martes, 30 de abril de 2013

El hedonismo como modo de vida.

¡Hola a todo el mundo!

Y continuando con el tema de ayer, esas pequeñas satisfacciones que te da el deporte, hay alguna de ellas que se producen mientras estás sentado en el sofá, viendo cómo llueve en la calle.

Ayer, después de haber luchado contra mis demonios internos para poder salir un rato a entrena y haberme comido una ventolera en contra del tres y medio, finalmente llegué a casa y de satisfacción estaba muy bien. Lo normal para estos casos.

Pero es que hoy, queridos amigos. Es que hoy...¡Es que hoy! ¡HOY AMANECIÓ LLOVIENDO! Y no es que sea una buena noticia para lo que viene siendo salir en bici y tal, pero es que yo ya entrené los últimos tres días. Y hoy paso de mojarme y no me siento mal por ello. ¡Es genial!

Efectivamente es un pensamiento un poco retorcido y poco solidario de cara a los compañeros que no hayan podido salir últimamente, por lo que pido perdón, pero como dijo Chus, que lance la primera piedra aquella persona que no ha sentido esto alguna vez.

Y como podéis comprobar, quien no se consuela es porque no quiere, pero también podemos verlo desde este otro punto de vista. El deporte no hace más que dar satisfacciones personales a aquellas personas que lo practican. 

Pero lo que también nos da satisfacciones es disfrutar de otros placeres de la vida. Llamadme hedonista si os parece, pero yo vivo buscando la satisfacción personal, y para ello me sirvo del deporte, efectivamente, pero también de otras cosas, todas ellas legales, como tomarme unas cervezas de vez en cuando, trasnochar algún día que otro, jugar al baloncesto, escuchar música, etc.

Y veo como algo muy importante en la vida el ampliar las miras. No todo es deporte y entrenar al corte todo el rato, ni tampoco es todo tomar cervezas hasta reventar. Por eso amo el cicloturismo. Porque subo el Tourmalet dándolo todo y al llegar arriba, me tomo una pinta en la terraza del bar que hay en la cima.

Conclusión. La virtud está en el punto medio de las cosas. He dicho.

1 comentario:

  1. Fernando grupeta1 de mayo de 2013, 9:18

    Totalmente de acuerdo, no hay que rallarse con la bici ni convertirla en obsesión, sino en disfrute

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