domingo, 21 de octubre de 2012

Se lo habrán hecho pagar. Seguro.

¡Hola a todo el mundo!

Hoy he hecho una de las rutas más clásicas que se pueden hacer desde León. Digo más. Si suelto a "La Americana" seguramente ella solita iría por aquí. 

La ruta de la que os hablo es la León/La Robla por Cuadros. Si vives en León habrás pasado por aquí 100 veces sólo este año. Y es que a partir de La Robla, tienes infinidad de opciones, pero si no dispones de demasiado tiempo y quieres matar el gusanillo, en menos de dos horas has hecho esta etapita y te quedas tan contento. No se puede decir que es dura ni mucho menos, pero tampoco que es plana como algunas de las rutas sureñas. 

Y es que después de unos cuantos días con lluvia y falta de tiempo, no me importaba demasiado hacia a dónde ir, sino el mero hecho de ir, ¡Qué ganas tenía de dar pedales! Tres días tres sin salir a rodar. Tenía mono. El paso por el gimnasio no hizo más que aumentar estas ganas porque tenía las piernas algo cargadas y necesitaba salir a pedalear con muchísima cadencia. Quedé como nuevo.

Lo peor de todo es que tuve que salir en solitario. Hoy tocaba ruta "oficial" de la Grupeta Cicloturista León y yo no pude ir. Seguro que se lo han pasado fenomenal. En otros foros por los que solemos comunicarnos había muchas amenazas de ataque. La temporada ha sido larga y hay muchas cuentas pendientes. En las últimas semanas JR se ha ganado muchas desconfiadas miradas en cuanto la carretera pica para arriba. Lleva tiempo haciéndonos sufrir y seguramente se lo habrán hecho pagar. Jorge y yo aún recordamos la jugada que nos hizo subiendo Aralla...¡Bien hecho chicos!

Así que, mientras yo saco tiempo de donde no lo hay entre días de lluvia, espero noticias de la Grupeta. Espero que este próximo martes podamos salir todos juntos. ¡Nos vemos!

viernes, 19 de octubre de 2012

El mejor pro de la temporada ha sido en mi opinión...

¡Hola a todo el mundo!

Ya no podía aguantar más en el establo y tuve que salir a hacer algo de ejercicio y, como amenacé la última vez, fui al gimnasio. 

Creo que no era el único en sentir el agobio de las 4 paredes, así que el recinto estaba completito. Y no sólo completito de los habituales, si no de más de un cicloturista. ¡Si es que se nos conoce rápido en cuanto ves ese moreno bueno de todo el verano!

Como en el gimnasio te da tiempo a pensar porque, otra cosa no, pero algo aburrido es (es que yo hice mucho gimnasio cuando era atleta), comencé a divagar mentalmente y varios fueron los temas.

El primero se centraba en la posibilidad de que este otoño y el próximo invierno fuesen normales, esto es, mal tiempo, cosa que no está nada bien para la bicicleta. Puede que tenga que retomar mi antigua afición. Correr. Lo cierto es que no quería porque tengo las rodillas igual de delicadas que Sabonis, pero con cuidado no tendría que pasar nada.

Pero otro tema importante iba referido al ciclismo profesional. ¿Qué ciclista ha sido el mejor de la temporada?

La clasificación UCI dice que Purito ha sido el mejor. A mí me parece que ha hecho un temporadón, la verdad, pero yo es que tengo una debilidad. Y esa debilidad se llama Bradley Wiggins

Me baso ya no sólo en que ganó el Tour, la Dauphine Libéré y cosas así. Me fundamento en que es un Mod como la copa de un pino. WE ARE THE MODS!! Y es que me parece lo más que un ciclista de competición haga los mismos alardes por entrenar, competir y todo eso que por gritar a los cuatro vientos que le gustan los Small Faces, The Who, etc. Wiggins ha sido el mejor para mí. He dicho.

Y en estas me veía yo cuando me di cuenta de que me estaba calentando demasiado y me daban ganas de meter más peso en los aparatos. Fue ahí cuando decidí hacer un ratín de estática y unas abdominales, porque ya me veía levantando miles de kilos...

En resumen. Que la bicicleta es lo más, pero hay otras realidades igual de válidas. Espero que Bradley siga teniendo tan bien puestas las orejas.

jueves, 18 de octubre de 2012

¡Agua va!

¡Hola a todo el mundo!

Llevo unos días con una sensación contradictoria. Estoy contento pero al mismo tiempo un poco mosqueado. La razón es muy sencilla. La lluvia.

Estoy muy contento porque sé lo necesaria que es y, es más, hacía mucho tiempo que en León no llovía así tipo frente de varios días, así que por ese lado muy contento.

Lo malo es que a mí no me importa mojarme cuando te pilla un aguacero en plena ruta. Sin problema. Pero salir con el chaparrón ya iniciado...como que no. Así que llevo dos días sin salir a rodar. Llevo dos semanas en las que no estoy sacando demasiado tiempo para entrenar, así que estoy que me subo por las paredes.

Y estoy empezando a plantearme iniciar la etapa gimnasio, porque si tengo que estar más días sin hacer nada, creo que me voy a volver loco. Pero esto me da miedo. 

En cuanto mi cuerpo ve una mancuerna, una máquina con pesos o algo parecida es como que ya coge volumen...en cuanto hago algo de gimnasio, es que me pongo como un oso pardo...por mucho que lo combine con estática, rodillo o lo que sea. Pero bueno, me lo tomaré con calma y espero no transformarme en Hulk. 

Por lo demás, queridos amigos, lamentablemente creo que voy a tener que posponer mi aventura otoñal de subir hasta Vegarada. Falta de tiempo, exceso de lluvia. Podemos vestirlo de muchas cosas, pero me parece que lo voy a tener que posponer porque la aventura son 150Km y creo que ahora mismo se me quedan largos.

Aún con todo, os seguiré manteniendo informados. ¡Un saludo!

martes, 16 de octubre de 2012

Consejos de Otoño-Invierno.

¡Hola a todo el mundo!

No es que no tenga nada que contaros y por eso me ponga a hablar del tiempo. Es que me parece que hay que hacer hincapié en lo que se nos viene encima. Y lo que se nos viene encima no es más que lo que parece ser un otoño-invierno normal. 

Mientras hoy salía a rodar un poquito por una de mis rutas fetiche para el invierno (que es esta) pensaba en las imágenes de puertos de montaña nevados a estas alturas, el fresco de las mañanas de esta semana, en el maillot de manga larga, el de manga corta y los manguitos que llevaba puestos a la vez y cosas así. Y llegué a la conclusión, comparando esta situación con la del año pasado, de que estábamos viviendo un otoño medio normal.

Lo del año pasado fue rarísimo. Poquísima lluvia, no demasiado frío e incluso calor. El día de Reyes de este año no se me olvidará en la vida. Teníamos salida con el club y a la vuelta, a eso de la 1 de la tarde un termómetro marcaba ¡15ºC! 

Pues me da la sensación de que este año no vamos a vivir este tipo de situaciones. Me baso es ciertas señales que no suelen fallar. En septiembre había avispas por todos lados y estaban inquietas. Yo siempre he oído que esto presagia un año de nieves. También me baso en que han caído unas buenas nevadas en montañas no muy lejanas de la zona por la que he estado entrenando hoy. Es más, en uno de mis puertos favoritos, Vegarada, ayer cayó una nevada muy abundante.

Con todo esto, lo que os quiero decir es que preparéis la ropa de abrigo porque creo que nos hará falta y no tardando. Siempre es complicado salir en invierno por la falta de luz, esto es, por falta de tiempo. Pero si a esto le sumamos un elevado frío, lluvia y cosas así, la situación se complica. Pero si estás empezando en esto de la bicicleta, desde aquí te animo a que saques fuerzas de flaqueza y no dejes de pedalear. Hay algunos trucos para no pelar demasiado frío.

Al comienzo de toda ruta durante el invierno, no os voy a engañar, se pasa frío. Pero se entra en calor rápidamente. Mi truco es aumenta la cadencia. Ir un poco más revolucionado que de costumbre. También existen unas cremas que provocan una sensación de calor que van fenómeno. Además de la ropa especial para el invierno (culote largo, chaqueta, cubre botas, guantes gordos) hay que añadir algo para cubrir el cuello, porque por ahí entra mucho friss, y un gorro por debajo del casco que te cubra las orejas. También una camiseta térmica está bien.

Las parte que peor lo pasan durante un día de invierno son las orejas y, sobre todo, los dedos. Éstos últimos no hay que parar de moverlos para que no se enfríen demasiado. En alguna ocasión yo salgo con dos pares de guantes, así que fijaos si sufre esta zona. De hecho, algún día de invierno en el que se te va de las manos el kilometraje o hace demasiado frío pero aún así sales porque estás fatal, pasan muchas horas hasta que te dejan de doler los dedos por el intenso frío, así que cuidadín con los dátiles.

Por encima de todo esta están las ganas y la fuerza de voluntad. Una cosa está clara. Siempre está genial salir con gente a entrenar, pero en invierno ya no sólo está genial, sino que es importantísimo. Salir en solitario es mucho más duro que en grupo. Sobre todo en las épocas de frío. Si podéis salir en grupo, hacedlo. 

Muy importante es también hacer una buena y consecuente elección de la ruta. Nosotros por estas zonas solemos tirar al sur en época invernal. Son zonas planas que están más expuestas a la luz del Sol, así que algo más calientes son. A todos por aquí nos encantan las montañas, claro, que si las Hoces de Vegacervera, la Montaña Central y lugares así, pero sería, según el día, una locura rodar por allí.

También hay que señalar que pueden haber placas de hielo, sorprenderte nevadas inesperadas o muchas más cosas nada agradables. Y te aseguro que te pille una nevada con la bici no es agradable. Me ha pasado un par de veces y telita el frío....bufff. Todo esto es de crucial importancia ya que la precaución a la hora de rodar tiene que ser tu día a día. Es mejor no apurar en una curva o rodar más suave que no caerte y partirte un par de huesos.

Pero sobre todo hay que tener presente una cosa. Si quieres disfrutar de preciosas rutas en verano, de estar en forma, de ir a 1000 con los colegas en julio e ir con el grupo de cabeza en las cicloturistas, no olvides que eso se consigue ahora en el otoño-invierno. Así que venga. Que no decaiga.

lunes, 15 de octubre de 2012

Tesoros del cicloturismo. Puerto de Pajares.

¡Hola a todo el mundo!

En los últimos años ha sucedido algo muy curioso. Se ha intentado menospreciar lo que para mí siempre fue un mito. El Puerto de Pajares. Me refiero al puerto de toda la vida. Desde Campomanes hasta el parador, al límite con León.

Y es que desde que en La Vuelta se sube o bien hasta el Brañilín o bien hasta El Cuitu, parece que se está pasando por alto el pequeño detalle de un puerto de 19 kilómetros.

Para mí este coloso representa el paradigma de puerto de montaña. Será por proximidad, será porque he pasado por ahí cientos de veces. Será por lo que sea, pero es un puerto a la altura de los grandes colosos del ideario ciclista sin lugar a dudas.

Mi puerto favorito de siempre fue el Tourmalet, pero todo puerto de montaña que se precie, en mi mente ha de ser comparado previamente con Pajares. "Pero con respecto a Pajares, ¿cómo es de dura la subida?" Eso es lo que siempre pienso antes de subir algo importante. Incluso el Tourmalet paso previamente esa criba.

Es una ascensión muy especial. ¿La más dura? Pues no. ¿La más bonita? Pues tampoco. Pero quien afronte Pajares sin estar preparado, sufrirá, y quien piense que es una subida fea por el hecho de ser una carretera nacional con muchísimo tráfico, se equivocará.

Nada más salir de Campomanes, no es que haya rampas ni mucho menos, pero estás subiendo. El Coloso parece invitarte a que le subas. Es más. Con ésta parte inicial, a lo que te está invitando es a que cargues plato grande y tires de desarrollo. El señor Pajares utiliza esta táctica para ir minando tus fuerzas.

Sigues avanzando como hipnotizado por el pedalear. Contemplas el precioso paisaje y, sin darte cuenta te sorprendes subiendo algún piñón. "No es muy duro. Hasta el final no hay nada que rascar" Esto es lo que puedes pensar. Pero si lo haces, entonces el señor Pajares te tendrá donde quería. Habrás pasado Puente los Fierros y te habrás dejado unas fuerzas valiosísimas.

Entonces Pajares comienza a probarte. La primera prueba, para testar el punto de maduración del ciclista, se produce entre los kilómetros 7 al 9. Un porcentaje, tampoco para asustar y que te dejes alguna corona en la recámara. El 7% está bien. Aquí es donde comienzas a replantearte la subida. "La cosa es que quedan 10Km y pensaba que estaba más fresco" Si piensas esto te aseguro que estás en un lío. Te recuerdo que esta es la 1ª prueba.

Consigues superar esto y nuestro coloso te suelta un poco la soga para que recuperes pero ya poniendo sobre la mesa sus cartas. Desde esta nueva posición se puede contemplar parte de la subida. "¿Pasa por allí la carretera?" Sí querido amigo. Tienes que subir hasta allí arriba. ¿Por dónde? Pajares es un ejemplo de encerronas constantes.

Llegamos a un pueblo que se llama La Romia. Hemos recuperado algo y casi no recordamos la 1ª prueba. De hecho ese es el plan del señor Pajares. Que te vayas olvidando del castigo al que te está sometiendo para que cargues desarrollo. Pero ahora va a hacer que te enfrentes a su segunda prueba. De esta ya te vas a acordar. 2Km al 10% son como para no olvidarse.

En este punto comienzas a recordar los primeros kilómetros en los que tenías metido el plato grande y piñones tirando a pequeños, poseído claramente por el ansia viva. Aquí es donde parece que escuchas a Pajares riéndose y diciendo: "¡Te vas a acordar de mí el resto de tu vida, humano!" 

Tras superar la dura 2ª prueba a la que te ha sometido nuestro coloso, estás esperando unos kilómetros de relax como en el anterior test de madurez. Si bien te vuelve a soltar la soga, no te la suelta tanto como antes. Hasta llegar al pueblo con el que el Coloso comparte nombre, el "descanso" son 3Km al 4%. Tiempo suficiente para que recuperes algo y, si eres lo suficientemente insensato, te confíes de nuevo. "Lo duro ya habrá pasado. La rampa famosa seguro que era alguna de las de antes". Tranquilo compañero. Como todo mito del ciclismo, la traca final esta precisamente ahí. Al final.

El señor Pajares, una vez que has entrado en los últimos 4Km, ya no sólo te tiene don él quería, es que simplemente, te tiene. Te tiene atrapado y eres plenamente consciente de que estás en un lío. Subes, subes y subes durante esta parte final y no hay descanso. Llegas a un precioso mirador desde el que la panorámica es un espectáculo y piensas: "pues no es tan soso como pensaba".

Y vas pensando esto hasta que te encuentras con una rampa al 10%. Dejas de pensar y te pones sobre bielas. Haces bailar la bici y aseguras mentalmente: "esta es la rampa famosa". Sigues avanzando tras superar esta rampa. Ya casi lo tienes. Casi has conseguido superar al señor Pajares.

Pero el señor Pajares tiene una 3ª y definitiva prueba para saber de qué estás hecho. Y esta prueba final es la rampa famosa que ya pensabas superada. Y es que si le llaman "la curva del 17" no es porque se te ocurran 17 formas de poner pie a tierra de manera digna. Le llaman de ésta forma porque la rampa famosa tiene 200 metros al 17% de desnivel. Después de casi 20Km e innumerables encerronas, ¿sigues menospreciando al señor Pajares? 

Llegas al parador y tras todas las duras pruebas a las que te ha sometido el coloso, te da el visto bueno. "Después de mí, puedes enfrentarte a cualquier otro coloso". Te muestra el camino en dirección al Brañilín y al Cuitu pero le dices que mejor te bajas hasta Villamanín a tomarte unas cañas en Ezequiel. "Nunca volveré a  menospreciarle señor Pajares".

domingo, 14 de octubre de 2012

Mantenimiento básico de la bici.

¡Hola a todo el mundo!

En la última entrada que publiqué, el amigo Manuel hizo un comentario en la misma, que todos podéis leer, y me sugería hacer una entrada acerca del mantenimiento que tiene que tener una bicicleta en invierno ya que, sí amigos adoradores del calor, se está acercando. Pues lo voy a intentar. 

Y digo intentar porque no soy ni muchísimo menos un experto, pero algo sé. Cosas básicas, eso sí, pero fundamentales, la verdad. Y es que es muy importante tener la máquina a punto. Esto es de cara a los principiantes y los urbanos porque, insisto, yo no soy un experto.

Una clara avería por falta de mantenimiento es que se nos rompa la cadena. No es que sea una avería grave ya que se pone otra y punto, pero el problema estriba en que al romperse nos podemos dar un golpe muy elegante.

En invierno, suponiendo que la bici duerme bajo techo (y si no lo hace debería de hacerlo), el mayor problema son las lluvias. Yo lo que hago siempre después de un día de lluvia, a parte de limpiar y secar,  es engrasar la cadena. Pero siempre en su justa medida. Sin pasarnos. Los piñones no hace falta engrasarlos, sólo la cadena. También engraso las demás partes móviles como la dirección, el eje pedalier y cosas así.

Y lo que también engraso, pero ojo con esto porque si se hace mal puede ser peligroso, son las partes móviles del puente de los frenos. Mucho cuidado con esto porque si cae grasa a las zapatas pierden agarre a la hora de frenar. Los desviadores del cambio, como partes móviles que son, también les echo una gotita.

Este engrasado general lo hago después, como os decía, de un día de lluvia. Pero la cadena la limpio y engraso después de 7 rutas o así. Si eres un ciclista urbano, una vez cada 15 días está bien. Importante. Limpiar y engrasar, no sólo engrasar.

Otro apartado aparte son los ruidos nuevos en invierno. Os va a parecer increíble, pero yo he llegado a la conclusión de que casi todos ellos, a pesar de que te parezca que los escuchas en la rueda delantera, proceden de la tija (el tubo del sillín). Cuando se nos moja la bici, además de entrarle agua, entran arenillas y cosas así. Se meten en los lugares más inaccesibles y si lugar favorito es la tija. 

Yo lo que hago con ésta pieza después de un día de lluvia es sacarla del cuadro, limpiarla y secarla. Al hueco del cuadro donde va encajada la tija, le meto un trapo todo lo profundo como pueda para secarlo y eliminar todas esas arenillas de las que os hablaba. Y mi toque personal, que no sé si estará bien hecho, pero a mí me funciona a las mil maravillas, es poner 2 ó 3 gotas de grasa (dos o tres literalmente) en la tija y extenderlas por todo el tubo. Sitúo la tija en su sitio y, por mal que suene, meto y saco varias veces. Lo ajusto a mi altura (para lo cual tengo hechas ya unas marcas) y listo. Os aseguro que el 80% de los ruidos desaparecen después de esto.

Un tema polémico es cómo limpiar la máquina. La opción fácil es ir a la gasolinera de turno, echar 50 céntimos en los boxes a presión y listo, ¿verdad? ¡Pues muy mal hecho! Al hacer esto, conseguimos introducir agua en lugares en dónde no es buena idea que esté el líquido elemento. En el eje pedalier, en el núcleo (eje de la rueda trasera) y lugares muy sensibles. Lo que ocurre después es que se oxidan los rodamientos y aparece el otro 20% de los ruidos raros y, estos sí, peligrosos para la salud y longevidad de nuestra bici. Para limpiar la bici necesitamos esponja y balde de agua. Nada de presión. Y si no, pues una bayeta mojada y un paño seco. Karate Kid en esto se adelantó a su tiempo...."dar cera, pulir cera"

Otra cosa que yo hago en invierno, aunque esto es más que nada una manía, es inflar un poquito menos las ruedas. Normalmente yo le meto 8 bares. Pues en invierno 7'5 y con lluvia 7. Con esto consigo que los neumáticos sean algo más pegajosos y agarren más, cosa que en invierno es muy necesario. En algún lugar he leído que por cada 10 kilos de ciclista, 1 bar de presión. Esto es para que os sirva de referencia. Yo uso esta regla y apenas pincho y las ruedas no me patinan.

La revisión de las zapatas es importante habida cuenta de que frenar está genial para no pegarnos un buen guarrazo. Pues estos fundamentales complementos tienen unas ranuras que las atraviesan y las separan en secciones. Cuando estas ranuras estén a punto de desaparecer por el desgaste, es el momento de cambiar. 

Para otro tipo de cosas como ajustar el cambio, temas de cables y centrado de ruedas, yo no me complico y voy al mecánico que tiene herramienta y yo no, además de más conocimientos. Lo que sí aconsejo es, tengas como tengas la bici es, al comienzo de la primavera y al comienzo del otoño (cada 6 meses), ir al mecánico sí o sí para que le eche un vistazo general.

Como veis, son cuatro cosas muy sencillas y que prolongan la vida de la bici un montón. Las puede hacer cualquiera ya que, básicamente es tener limpia y engrasada la bici.

sábado, 13 de octubre de 2012

Día hecho.

¡Hola a todo el mundo!

Hoy era festivo y tocaba salida del club. Yo personalmente no tenía claro qué ruta hacer. Dos motivos eran los principales. El primero, que no tenía ni idea de por dónde se iba a salir hoy. El segundo, que llevaba unos días de parón, así que me faltaba ritmo.

Llegué al punto de salida y ahí estaban varios de los valientes compañeros de la Grupeta. La decisión se la iba a dejar a la mayoría. Como había feria en uno de los pueblos por los que pasaba la ruta larga, tuvimos que improvisar una diferente, así que se pusieron manos a la obra los gurús en este tema, que había varios. Rápidamente sacaron una ruta muy chula

Lo cierto es que yo no las tenía todas conmigo porque sé del estado de forma de algún compañero. El caso de JR es algo fuera de lo común, así como el de Bukanero. Menudo par de máquinas. Como la ruta era por terreno de rodar llano, echamos en falta el trabajo de Juanjo que estaba con unos incautos virus en el cuerpo, así que nadie tiraría de nosotros sin medida.

La verdad es que, para mi sorpresa, el ritmo inicial no fue matador. No suele ser así. Siempre he creído que la gente hace rodillo antes de salir de casa porque si no, la otra opción que queda es que pasan de hacer un calentamiento decente. Pero, como decía, hoy el ritmo nos permitió calentar correctamente.

Una vez que habíamos entrado en calor, comenzamos a, digamos, jugar. Inició Rafa las hostilidades al lanzar un ataque al que el Buka respondió y a éste Elías y algún otro. Yo me lo pensé y, cuando tenían unos 200 metros de ventaja, salté del grupo. Enlazar enlacé, pero a costa de un calentón de esos que hacen que te replantees si realmente se sufre más subiendo o llaneando...buffff..

Pero enlacé y, durante unos km, me mantuve a la expectativa, esto es, chupé rueda un rato hasta que la presión del grupo me obligó a tirar. Pero como si de una venganza se tratase, mi relevo, junto con el de Elías al que también enredaron, se prolongó mucho más de lo esperado. Tuve que utilizar ese viejo truco de...."uy! Parece que me cambia mal...."

Así que me volví a resguardar dentro del grupo. Y ya empieza a hacer falta resguardarse porque, no sé por otras zonas, pero aquí en León ya tenemos que ir en dirección sur si salimos temprano. Empieza a refrescar.

Cuando llegamos a Mansilla, cambiamos de carretera, rugosa y secundaria, y ya picaba hacia arriba. Terreno rompepiernas que si le añadimos un ritmo alto, hacen de la carretera, camino del Monasterio de San Miguel de Escalada, algo realmente duro. 

Yo ya llevaba un tiempo resguardándome, esto es, chupando rueda, así que al ser descubierto por el chivato de Jorge, tuve que dar un relevo. Pero me pareció muy buena idea lanzar un devastador ataque al que pudo responder Rafa, con el que llegaría a relevos hasta la base de la subida del día. O casi, porque un pequeño pájaro se interpuso entre nuestro destino y mi rueda. 

Tras casi atropellar al pajarillo, comenzamos a subir. Yo sé que en llano voy bien, pero he perdido el ritmo en las subidas. Llevo 15 días de cañas y eso se nota. Así que cambié a plato pequeño y busqué una rueda buena. La de Buka era demasiado, la de JR imposible, así que como Jorge estaba estrenando ruedas, pues las comprobé. ¡Qué bien subimos madre mía!

Así que una vez en la "cima", empezamos con el momento plátano para, rápidamente, encaminarnos hasta León. Ya no se pueden hacer paradas demasiado largas porque nos enfriamos deprisa. Lo que nos quedaba no era demasiado complicado de afrontar, pero entre que la carretera es rugosa y que trabajamos todos juntos para imponer un ritmo alto, pues no fue un camino de rosas.

La peor parte que nos quedaba era la subida de Valdelafuente. Es una subida muy curiosa. Se trata de una recta de 2Km y pico, de carretera nacional, con un arcén grande, con mucho tráfico y con una pendiente constante del 3%+-. El problema es que, al ser carretera grande y tal, la gente siempre quiere subirla a más de 30Km/h...y os aseguro que la mayor parte de las veces lo conseguimos. Cuando termina esta subida, yo estoy más reventa'o que cuando termino de subir algún puerto. Es uno de estos esfuerzos anaeróbicos 100% que te destruyen.

Ya sólo nos quedaba bajar el Alto del Portillo y llegar a casa con la sensación del trabajo bien hecho. ¿Por qué? Porque me duelen las piernas y nos reímos un montón. Día hecho.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Planificando.

¡Hola a todo el mundo!

Estos días estoy pensando mucho acerca de cómo enfocar el invierno en cuanto a la bici se refiere. O precisando algo más, cómo enfocar los meses de noviembre y diciembre.

Echando la vista atrás, recuerdo cómo lo hice el año pasado y he de confesaros que no lo hice nada bien. Podemos decir que solapé una temporada con otra. Apenas bajé el ritmo de los entrenos. Sí es cierto que no hacía tantos kilómetros, pero por impedimento solar porque si no, estoy seguro que se me hubiese ido de las manos.

De hecho, hay un par de meses en los que en teoría debería de haber estado, no flojo, pero no a tope como lo estuve. Enero y febrero. Fueron dos meses en los que estaba muy en forma y no sé si es del todo bueno. Luego llegó marzo y me lesioné, así que abril me lo tomé de parón, eso sí, forzado.

Así que aquí estoy intentando discurrir de qué manera no fuerzo la máquina antes de lo debido. Estoy pensando que en noviembre intentaré hacer rutas, pero en este caso a pie por el monte o algo así. En diciembre pretendo ir al gimnasio para ganar masa muscular (más aún). Estos meses, como podéis entender, no es que no vaya a tocar la bici, pero saldré más que nada para ver a los colegas. La cicloadicción es lo que tiene.

También se me está pasando por la cabeza cometer alguna locura, pero para eso necesito mucha preparación y, lo que es aún más importante, tiempo para, precisamente, prepararme. La locura es poder hacer una Brevet, esto es,, una prueba de ultrafondo tipo la 315 de Los 10.000 del Soplao. Esa es mi idea, pero depende de tantas variantes que intentar encajarlas ahora me parece una osadía.

Así que, mientras estoy pensando en en dentro de medio año, lo mejor que puedo hacer es saber si puedo salir a rodar mañana.

¡Un saludo a tod@s!

martes, 9 de octubre de 2012

El entorno.

¡Hola a todo el mundo!

Hoy he salido a entrenar, como casi siempre que puedo….Como casi siempre….Casi siempre. Sí. Nuestra afición, además de enganchar un montón, requiere de mucho tiempo. Una ruta de 50Km, es decir, tirando a corta, ya requiere entre vestirse, salir a rodar, ducharse y otras tantas cosas de, al menos, dos horas y media tirando a tres.

Si sumamos todos los días que salimos al año y multiplicamos por, más o menos, dos horas y media, es alucinante la cantidad de tiempo que le dedicamos a la bicicleta. A nosotros nos parece lo mejor, pero como seres sociales que somos (o metasocial como me llama “the Brown eyes girl”) convivimos con gente. El tiempo dedicado a la bici se lo restamos en gran medida a l@s colegas, l@s parejas, la familia.

Así que esta entrada se la dedico a toda esta gente fantástica que, a pesar de que muchas veces les pegamos un telefonazo y les decimos que no llegamos a tiempo a tomar unas cañas y que mejor quedamos otro día, siguen queriendo quedar y lo entienden. A toda esa gente con la que habíamos hecho un plan y lo queremos anular para salir con la grupeta y que aun así nos quieren.

Muchas veces pensamos que no nos entienden. Pero voy a romper una lanza en favor de nuestro entorno porque, sinceramente, creo que sí que nos entienden porque siguen a nuestro lado.

Se aproxima el oscuro noviembre y es un mes en el que yo, aunque sigo saliendo un poco, ni mucho menos al ritmo del resto del año. Creo que al igual que yo, muchos más compañeros hacéis lo mismo, así que creo que deberíamos de dedicar mucho tiempo a nuestra gente.

¡Un abrazo a todos y todas!

jueves, 4 de octubre de 2012

Vegarada, fin de fiesta.

¡Hola a todo el mundo!

Casi todos los años hago una ruta que supone para mí un verdadero reto. Su exigencia no es que sea totalmente suicida, sin embargo tiene el toque justo de dureza que hace de esta pequeña aventura algo casi heroico. León/La Vecilla/Puerto de Vegarada/Felmín/Robles/León

Esta ruta me la he planteado otros años o bien como reto fundamental del año, o bien como preparación para afrontar algo tipo Pirineos. Este año, entre unas cosas y otras no he podido ni afrontar un mega-reto ni tampoco ir hasta mi querido Puerto de Vegarada.

Este coloso es muy especial para mí ya que pasa por ser el primer puerto que subí en bicicleta en época moderna (cuando tenía 14 años subí S. Isidro por Lillo en un a BTT, pero no cuenta). La verdad es que cuando lo hice por primera vez todo surgió de manera muy improvisada. Fue un poco a lo Forrest Gump. “Ya que he llegado hasta aquí, sigo un poco más” y así sucesivamente. Cuando me quise dar cuenta estaba en Tolibia y ya no había marcha atrás.

Recuerdo que fue en un mes de mayo. Se trató de un año en el que el invierno se resistía a dejar paso a la primavera y en la cima de este puerto había como 5ºC, esto es, frío. Y creo que este año voy a toparme en la cima con frío también.

Porque hoy he decidido que antes de que ponga fin a mi temporada tengo que hacer esta hazaña para poner una bonita guinda en el pastel. Entre la tendinitis de abril/mayo y el cambio de residencia veraniego corté mucho el ritmo de entrenos. Terminaré la temporada con más de 10.000Km. No me quejo aunque mi intención era hacer más, pero es lo que hay.

Eso sí. Necesito un fin de fiesta bonito tipo Vegarada. Así que, sin más dilación, voy a enfundarme el traje de ciclista y comenzaré a pensar en mi particular coloso. Toca entrenarme para este reto que os aseguro que es durillo. Manos a la obra.

¡Estamos en contacto!

El expolio.

¡Hola a todo el mundo!

El pasado domingo tocaba salida oficial con el C.C. León a la que varios miembros de la Grupeta asistimos con gran alegría y alboroto.
                                                                                                                          
El, llamémosle, problema era que el día anterior nos habíamos metido entre pecho y espalda una ruta de más o menos 120Km con puerto incluido, así que las piernas las teníamos un poco doloridas. De esta forma la decisión acerca de qué ruta hacer, si la corta o la larga (aunque yo las llamaría la rápida y la lenta), fue fácil de tomar. Tocaba soltar las piernas en la ruta corta. O eso pensaba yo.

Y digo que pensaba porque al estar al final de la temporada y tratarse de un trazado fundamentalmente plano, los habituales de esta alternativa, que suelen ser los veteranos o los más jóvenes, están en plena forma, así que despacio precisamente no ruedan.

Los primeros kilómetros fueron para calentar (y esto fue muy necesario ya que por las mañanas ya hace fresco) y contarnos las novedades. Pronto notamos que el ritmo iba a ser alegre, cosa que iba a hacer que las piernas de los valientes del día anterior se resintiesen.

Lo peor de todo era que el principal instigador de este sufrimiento inicial era precisamente uno de los que salió el día anterior. El intrépido JR. En los últimos días yo he llegado a la conclusión de que está poseído por el espíritu del su flamante Colnago. Es salir con él y que te haga sufrir. “Ataque devastador de JR” es como suelen acabar últimamente las rutas.

Pero conseguimos controlar todas las situaciones con un formidable trabajo en equipo entre Jorge, Juan Carlos “Sainz” y yo (que fui llamado “van der Pazos” por mis relevos). De esta forma, llegamos agrupados al punto cumbre de la mañana dominical.

Y es que estábamos atravesando los viñedos de la D.O. Tierras de León que produce uvas de la variedad Prieto Picudo. Y ahí es donde queríamos llegar. A las uvas. Mientras hacíamos la parada para comer el plátano, acompañamos (expoliamos) éste con unas cuantas uvas.

Después de esto y ya con el estómago y las fuerzas a tope, comenzamos la segunda parte del domingo. La vuelta a casa. Ahora el grupo ya se había disgregado por completa. JR, Manuel, Jorge y yo íbamos de un lado a otro. Primero en el grupo cabecero, luego en otro más trasero, luego JR se paró…Esto implicó un ir a tope todo el rato. Y cuando digo a tope es a tope. Y por el peor de los terrenos. Llano absoluto. Y es el peor porque al ser plano, por muy rápido que se vaya, ¿¡cómo te vas a quedar descolgado!? Y tienes que sufrir sobre la flaca muchísimo.

Pero llegamos a León sin mayor novedad y con mucha alegría, por lo que una vez más, salimos ganando…ganando unas risas.

¡Hasta la próxima!

lunes, 1 de octubre de 2012

Aralla por el pantano. Gran día de bicicleta.

¡Hola a todo el mundo!

Día 29 de septiembre. Como sábado que era, se trataba de la QDDA grande semanal de la Grupeta Cicloturista León. Habíamos acudido algunos valientes entre los que se encontraban Jorge, JR, César, Manuel, Elías, Óscar, Luis, Sergio y yo.

Y digo valientes porque la ruta no iba a ser moco de pavo. Sería una de esas que se recuerdan mucho tiempo. Todos sabremos dentro de un año lo que pasó el día que hicimos la ruta de Aralla por el pantano

Más allá de la ruta, que es preciosa, subiríamos el Puerto de Aralla por la vertiente norte, que es una subida de las que hacen afición. No es Luz Ardiden, pero sus casi 8Km se hacen duros, más si cabe, si se sube con galgos como los que salimos este día.

Nada más comenzar la ruta, ya tuvimos la primera sorpresa. Esta fue muy agradable. Estaba en la salida Juan Pablo, miembro de otra grupeta amiga del C.C. Bernesga, y que saldrían 30 minutos más tarde, pero él se había adelantado un poquito y rodaría con nosotros 5Km a modo de calentamiento. Por uno u otro medio, yo había tenido conversaciones con este superclase, pero no habíamos coincidido en persona hasta este sábado. ¡Ya te conozco Juan Pablo!

La segunda sorpresa del día, esta ya no muy agradable, era que soplaba el viento de cara, lo que suponía que haríamos como 70Km picando hacia arriba y con el aire "de geta". También había unas alarmantes nubes en la dirección en la que está Aralla que, combinándolo con la presencia de Elías, que es el aquagafe, suponía un peligro importante.

Pero comenzamos a rodar con la mejor de las intenciones, que era pasarlo bien...hasta que llegó la primera dificultad de la mañana. La Hoja. Es una subida que no es muy dura y que se amolda perfectamente a mis características (subida tendida) pero que la odio como pocas. Además, como ya soplaba el viento, se me hizo mentalmente más pelota si cabe, así que, para que pasase cuanto antes, decidí ponerme a tirar del grupo con alegría. En resumen, que la lié parda y corté a gente, lo que me supuso algún que otro improperio, pero lo típico.

Una vez que entramos en calor, nos tocaba bajar el Cillerón hasta La Magdalena donde ya tomaríamos la carretera del Pantano de Luna (pantano medio seco, eso sí...) Aquí aprovechamos para tomar algo de comida ya que el día, como quien dice, acababa de empezar. Y fue aquí donde Luis pinchó. No me gustó que esto pasase tan pronto porque cuando alguien pincha, comienzan a pasar cosas casi de manera matemática.

Pero seguimos rodando, con un viento ya fuerte, tras reparar el pinchazo. Nos quedaba poco para tomar el desvío hacia el puerto y el grupo se mantenía cohesionado. Salvo el terreno rompepiernas del pantano y las fuertes ráfagas de viento que cortaban el grupo alguna vez, pocas veces deshicimos la unidad.

Pero llegó el desvío del puerto y ya se veía a gente afilar el cuchillo. El primer kilómetro fue extraño. Nadie se decidía a aumentar el ritmo de manera significativa, pero llevábamos una marcheta alegre. Poco a poco, de manera imperceptible, el ritmo subía así como la dureza de Aralla, y se empezaban a formar grupos. Óscar, Manuel y Luis por delante, subiendo como máquinas. Jorge, JR y yo subiendo a buen ritmo, pero como bien dijo Jorge, jugamos en otra división que los primeros (menos JR, y ahora diré por qué). Un pelín por detrás de nosotros y subiendo de manera cerebral, estaba Sergio que nos atraparía, justo al coronar, a Jorge y a mí. César y Elías, que no pueden entrenar todo lo que les gustaría, por detrás (y creo que César, en cuanto se ponga en forma, nos lo va a hacer pagar a todos)

En cada grupúsculo no sé lo que pasó, pero conozco lo que ocurrió en el que iba yo. Y lo que ocurrió fue que JR nos permitió a Jorge y a mí estar con él. Me explico. Íbamos subiendo a un ritmo muy interesante, que nos permitió hablar un poco al principio pero que, a partir del tercer Km, nos hizo cerrar el pico, pero aguantábamos bien. No sé en qué momento ocurrió. Sólo recuerdo una curva de herradura. Pero sé que el ritmo subió y que me hizo sufrir. 400 metros de tortura hicieron que lo único que pudiese decir fuera: "que os den p-r el c--o". Momento en el cual, subí un piñón y bajé el ritmo.

Pensaba que era yo el que estaba flojo, pero al ver que Jorge se quedaba conmigo, descubrimos juntos que JR había permitido que nosotros estuviésemos con él ya que aceleró de tal forma que pronto enlazó con los galgos Luis, Manuel y Óscar. ¡Qué manera de subir! La Colnago le está dando un golpe de pedal que nos va a matar a todos.

Una vez que coronamos Jorge, Sergio y yo, nos tiramos para abajo por el asfalto recién puesto. Sí amigos. Aralla ha sido asfaltado, lo cual es una gran noticia ya que estaba al borde de ser un camino. Tras una parada en medio de la bajada para hacerle monerías a una vaca y ser juzgado por ello a manos de Jorge, ya que dijo de mí que estaba loco (grrrr) llegamos a Geras, donde tomamos un cafelito que nos supo a trabajo bien hecho.

Y como un pinchazo en una ruta avisa de más sucesos, lo que ocurrió es que Sergio partió un radio. Tuvimos suerte porque no se descentró demasiado la rueda y no tuvimos que hacer el número de la cabra para salir del marrón, así que ya encaramos la vuelta a casa por la carretera de Cuadros con el viento a favor, esto es, a muerte.

Ya cerca de León, y poco antes de llegar al punto final, nos lanzamos los típicos ataques para hacer un poco el canelo, pero lo pasamos tan bien haciéndolo...Además, ¡se nos da fenómeno!

Como veis, y como bien definió Óscar, tuvimos un gran día de bicicleta que pasará a los anales de la historia de la Grupeta.

¡Un saludo a todos!