¡Hola
a todo el mundo!
Llevamos
un año un poquitín lluvioso por aquí. Y digo un poquitín porque
en León somos de diminutivos. De no ser de donde soy, de León, pues
imagino que os diría que este año está lloviendo de cojones o algo
así. Me parece más bonito poner el “decir” leonés.
Vamos
a recapitular. Noviembre, creo que libraríamos sin agua unos cinco o
seis días. Diciembre, hubo más días de sol, pero se nos
desbordaron los ríos para que os hagáis una ligera idea. Primero
nieve y luego agua, dan como resultado desastres en las riberas de
los ríos.
Si
tu actividad principal es el tenis de mesa, el gimnasio, leer o el
muy prestigioso “sillonball” no tienes demasiados problemas ante
estas condiciones atmosféricas pero si te gusta más la bici que a
un oso pardo la miel, como es mi caso (me encantan la miel y la bici)
tienes un pequeño problema. Nos va a tocar tener que tomar
decisiones. Decisiones que en cualquier caso son una especie de cara
o cruz. ¿Salgo y me cae la del pulpo o me quedo en casa, luego no
llueve y me cago en todo?
En
mi caso particular, si miro por la ventana y veo que ya está
lloviendo suelo quedarme en casa a no ser que lleve varios días sin
entrenar y me esté subiendo por las paredes, cosa que ya me hacen
ver en casa. Al tercer día sin bici suelo recibir las primeras
indirectas. Es genial.
Si
veo que está el cielo negro como la misma noche, compruebo dos o
tres aplicaciones para ver cómo puedo escaquearme de un chaparrón.
Por si le sirve a alguien os cuento el truqui. Miro “ElTiempo.es”
a ver qué predicciones hay por los diferentes pueblos de alrededor.
Cuando localizo en los que no dan agua, chequeo otra de las
aplicaciones. “AlarmaDeLluvia”. Esta te indica dónde está
lloviendo en ese momento o, más bien, hace pocos minutos. Más o
menos te da una idea de por dónde vas directo al matadero o por
dónde va a estar la carretera hecha un asco pero sin lluvia. La
última aplicación que miro es “Windy”. Ésta última es muy
completa y tiene información por un tubo. Desde webcams, pasando por
información acerca de nieve, tormentas, etc y, de ahí su nombre y
por lo que yo más la consulto, la dirección e intensidad del
viento.
En
función de todos estos datos decido salir o no. Pongamos que decido
hacerlo. La primera medida a tomar es pedirle prestado a María su
chaqueta de invierno impermeable. Me queda algo pequeña pero entrar,
entro. ¡Menuda adquisición! De esas ofertas que sólo se ven una
vez y sobre las que fardas décadas. Que si valía ###€ y me costó
##€, ya sabéis, lo típico. Pero es que además de eso, es
increíblemente eficaz ante una buena chupa de agua.
Porque,
en efecto, amigas y amigos, a veces sales a rodar y te cae la del
pulpo. Este año sin ir más lejos, no ha habido semana que no me
haya pillado una buena chupa de agua. Por aquí está lloviendo más
de lo normal como ya os he comentado. La última fueron 35 kms bajo,
primeramente, un leve orvallo para pasar, seguidamente, a un buen
chaparrón. Nada agradable ya que calor, calor, lo que se dice calor,
como que tampoco hacía.
Siempre
que está lloviendo y veo cómo me mira la gente de los pueblos o los
conductores de los coches que me adelantan pienso que creerán que
estoy chiflado y un poco de razón tienen, pero de verdad que no lo
hago adrede. Son cosas que pasan, de verdad de la buena.
Muchas
veces lo paso peor por la bici que por mí porque en realidad, cuando
a la lluvia le trae sin cuidado tanta aplicación del móvil acerca
de las predicciones y tanto niño muerto y decide hacer lo que le
sale de las nubes, el esfuerzo físico es mucho mayor, no sé muy
bien por qué, y estás a pleno rendimiento, con lo que no pasas
mucho frío y no te da tiempo a pensar en demasiadas cosas. Hablamos
de lluvia normal, no de tormentas brutales en las que lo mejor es
buscar refugio y, si tienes un trasto de carbono, alejarte de él.
Carbono y rayos se atraen, así que ojito con eso.
Igual
pensáis que me encanta salir con lluvia si os cuento que me han
pillado en plena ruta un montón de tormentas pero para nada. No me
gusta en absoluto y digo más. Si puedo salir con sol de justicia y
40ºC mejor que mejor pero ando mucho en bici y quien juega con fuego
al final acaba quemándose. Lo que quería deciros con esto de las
tormentas es que en este caso, las precauciones son otras y mucho más
importantes porque en estos casos la cosa se pone peligrosa de
verdad.
Son
varios los recuerdos que tengo pero uno especialmente destacable me
sucedió entre Riaño y el puerto de Panderrueda. La zona es
montañosa, de hecho estamos en Picos de Europa, y hay pocas zonas en
donde refugiarse. La tromba de agua fue de tal calibre que en el
momento en el que logré llegar a Vegacerneja, dejé a La Americana
en donde pude y me metí debajo de una pequeña marquesina de autobús
esperando a que parase la tempestad que, por cierto, lo tenía todo.
Sus rachas de viento terribles que te azotaban y te ponían en medio
del carril, sus truenos, sus rayos sobre la superficie del pantano
que daba la sensación de que pedaleabas en medio de la playa de
Omaha el Día-D y toda su parafernalia.
Por
otro lado, en favor de estos días tengo que decir que son fuente de
apasionantes historias que contar a la grupeta. Además mola mucho
poner estas anécdotas en común porque todos tenemos que contar
alguna película de este tipo a cada cual más dantesca. Da para
escribir un libro y una entrada de un blog cualquiera.
En
resumen. Si ves a algún ciclista en medio de un día de lluvia no
necesariamente está mal de la cabeza. Sencillamente puede ser un
error de cálculo o también puede pasar que esté fatal del tarro,
ojo, que eso puede pasar perfectamente. Y si estás empezando en la
bici y te pilla el agua, tranquilidad porque no estás solo en esto
del aquabike.
No hay comentarios:
Publicar un comentario