martes, 7 de abril de 2020

Estrellas enormes...y efímeras.


¡Hola a todo el mundo!

No me cansaré de agradecerle a la tele pública el hecho de que esté reponiendo tantas y tantas etapas míticas del pasado ciclista. No en vano, la videoteca de RTVE seguramente sea de las más espectaculares del mundo, no me cabe la menor duda de ello. Seguramente le esté dando buen rendimiento en cuanto a televidentes porque día tras día insisten en ello y en las redes lo anuncian a bombo y platillo.

Ayer, mientras comentaba con un amigo la subida de Lagos de Covadonga de La Vuelta a España del '92, etapa que ganó Perico Delgado, hablábamos de que precisamente el campeón segoviano fue de los últimos de su generación en mantenerse en la cresta de la ola, ya que incluso llegó a hacer podio en La Vuelta del '94, año en el que acabó por retirarse de la competición.

Hoy están emitiendo una etapa del Tour del año '93 y pensando en eso de ciclistas de determinadas generaciones, esos primeros años '90 la verdad es que vieron nacer y morir a unos cuanto ciclistas de manera muy rápida.

Por ejemplo, pienso en nombres como Chiapucci que si bien dio guerra desde el año 1990, a partir del año '94, nunca más hizo algo reseñable, salvo un 5º puesto en el Giro. Podríamos decir que 5 años de brillo intenso para esta estrella.

Otro nombre importante de la época fue Gianni Bugno, al que podríamos llamar la eterna alternativa que nunca llegó a ser, porque, en efecto, ganó un Giro, el del '90, y un par de mundiales, '91 y '92, pero viendo los fríos resultados, yo le daría 3 años de brillo intenso en el ciclismo. Años 1990, '91 y '92. Después de eso prácticamente desapareció.

De izq. a dcha., Bugno, Induráin, Chiapucci en el Tour '91.
Fotografía del Diario As.

El ciclista que siempre me llamó la atención por muchas cosas como su mala uva, su estilo inconfundible, además de sus gafas de gentleman fue Fignon. Y es que circunscribiéndome al tema sobre el que estoy escribiendo, creo que fue el ciclista de aquella época que más prolongó su brillo. Sería de una generación anterior a los ciclistas antes citados, probablemente sería más de la época de P. Delgado y toda esa gente, pero sí que se podría definir al bravo corredor francés como una estrella de largo recorrido porque desde que ganó su primer Tour en el '83, hasta el año de su retirada en el '93, más o menos siempre se dejó ver. Yo le doy de brillo diez años, más o menos. Además tuvo que convivir con Hinault, lo cual es de todo menos fácil.

Probablemente el mayor agujero negro que acabó con las carreras de todas esas estrellas efímeras tiene nombre y apellidos, porque de no ser por el ENORME Miguel Induráin, ¿cuántas grandes vueltas se hubiesen repartido Bugno y Chiapucci? Incluso Rominger, que fue más astuto y se cubrió de laureles en La Vuelta, yo creo que hubiera ganado algún Tour. Además siempre me cayó muy bien este Suizo de Candás, Principado de Asturias.

Aquellos maravillosos años '80 y '90 nos dieron estrellas tan enormes y mediáticas como efímeras pero sin ellos los campeones que surgieron no hubiesen sido igual de enormes. Para esas figuras, el pelotón era lo mismo que una jungla llena de peligros. Los mayores beneficiados, sin duda, los aficionados. ¡Ah! Y los archivos de RTVE para reprogramar durante el confinamiento.

4 comentarios:

  1. En relación a la cuestión que planteas Pedro Delgado, en sus directos de Twitter que hace después de las etapas emitidas en el canal Teledeporte de RTVE, dió las claves para entender el efímero paso por la élite de los corredores de las décadas de los 80 y 90:

    -se manteníanen competición en doble de días que los corredores actuales, superando los 180 días al año.

    -las etapas de las grandes vueltas tenían una media de 200 km, y había etapas llanas de más de 250 km. Eso es inconcebible en el ciclismo moderno.

    Como dice Perico, comparando su cuerpo con un coche, en diez años le habían hecho tantos kilómetros que aquello no daba para más.
    ___
    Yo añadiría otras dos razones:

    -antes se miraba mucho el DNI y a un chico de 30 años se le llamaba viejo. No había ningún respeto por la veterinaria.

    -la alimentación, la preparación física y la fisioterapia eran muy precarias en esa época. Los entrenos metían cargas de trabajo inhumanas que contribuyen al desgaste físico. Fíjate en el Bala que se pasa más de medio año en su casa entrenando con su grupeta de amigos.

    Aún así hay que reconocer que Pedro Delgado aguantó en la élite más años que cualquiera de su generación y fue un corredor que desde el primer año al último luchó por las generales. De caza etapas podría haber aguantado más año pero tenía sangre de líder y, como cuentas, se retiró con un podium en la vuelta.

    Un saludo.

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    1. En principio estoy de acuerdo contigo, Manu, pero pensándolo fríamente durante una preciosa ruta de rodillo, entendiendo los argumentos que aportas a los que no les falta razón, pongo sobre la mesa de debate el hecho de que los ciclistas más pretéritos se machacaban mucho más en unas circunstancias absolutamente dantescas y con unas preparaciones nulas , en el mejor de los casos, y peligrosas la mayor parte de las veces....y creo que "duraban más" y los cromos no se cambiaban tan rápido como en esos años '80 y '90.

      Fueron dos décadas de un surgimiento constante de talentos que se iban solapando unos a otros...Fignon, Perico, Roche, Lemond, Chiapucci, Bugno, etc... Entre Hinault e Induráin hubo una especie de "Reino de Taifas" que fue maravilloso

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  2. ¡Buenos días!

    Bueno, creo que para hablar sobre lo efímero de una carrera, primero tendríamos que saber cómo lo vamos a evaluar. Parece que te has centrado en las actuaciones en las 3 grandes más el mundial, lo cual puede ser un criterio válido, o no, dependiendo del tipo de corredor (un clasicómano o un sprinter, por ejemplo, no podrían entrar aquí).

    ¿Consideramos 3-5 años una carrera efímera? Bueno, quizá habría que analizar la media de los corredores en el Top10 de las grandes vueltas de los 80 y 90 y ver cuántos se mantuvieron en ese Top10 durante más de 5 años, quizá eso nos daría una medida de si esos 3-5 son efímeros, normales o, incluso, excelentes. Por ejemplo, Miguel Indurain, grande entre los grandes, ¿cuántos años estuvo en la cima? 5 como dominador, 6-7 si añadimos un año previo donde empezaba a apuntar cosas, y un año final (96) donde logró, al menos, el oro Olímpico.

    Personalmente, consideraría estrellas efímeras a gente como Berzin, Jaskula o gente así, que aparece puntualmente en un año o dos en el podium y ya no se sabe más de ellos, pero alguien con un recorrido entre los 3 y 5 años, especialmente en esta época, lo considero ya una carrera sólida.

    Hemos de tener en cuenta que el ciclismo es un deporte extremadamente duro, que requiere de un fondo físico importante por lo que no se alcanza el pico hasta los 25-27 años y en el que con 33-35 ya empieza el declive, por lo que se ajusta mucho el periodo en el que un ciclista puede brillar.

    Manu_Cas ya apuntaba algunas de las razones por las que en esta época se reducía aún más este periodo de plenitud, con muchos más kilómetros y días de competición y una preparación menos profesional, por así decirlo. Por poner un ejemplo, Marino Lejarreta estuvo muchos años corriendo Giro, Tour y Vuelta en la misma temporada, algo que hoy sería impensable.

    Un saludo

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    1. Hola, Manuel!

      Según he ido leyendo tu comentario iba pensando..."joer, tiene toda la razón...menuda basura de entrada la mía"...jajaja....pero mientras hacía rodillo lo he estado pensando y voy a rebatir alguna cosa...

      Berzin y esa buena gente, yo es que ni les considero. Les doy la importancia que tiene el haber hecho grandes cosas, pero, claro, es que duraron un año o dos como mucho, lo que pasa que esa gente que venía del bloque del este, se vieron en medio de occidente con una vida llena de lujos para lo que ellos estaban acostumbrados y, claro, se les fue del todo.

      A partir de aquí, voy a encabezar todo esto con un...PREFIERO TRES AÑOS DE BUGNO QUE QUINCE DE QUINTANA, POR EJEMPLO...

      Valoro muchísimo esos años, pero más bien a lo que me refería es que se cambiaron los cromos como muy rápidamente. Cuando ya estabas a tope con Chiapucci, por poner un nombre, de repente "desaparecía" porque ya tenías en sobre la mesa, por ejemplo a Rominger o Zulle o cualquier otro... Eran efímeros en ese sentido.

      Mientras pensaba en todas estas cosas me fui un poco más al pasado más primigenio del ciclismo y recordé o, más bien, intenté imaginar cómo serían los entrenamientos, las carreras, la alimentación y cosas parecidas de los primeros héroes de los años 30, 40...Mi adorado Bartali, sin ir más lejos creo que fumaba algo incluso y, además, su generación vivió una guerra mundial que partió todo por la mitad. Condiciones más duras que las de las figuras de los 80 y 90, y creo que tenían carreras más longevas o esa sensación tengo yo.

      Todo esto siendo consciente de que no son comparables diferentes épocas del ciclismo, pero sí que tengo la sensación de que en los años 80 y 90 se superpusieron muy rápidamente los grandes campeones, cambiando los cromos demasiado rápido.

      Por cierto.....MARINO SIEMPRE EN MI EQUIPO!!! JEJEJEJE

      Gracias por darle vida al blog, Manuel

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