¡Hola
a todo el mundo!
Estos
últimos días estamos viviendo un intento muy loable de
reestructuración del calendario ciclista con la intención de salvar
lo máximo que se pueda de la temporada y, por lo tanto y esto es lo
fundamental, rescatar en la medida de lo posible la economía del
ciclismo. Al fin y al cabo, todo este mundillo no deja de ser una
industria que da dinero de una u otra forma y si no se disputan
determinadas carreras, sobre todo las más importantes, entonces se
crea un problema económico que afectaría a todos y cada uno de los
integrantes de dicho mundillo.
Creo
ser consciente de lo que está intentando hacer la Unión Ciclista
Internacional, nuestra querida UCI, que es salvar ante todo las joyas
de la corona como son Tour (ante todo y sobre todo), el mundial, las
clásicas, Giro y Vuelta. Ahí es donde están, imagino, los
contratos televisivos más suculentos, en donde habrá cerrados
contratos mucho más complejos y complicados de solventar a la hora
de las consecuencias de no celebrarse dichas carreras y un largo
etcétera de temas.
Como
parece evidente que lo que se está intentando es salvar al ciclismo,
como vengo diciendo en los últimos días, no estaría de más
repensar todo el modelo que lleva imperando la última década y
media, porque precisamente este modelo es el que está acabando poco
a poco con el ciclismo. Puede que si sólo ves el Tour y si tienes
algo de tiempo también consumes algo de La Vuelta, te pueda parecer
que el ciclismo ha experimentado una evolución a mejor, pero me temo
que no es así.
Sin
duda, las carreras de primera categoría, así como los equipos de la
primera división, englobado todo ello en el marchamo UCI World Tour,
han experimentado un gran desarrollo pero ahí está el problema. La
UCI debido a las medidas que ha ido adoptando, ha dejado a su suerte
al resto de categorías, tanto de carreras como de equipos, creando
un ciclismo sin una base sólida, lo cual hace que un movimiento tan
tectónico como el que puede darse por culpa de la crisis del
Covid-19, deje al ciclismo tiritando.
Como
las normas, usos y costumbres del actual ciclismo se pueden consultar
en diferentes fuentes, yo lo que voy a hacer aquí es
ciclismo-ficción.
Y
una de las primeras cosas que se me ocurren es acabar con ese coto
cerrado de equipos World Tour, un mundo aún más endogámico de lo
que ya de por sí es el ciclismo profesional. Acceder a la primera
división debería de ser posible gracias a tus resultados deportivos
y, por tanto, caer de ese escalón también debería de ser
consecuencia de una penosa temporada. Es decir, para hablar claro,
ASCENSOS Y DESCENSOS. Cada carrera daría unos puntos a los equipos
en función de diferentes clasificaciones, tanto a nivel individual
como a nivel colectivo. Siguiendo este patrón, imagino las últimas
carreras de la temporada como una suerte de sálvese quien pueda para
lograr dichos puntos. ¡Qué espectáculo sería eso! TRES serían
los ascensos y descensos.
Las
diferentes carreras del calendario también tendrían diferentes
puntos, más o menos, en función de historia, organización y un
largo etcétera de condicionantes. No sólo serían consideradas
carreras de primera aquellas que lleven toda una vida en el
calendario, que por supuesto que también, pero si viene un
patrocinador (y ahí está el gancho) con el dinero debajo del brazo,
por ejemplo Nike (insisto que esto es ciclismo-ficción) y pone un
dineral para hacer una pedazo de carrera al final de temporada para
que ahí se decidan los ascensos y descensos, pues es evidente que
habría que considerarla una carrera de primera.
Y
aquí viene uno de los aspectos más espinosos de este ejercicio de
ciclismo-ficción. A las carreras, ¿qué equipos acudirían? Está
claro que los equipos de primera división que han hecho buena
temporada el año anterior deben de tener derecho a ir a esas
carreras de primera, pero también los equipos que ese mismo año,
dentro de la categoría de continentales profesionales (los de
segunda), lo estén haciendo bien tienen que tener alternativas de
cara a poder optar al ascenso. Para poder seguir desarrollando esto
habría que determinar el número de equipos que habría en la
primera división de equipos.
Un
buen número es 15. De estos equipos, los que quedan entre los 10
primeros acceden a las carreras de primera categoría y los 5
primeros equipos del ranking de la segunda división (continentales
profesionales) del año en curso, también tienen invitación para
las carreras de primera. Estos equipos no tendrían la obligación de
ir porque sabemos que son más humildes y puede que por presupuesto
no puedan acudir a esas carreras, pero los de primera, los diez
primeros, están obligados. De haber una renuncia por este motivo, la
plaza se cubriría con otro equipo por invitación de la organización
de la carrera que toque.
De
este modo ya tenemos 15 equipos en las carreras de primera categoría.
Si ponemos un número de 22 equipos por cada una de estas carreras
nos faltarían 7 plazas para completar cada carrera de primera. Y
estas plazas se cubrirían a través de invitación directa de cada
carrera. De esta manera los pelotones de cada prueba serían mucho
más variados que los que hay ahora, para lo bueno y para lo malo,
ojo. En este ejercicio de ciclismo-ficción no todo tiene por qué
ser bueno. Imagino que si yo fuese un organizador de una carrera de
primera, de esta manera estaría sometido a muchas presiones para
invitar a tal o cual equipo para el tema de los ascensos y descensos,
pero así es la vida, maldita sea. No siempre es de colores y algodón
de azúcar.
He
de recordar que también habría un calendario de carreras de segunda
división, por supuesto, y no se daría la mitad de puntos que en las
carreras de primera. Menos, claro que sí, pero no la mitad. Un 75%
estaría bien, fomentando así el hecho de que prolifere este
calendario de segunda también. Aquí ya me pierdo en cuanto a la
ordenación de los participantes, la verdad, porque si sigo tirando
de esta ficción ciclista no tengo final, la verdad. Además, en mi
imaginación también hay un calendario de carreras de tercera en las
que se darían también puntos, en este caso, el 50%. Por ejemplo, si
ganas una clasificación de equipos de una carrera de 1ª, serían
1000 puntos, la de 2ª te daría 750 puntos y la de 3ª te daría 500
puntos.
Mi
intención en esta entrada era desarrollar los primeros pasos de todo
un universo de ciclismo-ficción, incluyendo asuntos presupuestarios
y de más, pero es todo tan amplio que no me da con sólo una, así
que esto se va a convertir en una serie.
Pero
lo que sí que os voy a ir adelantando es que en este universo
ficticio habría fichajes a mitad de temporada. Por supuesto que sí.
Qué cantidad de artículos, podcast, programas de televisión,
programas de radio y comentarios en las grupetas de todo el mundo
habría gracias a los dimes y diretes de los fichajes. El culebrón
del fichaje de tal o cual estrella. ¿Os lo imagináis? Se me hace la
boca agua, no os digo más.
Pero
como os digo, esto junto con otro montón de ideas lo voy a dejar
para la siguiente entrega de esta serie.
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