jueves, 4 de octubre de 2012

El expolio.

¡Hola a todo el mundo!

El pasado domingo tocaba salida oficial con el C.C. León a la que varios miembros de la Grupeta asistimos con gran alegría y alboroto.
                                                                                                                          
El, llamémosle, problema era que el día anterior nos habíamos metido entre pecho y espalda una ruta de más o menos 120Km con puerto incluido, así que las piernas las teníamos un poco doloridas. De esta forma la decisión acerca de qué ruta hacer, si la corta o la larga (aunque yo las llamaría la rápida y la lenta), fue fácil de tomar. Tocaba soltar las piernas en la ruta corta. O eso pensaba yo.

Y digo que pensaba porque al estar al final de la temporada y tratarse de un trazado fundamentalmente plano, los habituales de esta alternativa, que suelen ser los veteranos o los más jóvenes, están en plena forma, así que despacio precisamente no ruedan.

Los primeros kilómetros fueron para calentar (y esto fue muy necesario ya que por las mañanas ya hace fresco) y contarnos las novedades. Pronto notamos que el ritmo iba a ser alegre, cosa que iba a hacer que las piernas de los valientes del día anterior se resintiesen.

Lo peor de todo era que el principal instigador de este sufrimiento inicial era precisamente uno de los que salió el día anterior. El intrépido JR. En los últimos días yo he llegado a la conclusión de que está poseído por el espíritu del su flamante Colnago. Es salir con él y que te haga sufrir. “Ataque devastador de JR” es como suelen acabar últimamente las rutas.

Pero conseguimos controlar todas las situaciones con un formidable trabajo en equipo entre Jorge, Juan Carlos “Sainz” y yo (que fui llamado “van der Pazos” por mis relevos). De esta forma, llegamos agrupados al punto cumbre de la mañana dominical.

Y es que estábamos atravesando los viñedos de la D.O. Tierras de León que produce uvas de la variedad Prieto Picudo. Y ahí es donde queríamos llegar. A las uvas. Mientras hacíamos la parada para comer el plátano, acompañamos (expoliamos) éste con unas cuantas uvas.

Después de esto y ya con el estómago y las fuerzas a tope, comenzamos la segunda parte del domingo. La vuelta a casa. Ahora el grupo ya se había disgregado por completa. JR, Manuel, Jorge y yo íbamos de un lado a otro. Primero en el grupo cabecero, luego en otro más trasero, luego JR se paró…Esto implicó un ir a tope todo el rato. Y cuando digo a tope es a tope. Y por el peor de los terrenos. Llano absoluto. Y es el peor porque al ser plano, por muy rápido que se vaya, ¿¡cómo te vas a quedar descolgado!? Y tienes que sufrir sobre la flaca muchísimo.

Pero llegamos a León sin mayor novedad y con mucha alegría, por lo que una vez más, salimos ganando…ganando unas risas.

¡Hasta la próxima!

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