¡Hola a todo el mundo!
Para el domingo llevaban dando predicciones horribles desde hacía ya una semana pero ¿qué es eso para dos tíos duros como Buka y yo?
Además, teníamos una gran misión. Nuestra, podríamos decir que "obligación" era representar por primera vez al CLUB CICLISTA ASFALTO LEÓN en una marcha cicloturista. Parece que fue ayer cuando comenzamos a darle vueltas Buka y yo al tema de crear un club y ya veis. Participando en marchas y todo, organizando casi cada dos fines de semana algún "sarao". En fin. Plena satisfacción.
Pero como os comento, llevaban dando agua ya no recuerdo ni el tiempo. Estábamos incluso resignados a que al ir, porque íbamos a ir fijo, o nos mojaríamos en ruta o no tomaríamos la salida porque quedase anulada la prueba o algo así.
- ¿Quedamos a las ocho entonces, Buka?
- Sí. En mi coche entran dos bicis, así que vamos en el mío.
Después de algún que otro mensaje mañanero en plan "magnífico día", todo ello cargado de una gran ironía casi insultante, salgo de casa en dirección a la madriguera de mi amigo. Allí estaba él, esperándome, con su preciosa Specialized Venge, "La Poderosa" como él la llama, colocada en la baca del coche. "La Americana" iría abrigadita en el maletero.
Comenzamos el viaje en dirección a La Bañeza, el hogar de los amigos y organizadores de la XIX Marcha Cicloturista de Primavera, el C. D. C. Piñón Cortés, a ritmo de Trance Metal, cosa que nos motiva a ambos.
Los primeros rayos de sol nos indicaban varias cosas. La primera fue que, en efecto, había sol, rediós, cosa casi impensable el día anterior con todo lo que había llovido. Otra cosa que parecían indicar estos rayos de sol era la tendencia. No nos lo podíamos creer, pero cabía la posibilidad de que no nos mojásemos.
Estábamos cerca de La Bañeza y la llamada del café hacía acto de presencia. Buka ya había estado en esta marcha. Yo, la verdad es que nunca me había coincidido bien. El trabajo me lo había impedido algún que otro año, así que en esta ocasión que sí pude asistir, imaginad las ganas que tenía. Muchas veces Buka me había comentado lo impresionante del trato de la buena gente de La Bañeza, que los compañeros del Club Ciclista Piñón Cortés eran oro molido. Así que estaba a punto de comprobarlo por mí mismo.
Llegamos a la salida. Muchos coches aparcados, gente ya vestida de romano y nosotros tan panchos. La verdad es que somos tranquilos, de eso no hay duda. Montamos las bicis, ponemos la música del coche alta para hacernos notar (y recordad que era Trance Metal) y motivarnos.
Había gente de muchos sitios. Un muchacho de Cuenca que, a la postre, se haría con el trofeo al participante venido desde más lejos, varios cicloturistas de Valladolid, un club de Aguilar de Campoo, peña del C. D. C. Zamora, gente de Ponferrada, un autobús entero con los amigos del Buenavista de Gijón, algunos de Benavente y, por supuesto, los organizadores del Piñón Cortés.
Aquí, he de hacer un pequeño inciso porque me parece importante. Lo que más me llamó la atención fue la poca gente de León que acudió a la marcha, más teniendo en cuenta que La Bañeza está a 50 km de casa. La verdad es que luego decimos que no se hacen cosas y, cuando se hacen, nos escudamos en que "que si el carácter leonés". ¡MAMANDURRIAS! Debemos de apoyar las cosas que se hacen en casa. Hay que ponerse las pilas y no querer que nos lo den hecho siempre.
La inscripción anticipada para federados eran 12 eurillos y para los rezagados como Buka y yo, 15€. Por este dinero, atended a lo que te ofrecen. Avituallamiento líquido y sólido, la seguridad de coches protegiéndonos ante el tráfico, Guardia Civil, ambulancia y tal (aunque esto no debería de contar porque es obligatorio), te sacan mil millones de fotos, al llegar dispones de duchas con agua caliente infinita, preparan una paellada en plan "Villarriba vs Villabajo", embutido, empanada, postre, trofeo para cada participante más los típicos de al ciclista más veterano, el de más lejos, el club más numeroso, etc.
Como podéis comprobar, hay rutas cicloturistas en lugares muchísimo más lejanos que no te ofrecen tanto y te cobran mil veces más. Vale que en La Bañeza no vamos a subir el Tourmalet, de acuerdo, pero se pasa por lugares bien chulos y, qué demonios, lo organiza una buena gente que te cagas y está al lado de casa, leñe. ¡HAY QUE APOYARLES PARTICIPANDO MASIVAMENTE!
Como os decía, ya estábamos en la salida. Esta marcha es controlada salvo un par de tramos, justo antes del avituallamiento y los últimos 25. El día seguía respetándonos e incluso al sol se estaba de muerte. Nosotros, que somos de socializar, entablamos las primeras conversaciones con unos amiguetes bercianos.
- ¿Nos sacáis una foto?
Y esta foto se convierte en histórica para el CLUB CICLISTA ASFALTO LEÓN dado que, como decía, es nuestra primera participación en una marcha cicloturista.
Para la historia también quedará que, de fondo, ahí teníamos a Basurco. Un clásico del Cicloturismo leonés que se apunta a un bombardeo. ¡Bien por Basur!
Y tomamos la salida. Éramos unas 110 personas a lomos de nuestras máquinas, más o menos. En este tipo de marchas hay que tener cuidado con los frenazos inoportunos, así que hay que andarse con mil ojos. Buka y yo tomamos posiciones, en las últimas del pelotón, que está más estirado el asunto y controlas más.
La ruta iba a desarrollarse por un territorio que ya conocíamos. El CLUB CICLISTA ASFALTO LEÓN se comió un cocido maragato por estas tierras.
El ritmo era tranquilo, pero yo tenía un problema que todo aquel que sale de ruta conmigo conoce. A los 20 km como máximo, o paro a mear o caigo inconsciente. Así que en la cima de un repecho paré a disfrutar de la brisa mañanera, pero después de tirar como dos litros de "agua" (¡qué bien me quedé, pordiós!) tocaba enlazar con el pelotón, así que para mí y otros seis meones como yo, el primer tramo libre llegaba antes de tiempo.
Ya no quedaba nada para el avituallamiento y el verdadero primer tramo libre, se abrió. Mucho galgo había camuflado y saltaron como liebres a un primer grupo. Como Buka y yo íbamos atrás del todo, pues fuimos avanzando posiciones hasta llegar a situarnos en el segundo grupo detrás de los galgos. Ya podíamos oler el bollo industrial con corazón de fresa artificial, las galletas rellenas de chocolate y el Kas Naranja (escribe fino).
El avituallamiento era en Luyego. Un terreno que ya conocíamos del día del cocido y en donde tenemos alguna que otra fotografía de familia asfaltera...
Como se puede ver en la foto, el día seguía soleado a pesar de las predicciones de los días precedentes. Y era increíble la suerte que estábamos teniendo porque en torno a nosotros sí es verdad que las cortinas de agua eran reales y relativamente cercanas. Además también era verdad que nos habíamos mojado algo porque sobre la carretera había agua recién caída. Pura suerte la nuestra.
Pusimos rumbo a la zona de Tabuyo y pasamos por los pinares resineros que sobrevivieron al tremendo incendio de hace dos años y medio. ¡Qué desastre! Para que los de fuera os hagáis una idea, las cenizas del incendio caían sobre León, ¡a más de 60 km de distancia!
La siguiente parada sería en Quintanilla en donde se abriría el segundo y último tramo libre. Yo no tenía la menor intención de meterme en guerras de este tipo, metiendo codo y cuneta a pesar de la insistencia de Buka que no hacía más que encizañarme.
La cosa es que una vez que se abren las hostilidades, empiezas un poco a lo tonto. Ya que enlacé con este grupo y teniendo el cabecero a cincuenta metros, apretando los dientes un poquito, agarrándote a una rueda y a otra, pues te ves a 55 km/h en el grupo cabecero con otros nueve gallos echando espumarajos por la boca al igual que tú y, claro está, te calientas. Y mira que yo soy "cero" competitivo en este plan, pero de vez en cuando, entrar en una batalla así presta.
Y justo a cinco kilómetros del final, comenzó a llover un poquito. ¡Mirad si tuvimos suerte! Llegamos un grupo de unos diez cicloturistas, de manera endemoniada, al final de la ruta. Al poco, otro grupo y luego un rosario de felices compañeros de ruta. Ninguna caída es lo que hay que destacar de todo esto.
Ahora quedaba prepararse para lo mejor de todo. La comida después de una gran mañana de bicicleta, previa ducha, con las anécdotas que surgen en todo esto.
La primera parte de la "friki-aventura" de Buka y mía comenzó justo después de esta foto, porque teníamos que llegar al coche. Resulta que lo que por la mañana era tierra, ahora era barro y nos pareció lo mejor del mundo terminar la mañana haciendo ciclocross con las bicis.
- ¡Qué error más grande!
Esta fue la lapidaria frase de mi amigo al ver que las bicis estaban de barro hasta las narices y que yo casi me esmoño por hacer el gañán.
Una vez en el coche, las dudas comenzaron a surgir. Porque cuando dos adultos se preguntan casi a la vez "¿dónde he puesto los calzoncillos?", es que algo está fallando.
Una vez solucionado este pequeño asunto, que fue yendo a comer en plan comando, super frescos por otra parte, a mí en las duchas me dio por llamar a los compañeros asturianos "gallus".
Por fin dejamos de hacer el mambrú y devolvimos el dorsal (Buka el 84 y yo el 85), recobrando un poco el buen juicio, dentro de lo que cabe.
Y llegamos a la cancha de baloncesto, reconvertida en comedor por un día. Agua, vino tinto y rosado, entremeses varios y empanada. Así nos recibieron los maestros del Piñón Cortés. ¡Para ponerles un monumento! Y ya cuando apareció la paellera del tamaño de una rueda de tractor, yo casi me desmallo.
Como muestra el diagrama de la parte superior, La XIX Marcha de Primavera de La Bañeza, un año más había sido un éxito. Siempre la tendremos como fija porque vale la pena por todo. Las cosas de casa merecen la pena y hay que "hacer patria", pero con gente tan fantástica como los del Piñón Cortés, esto es muy sencillo.
Muchas gracias por todo, amigos bañezanos, y nos vemos seguro el año que viene. Próximas citas en LEÓN:
- XVI Marcha Cicloturista León-León, organizada por Bicicletas Blanco (28/06/2015)
- XI Villa de La Robla, organizada por el C. D. C. Bernesga (19/07/2015)
Hay alguna marcha más no muy lejos, como en Los Ancares o en Ponferrada pero es que estas dos que destaco están a un paso de casa. A ver si nos ponemos las pilas, leoneses.