¡Hola a todo el mundo!
Pues ya se me han
terminado las vacaciones invernales. El objetivo siempre es relajar,
disfrutar, comer genial y un largo etcétera que seguramente sea el
objetivo común de mucha gente. Esta vez María y yo nos llevamos las
bicis con la idea de salir los días que se pudieran. Era un pequeño
acto de fe porque nos fuimos a Asturias en medio de varios
temporales. Tuvimos mucha suerte porque de los cinco días en los que
podríamos haber montado en bici, lo hicimos dos, con buena
temperatura, algo de viento eso sí, pero no vamos a pedir milagros
tampoco.
Además, las rutas
discurrieron por el entorno de Oviedo dirección Teverga y a mí, que
me gusta investigar carreterillas que si tienen subidas mejor, para
desgracia de la pobre María, encontré unas rutas estrechas y
verticales que harían las delicias de mucho “cuestacabrista”,
pero de lo que me apetece hablaros hoy es del principio de todo.
¿Dónde dejamos las bicis cuando llegamos al hotel?
No era la primera vez que
nos alojábamos en el establecimiento en el que lo hicimos, pero sí
que era nuestra primera experiencia allí con las bicis a cuestas. Y
es que resulta que nuestro alojamiento es un hotel BikeFriendly.
Resumiendo
el tema muy mucho, deciros que es una marca a la que se acogen
ciertos establecimientos hoteleros, casas rurales, etc, con
especiales facilidades de cara al viajero que va a pasar unos días
de descanso con la bicicleta.
Ya
conocía el tema de BikeFriendly pero no lo había disfrutado. Y digo
bien disfrutar porque no puedo más que alabar esta idea de negocio.
Os cuento mi experiencia que por cierto, no está patrocinada aunque
lo pueda parecer. Sencillamente he quedado absolutamente encantado
con la experiencia.
Para
empezar, tanto en la web del hotel como una vez que llegas a las
instalaciones del mismo, “BikeFriendly” aparece por todos lados.
Te lo meten por los ojos hasta que, aficionado o no al ciclismo, te
interesas por ello. Carteles, pantallas con reportajes acerca de las
bondades de las rutas de la zona, expositores con bidones, maillots o
cosas así y más asuntos que si coincide que eres ciclista, llamarán
poderosamente tu atención.
Cuando
dices en recepción que quieres ir a guardar las bicis, te dan una
llave para un candado y te indican dónde está el garaje de las
bicicletas. Entonces, con la misma llave de la habitación que te han
asignado, accedes a un espacio llamado “zona taller”. ¡Y qué
espacio! Consta de unos cuantos colgadores de pared para poner la
bici y poder candarla de forma fácil, así como un par de soportes
para poder hacer ajustes en la bici, una mesa de taller,
herramientas, una bomba de pie, además de disponer para todo esto,
espacio más que de sobra para no estar agobiado ni mucho menos.
También existe además de todo lo anterior, una zona de lavado para
dejar la bici impoluta.
Otras
veces he viajado con la bicicleta y las experiencias han sido de todo
tipo. La verdad es que yo suelo subir la bici a la habitación y si
en algún hotel no me dejan, pues no acostumbro a reservar en
establecimientos con este, para mí, inconveniente. Cuando he hecho
el acto de fe de guardar la bici en las zonas que ciertos hoteles
tienen reservadas para ello, no guardo buen recuerdo, la verdad. En
la última ocasión que lo hice dejé la bicicleta a las seis de la
tarde y a eso de a las diez de la mañana ya tenía una caja de
herramientas apoyada sobre ella. ¿Solución? La bici a la
habitación.
Así
que encontrar un establecimiento BikeFriendly es un verdadero lujazo
como podréis comprender seáis o no aficionados al ciclismo. También
tengo que añadir que esta idea turística no sólo se reduce a
contar en ciertos hoteles con un formidable espacio para las bicis.
Además intentan crear un motor económico a través del
cicloTURISMO, con eso de “turismo” en mayúsculas.
No
es algo muy habitual, al menos por el momento, que el cicloturismo
sea un motor económico de relevancia en España. La experiencia que
tengo de alguna vez por Francia me ha hecho pensar que por ese lado
de Los Pirineos están más adelantados en este sentido, pero creo
que se debe a la relación que se tiene en la vecina Francia con la
bicicleta. Una relación mucho más cicloturística, diferente a la
idea española predominante de practicar un ciclismo deportivo por
encima del turístico. Pero ideas como BikeFriendly pueden suponer un
gran empujón a esta faceta turística.
Esta
cara más lúdica, viajera y gastronómica del ciclismo no tiene más
que ventajas. Limpia, saludable, que se suele desarrollar por eso que
ahora se conoce como la España vaciada que tanta necesidad tiene de
un cierto impulso, el que sea. Son muchos los aspectos positivos que
se consiguen al desarrollar este sector y BikeFriendly parece haberlo
visto.
Siempre
que me sea posible intentaré en lo sucesivo buscar alojamientos
BikeFriendly y os animo a que le echéis un ojo a este tema porque
facilita mucho las cosas a la hora de viajar con la bici a cuestas.
Un sobresaliente a esta empresa, sí señor.
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