¡Hola a todo el mundo!
Ayer, la UCI publicó un
calendario de competición que, al menos a mí, me ha hecho ilusión,
no porque crea que se va a poder llevar a cabo, la verdad, si no
porque parece que se ve algo de luz al final del túnel. Entre eso y
que ya he salido a rodar un par de días dentro de la franja horaria
y dentro del término municipal (el de la ciudad de León es enano,
por cierto) parece que el ánimo ciclista general está subiendo un
poco.
Mi ánimo nunca ha estado
especialmente bajo, la verdad. Esto del confinamiento lo he ido
llevando bien salvo por el hecho de no poder sacar la bici y demás
pero lo entiendo como algo necesario. No obstante, ¿quién me quita
de hacer planes de cara a un posible verano en el que podamos salir
con cierta normalidad?
Y a eso me dediqué,
entre otras cosas, ayer por la tarde. A pensar en una ruta que me
motivase y que, a poder ser, no saliese de la provincia de León no
vaya a ser que no nos dejen hacerlo. Puede parecer que los ciclistas
leoneses, si no nos vamos a la vecina Asturias no tenemos puertos,
pero sólo lo parece porque sólo hay que buscar un poco. ¡Y qué
puertos tenemos!
Para que a mí una ruta
me llame la atención tiene que tener dos cosas. Kilómetros y varios
puertos. En resumidas cuentas, lo que viene a ser la típica etapa de
montaña de cualquier gran vuelta. Exigente y larga.
Y después de pensar un
poco y sabiendo lo mucho que me tira a mí esa zona (mi familia
procede de esas zonas) la decisión de por dónde discurriría la
etapa parecía clara. Montaña centro-oriental leonesa. El punto de
partida también lo tenía claro. Boñar, además de mi pueblo, es lo
que más cerca queda de León teniendo en cuenta la ruta que he
ideado.
Mientras iba dibujando el
trazado, situando algún punto intermedio para que el perfil quedase
bonito, buscando los puntos kilométricos de inicio y final de
puerto, me estaban entrando unas ganas enormes de sufrir y disfrutar,
todo a la vez, a lo largo de los exigentes kilómetros de esta ruta
que no tendría nada que envidiar a cualquier etapa reina de Tour,
Giro o Vuelta. Podría decirse que ya tengo reto para este extraño
año ciclista y es este.
¿Qué os parece? Menudas
cosas más bonitas que se pueden hacer por León, ¿eh? 193
kilómetros y 3625 metros de desnivel positivo son datos que no están
nada mal, pero es que además la ruta discurre por alguno de los
parajes más impresionantes que hay en toda la Cordillera Cantábrica.
La pena es que no vaya a leer esto Javier Guillén, director de La
Vuelta a España, aunque lo voy a intentar.