lunes, 2 de marzo de 2020

El "Landismo" y la Fundación Euskadi.


¡Hola a todo el mundo!

A la hora de encarar una hoja en blanco del procesador de texto y empezar a escribir, mejor o peor, eso ya me lo diréis vosotros, suelo hacerlo de dos maneras. O directamente improviso y “lo que surja” o voy haciendo anotaciones en una libreta a lo largo de un periodo de tiempo sobre temas que se me van ocurriendo.

Hoy voy a escribir siguiendo un método híbrido. En base a un par de garabatos que tengo en la libreta, voy a improvisar el resto. Ambas anotaciones me surgieron el mismo día, no recuerdo cuándo exactamente, pero vi un vídeo de un ataque de esos como Dios manda, con las manos en la parte baja del manillar, como se lo decía yo a los chicos de escuelas...”¡agarraos abajo!”, del gran Mikel Landa durante la Vuelta a Andalucía. Inmediatamente anoté “landismo”. Así sin mayores pretensiones. Nunca he escrito nada acerca de ello, si bien sí es cierto que no suelo comentar nada de ciclismo de competición propiamente dicho, pero esto del “landismo” creo que va más allá del ciclismo de competición y del ciclismo en general, cosa que trataré dentro de unos renglones.

La siguiente anotación la hice cuando vi a, precisamente, Mikel Landa en la rueda de prensa después del anuncio de Euskaltel de su vuelta al patrocinio de la Fundación Euskadi. Apunté en mi libreta “euskaltel”. No me rompí la cabeza, la verdad. Hay veces que abro un pequeño guión acerca de este tipo de anotaciones como para establecer unas bases sobre las que hablar en plan, por ejemplo, “resultados”, “Azanza motivación”, “Gotzon futuro corredorazo”. Cosas así podrían haber formado parte de mis anotaciones pero, como digo, en esta ocasión fui simple.

Dos anotaciones, recordad. “Landismo” y “Euskaltel”.

Es ahora cuando voy a remangarme e improvisar. Allá vamos.

Y eso es lo que creo que hace muchas veces Landa cuando ataca sin venir a cuento. Me imagino a Mikel decir en voz alta, “allá vamos”, en medio del grupo de favoritos, agarrarse abajo como le repetiría un entrenador de escuelas muy chapas como podría ser yo (“¡Mikel! Agárrate abajo”) y darlo todo sin saber si es buena idea, si está fastidiando a su supuesto líder de equipo, si es buena idea o lo que sea.

Fotografía de El confidencial

Y es que creo que si el “landismo” conecta tanto con el común de los ciclistillas de medio pelo como yo y tantos otros es porque Mikel hace cosas que no tienen mucho sentido pero que le salen del fondo del alma. ¡Me siento tan identificado con él, maldita sea!

Recuerdo una ruta que hicimos Manuel, David y yo por Picos de Europa. Ya sabéis. Varios de los tigres de C. C. ASFALTO LEÓN. Manuel y yo somos muy del “landismo”. Nuestra manera de andar en bici a lo largo de una ruta larga suele tender a algo descerebrado. David es más cerebral. Recuerdo que aquel día, el primer puerto a subir era San Glorio y Manuel y yo íbamos a tope o algo parecido a ello, pero era porque nos sentíamos súper bien. Un día soleado, una zona guapísima, con colegas...pues nosotros pedaleábamos como si no nos faltasen otros dos puertos por subir. El resumen es que ese día Manu libró, pero yo acabé apajarado y David, que reguló todo el día, pues acabó bien.

El asunto es que cuando te sale algo desde lo más profundo del corazón casi te da lo mismo acabar con una pájara de primera, o que nunca te hayas subido a un podio de una gran vuelta. Eso te da lo mismo pero si Mikel sigue haciéndonos vibrar, el “landismo” se seguirá metiendo en nuestros huesos y jamás rodará solo. A tope con Mikel.

Y es que, claro. Yo entiendo que esa manera que tiene de pedalear y competir se traslade a su forma de vivir. Imagino que en varios aspectos de su vida Landa sea muy parecido a todo eso que nos muestra cada vez que ataca agarrado abajo. Todo pasión. Así que, ni corto ni perezoso, Mikel Landa tomó las riendas de la Fundación Euskadi y apechugó con el asunto en una época en la que tanto la fundación como el ciclismo base no pasaban por buenos momentos. Cómo llegó a la presidencia del asunto lo desconozco. No sé si es que le tocó en suerte como podría haberle tocado a otro u otra, pero el hecho es que ahí está el bueno de Mikel, protagonista de esta nueva manera de hacer y sentir el ciclismo que es el “landismo” a cargo de Fundación Euskadi. ¡Casi nada!

Madariaga cede el testigo a Mikel Landa. Foto de la Fundación Euskadi

Poco a poco se ha ido creando una base, casi podríamos decir que ideológica, con algo tan sencillo como vestir al equipo de naranja. ¡Ay!, el color naranja en un equipo del País Vasco...qué recuerdos nos trae a todos los buenos aficionados. Aún recuerdo a Roberto Laiseka zurrando la badana (expresión muy leonesa) a todo aquel que tratase de rechistarle en ese puerto que yo bien conozco (PAJARÓN QUE APAÑÉ ALLÍ) de nombre mítico como es Luz Ardiden.

Y poco a poco veíamos cómo en carreras de la categoría Élite se asomaban unos cuantos chavales vestidos de naranja y hacían buenos puestos. Y de repente resulta que Orbea se implicó en el proyecto y como que la cosa coge forma y sacan equipo Continental-Profesional.

Euskaltel vuelva a apoyar el proyecto. Foto de Fundación Euskadi

Y un buen día, resulta que la Fundación Euskadi convoca a los medios de comunicación porque tiene que hacer un anuncio importante. Lo cierto es que ese día pensé en que sería gracioso que anunciasen que Euskaltel volvía a patrocinar un proyecto ciclista pero me resultaba algo impensable, no sé. Sin estar en la zona ni respirar el ambiente pues no sabes muy bien lo que pasa por allí. Puede que en las grupetas y corrillos del País Vasco fuese un secreto a voces, no lo sé, pero cuando se confirmó la noticia de que, efectivamente, Euskaltel iba a patrocinar de nuevo a la Fundación Euskadi, un sentimiento de alegría me salió muy de dentro.

Salió del mismo lugar en donde reposa el “landismo” que llevo dentro. Del sitio en donde descansan, crecen y brotan los sentimientos más ilusionantes. Porque toda esta mezcla de “landismo” y la vuelta de la Marea Naranja del Euskaltel-Euskadi es precisamente eso. Una ilusión tremendamente buena y positiva. Ojalá todo salga genial. Ojalá Mikel reviente a todos en una gran vuelta y ojalá Gotzon gane una etapa, de las buenas, mientras Jorge Azanza le da instrucciones desde el coche, naranja por supuesto, y le grita que se agarre abajo.

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