martes, 31 de marzo de 2015

Una de Moto GP, casualidades, aventuras e ilusiones.

¡Hola a todo el mundo!

Curiosa. Muy curiosa la última semana. Digamos que hemos pasado por estos lares norteños, por todo tipo de estaciones. Me explico.

Si contamos, en este ir y venir climático, desde el domingo pasado, me ha caído encima nieve, también agua, algo de niebla en la cima del Puerto de Aralla, también pude "disfrutar" de muchísimo frío, muchísimo viento y de más familia. 

Sin embargo, desde hace dos o tres días, el mejor resumen que os puedo hacer es el siguiente...


Y ya había ganas por aquí. Menudo invierno como mandan los cánones hemos padecido. Por eso, días como los que estamos teniendo, los disfrutamos tantísimo. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana ha estado muy bien. 

Tuvimos salida del CLUB CICLISTA ASFALTO LEÓN. Sábado y domingo, pero esta vez, desde León capital, para variar un poco. Y también, para variar un poco, el sábado éramos mucha más gente que el domingo. 

De hecho, el domingo salimos el Buka y yo solos, en amor y compañía. Y cómo nos presta, ¡madre del cielo! 

Cuando salimos juntos en bici, y de cervezas también, tenemos ese tipo de relación en la que, sin necesidad de decir las cosas, las hacemos y punto. 

El sábado, fue curioso, pero sin tener que hablar y concretar que nos íbamos a castigar duro, lo hicimos. ¡Vaya que sí! En un abrir y cerrar de ojos, nos vimos a 38 km/h, contra el viento y rodando en paralelo. Y el domingo, repetimos operación en varios tramos.

Pero los domingos, como son sagrados, hicimos parada en La Robla para tomar unos cafés y unas torrijas y, de esta manera, las juntamos con la que ya tenemos nosotros de serie y con la que somos tan felices. Pero, eso sí, cuando pudimos sentarnos en el bar a tomar estos manjares, ya estaba todo quemado y bien quemado porque, qué cañita nos dimos.


Subimos por el embalse de Selgas, momento en el que nos adelantaron dos moteros como a 150 por hora y, por el canto de un duro, no se dan de morros con un grupo de ciclistas que iban rodando muy elegantes ellos, por el arcén....DE LA IZQUIERDA, con cola de coches por detrás, tres en concreto, que seguramente estaban super contentos. Por cierto. En el punto en el que vimos tal aberración, existen cuatro carriles, así que calculad lo bien que iban los compadres. Por cuestión de tres minutos, los moteros, que iban demasiado rápido, no se trincan a cosa de veinte ciclistas. Los moteros, mal. Los ciclistas, lamentable. Pero eso es otro tema en el que no voy a entrar y quien quiera, que pregunte.

Y por otro lado, como han cambiado la dichosa hora de invierno (menos mal), hoy lunes ya he podido salir del curro con más relajación, coger la bici y rodar más tranquilamente sin miedo a que se me haga de noche en un abrir y cerrar de ojos.

Esta semana, lo que centra mi atención es el próximo finde, porque doy comienzo a la temporada de puertos. Los Vega, con sede en el Concejo de Quirós, me han invitado a pasar allí, en su territorio, sábado noche y domingo. Y como ya me conozco yo el paño, me parece que la ruta que vayamos a hacer llana, como que no será.

Es más. Para concretar un poco, Vega lleva tiempo detrás de mí para que, en la misma sesión, nos merendemos La Ermita de Alba, final de Vuelta a España de este año, y el dichoso Gamoniteiro, que me lleva persiguiendo un año ya. Parece gritar desde allí arriba, "súbeme si te atreves". Pero qué chorrada. Claro que me atrevo y, es más, estoy diseñado para esas cosas, así que, este finde toca GLORIA.

El año pintaba ilusionante y glorioso. Según van avanzando los días, las semanas y los meses, todo esto se confirma. Las motos, los arcenes, la compañía, las aventuras y los puertos me lo van confirmando.

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