000 mts de desnivel cómo estábamos…. Bufffff pero como dijo JR: “Ahora no queremos ver la bici ni en pintura pero el martes volveremos a quedar”.
La belleza de los lugares por donde trascurre “el Soplao” es impresionante. Del mar a los Picos de Europa, pasando por rías, playas, cañones, hoces……
Ayer, al terminar, me acorde de una entrada de Dani en el blog que hablaba del “carpe diem” y es que es así: debemos aprovechar cada instante y hacer aquellas cosas que nos produzcan felicidad. En la bici, a mi me pasa como a Dani; Soy capaz de resolver muchos problemas que están atascados y me permite ver las cosas con mucha más claridad.
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