jueves, 17 de octubre de 2019

A ver si tenemos suerte algún día.


¡Hola a todo el mundo!

Pues ya ha llegado el tiempo digamos regulero, al menos de momento. A falta de que empiece a helar, caiga nieve de manera seria en las montañas, las primeras escaramuzas invernales ya se han producido, que esto es León, podríamos decir que la temporada otoño-invierno de la bicicleta ya ha empezado. Estoy seguro de que aún llegará algún día potable, pero haceros a la idea de que los días interminables de sol y bici van a tener que esperar al año que viene.

También tiene su encanto este clima, las cosas como son y, además, los grandes días del verano que viene en los que subimos puertos como verdaderos demonios se preparan en invierno, que no se os olvide.

También podemos pensar en otras cosas del ciclismo. En mi caso, son muchas las cosas que se me están pasando por la cabeza, que van desde cambiar la longitud de la potencia y ponerla de 80 milímetros e incluso la longitud de bielas y ponerlas de 172’5, pero esto no dejan de ser mis pequeñas idas de olla.

Algo que me parece interesante y que también me ronda por la sesera es un tema muy recurrente siempre que termina la temporada profesional. Como una de las últimas citas del año es el mundial de ciclismo, prueba en la que no está permitido el uso del pinganillo, siempre sale a debate que si está bien el uso de éste o no.

Es un debate en el que siempre se pone el acento en que su uso está muy bien de cara a la seguridad, como intentando desactivar a los que como yo creemos que el pinganillo está acabando con la emoción en el ciclismo. ¡Uy!, vaya. Ya se me escapó decir que creo que el pinganillo es una castaña. Pero lo creo desde hace más de diez años, ¡maldita sea!

La manera que tiene de anestesiar las carreras es tal que la prueba de que su uso no mola la tenemos cada año en el mundial. Carreras locas, ciclistas que no saben muy bien qué hacer, dudas en los pelotones, falta de referencias exactas. ¡Es una delicia ver esas carreras absolutamente descontroladas!

El pinganillo como herramienta para informar a los ciclistas acerca de temas de seguridad creo que sería bueno, es más, me parece lo lógico, pero de ahí a que desde un coche en el que está viendo el director la carrera por TV, sabiendo cómo vienen por detrás, cómo están por delante, etc, me parece una adulteración de la competición absoluta.

Por ejemplo, y mira que yo no soy futbolero, sería como informar por un pinganillo a un extremo, de que el lateral de su banda está cansadísimo, cojeando y fuera de posición, para aprovechar esta situación, por ejemplo. Otro caso paradigmático se dio en la Fórmula 1 cuando se prohibieron las estrategias de equipo por radio en aras del espectáculo. Si ya lo hicieron en los coches, ¿por qué no hacerlo en las bicis?

¿Os imagináis una etapa, ya no de alta montaña, si no de media, con pequeños grupitos dispersos a lo largo del recorrido, porque un grupo de valientes ciclistas han querido dinamitar la carrera, todo esto hablado en medio del pelotón, sin intervenir directores, y con un líder sin saber qué hacer porque, además de dar pedales tiene que dedicarse a hacer cálculos y pensar a ver cuál es la mejor estrategia? Sería un espectáculo que no se ve en profesionales desde hace décadas. Por no hablar de una etapa llana con abanicos, como la de Guadalajara de este año en La Vuelta. Que el resultado hubiese sido diferente sin pinganillo creo que es evidente (puede que incluso nunca hubiesen intentado hacer el indio los buenos chicos del Movistar o que lo hubiesen hecho hasta las últimas consecuencias, quién sabe)

Todo lo que sea que el ciclismo gane en espectacularidad creo que debe de ser algo a tener en cuenta y sólo espero que algún día, los profesionales vuelvan a salir a competir sin instrucciones desde el coche y sin potenciómetro.  A ver si hay suerte.

Y yo, mientras tanto, voy a seguir haciendo mis cábalas a ver si con la potencia de 80 y las bielas de 172’5 salgo ganando. Voy a preguntarle al director por el pinganillo….ah, no, que no tengo…que la decisión la tengo que tomar yo…vaya…

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