viernes, 17 de abril de 2020

Nuevas normas del ciclismo-ficción. Parte I


¡Hola a todo el mundo!

Estos últimos días estamos viviendo un intento muy loable de reestructuración del calendario ciclista con la intención de salvar lo máximo que se pueda de la temporada y, por lo tanto y esto es lo fundamental, rescatar en la medida de lo posible la economía del ciclismo. Al fin y al cabo, todo este mundillo no deja de ser una industria que da dinero de una u otra forma y si no se disputan determinadas carreras, sobre todo las más importantes, entonces se crea un problema económico que afectaría a todos y cada uno de los integrantes de dicho mundillo.

Creo ser consciente de lo que está intentando hacer la Unión Ciclista Internacional, nuestra querida UCI, que es salvar ante todo las joyas de la corona como son Tour (ante todo y sobre todo), el mundial, las clásicas, Giro y Vuelta. Ahí es donde están, imagino, los contratos televisivos más suculentos, en donde habrá cerrados contratos mucho más complejos y complicados de solventar a la hora de las consecuencias de no celebrarse dichas carreras y un largo etcétera de temas.

Como parece evidente que lo que se está intentando es salvar al ciclismo, como vengo diciendo en los últimos días, no estaría de más repensar todo el modelo que lleva imperando la última década y media, porque precisamente este modelo es el que está acabando poco a poco con el ciclismo. Puede que si sólo ves el Tour y si tienes algo de tiempo también consumes algo de La Vuelta, te pueda parecer que el ciclismo ha experimentado una evolución a mejor, pero me temo que no es así.

Sin duda, las carreras de primera categoría, así como los equipos de la primera división, englobado todo ello en el marchamo UCI World Tour, han experimentado un gran desarrollo pero ahí está el problema. La UCI debido a las medidas que ha ido adoptando, ha dejado a su suerte al resto de categorías, tanto de carreras como de equipos, creando un ciclismo sin una base sólida, lo cual hace que un movimiento tan tectónico como el que puede darse por culpa de la crisis del Covid-19, deje al ciclismo tiritando.

Como las normas, usos y costumbres del actual ciclismo se pueden consultar en diferentes fuentes, yo lo que voy a hacer aquí es ciclismo-ficción.

Y una de las primeras cosas que se me ocurren es acabar con ese coto cerrado de equipos World Tour, un mundo aún más endogámico de lo que ya de por sí es el ciclismo profesional. Acceder a la primera división debería de ser posible gracias a tus resultados deportivos y, por tanto, caer de ese escalón también debería de ser consecuencia de una penosa temporada. Es decir, para hablar claro, ASCENSOS Y DESCENSOS. Cada carrera daría unos puntos a los equipos en función de diferentes clasificaciones, tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Siguiendo este patrón, imagino las últimas carreras de la temporada como una suerte de sálvese quien pueda para lograr dichos puntos. ¡Qué espectáculo sería eso! TRES serían los ascensos y descensos.

Las diferentes carreras del calendario también tendrían diferentes puntos, más o menos, en función de historia, organización y un largo etcétera de condicionantes. No sólo serían consideradas carreras de primera aquellas que lleven toda una vida en el calendario, que por supuesto que también, pero si viene un patrocinador (y ahí está el gancho) con el dinero debajo del brazo, por ejemplo Nike (insisto que esto es ciclismo-ficción) y pone un dineral para hacer una pedazo de carrera al final de temporada para que ahí se decidan los ascensos y descensos, pues es evidente que habría que considerarla una carrera de primera.

Y aquí viene uno de los aspectos más espinosos de este ejercicio de ciclismo-ficción. A las carreras, ¿qué equipos acudirían? Está claro que los equipos de primera división que han hecho buena temporada el año anterior deben de tener derecho a ir a esas carreras de primera, pero también los equipos que ese mismo año, dentro de la categoría de continentales profesionales (los de segunda), lo estén haciendo bien tienen que tener alternativas de cara a poder optar al ascenso. Para poder seguir desarrollando esto habría que determinar el número de equipos que habría en la primera división de equipos.

Un buen número es 15. De estos equipos, los que quedan entre los 10 primeros acceden a las carreras de primera categoría y los 5 primeros equipos del ranking de la segunda división (continentales profesionales) del año en curso, también tienen invitación para las carreras de primera. Estos equipos no tendrían la obligación de ir porque sabemos que son más humildes y puede que por presupuesto no puedan acudir a esas carreras, pero los de primera, los diez primeros, están obligados. De haber una renuncia por este motivo, la plaza se cubriría con otro equipo por invitación de la organización de la carrera que toque.

De este modo ya tenemos 15 equipos en las carreras de primera categoría. Si ponemos un número de 22 equipos por cada una de estas carreras nos faltarían 7 plazas para completar cada carrera de primera. Y estas plazas se cubrirían a través de invitación directa de cada carrera. De esta manera los pelotones de cada prueba serían mucho más variados que los que hay ahora, para lo bueno y para lo malo, ojo. En este ejercicio de ciclismo-ficción no todo tiene por qué ser bueno. Imagino que si yo fuese un organizador de una carrera de primera, de esta manera estaría sometido a muchas presiones para invitar a tal o cual equipo para el tema de los ascensos y descensos, pero así es la vida, maldita sea. No siempre es de colores y algodón de azúcar.

He de recordar que también habría un calendario de carreras de segunda división, por supuesto, y no se daría la mitad de puntos que en las carreras de primera. Menos, claro que sí, pero no la mitad. Un 75% estaría bien, fomentando así el hecho de que prolifere este calendario de segunda también. Aquí ya me pierdo en cuanto a la ordenación de los participantes, la verdad, porque si sigo tirando de esta ficción ciclista no tengo final, la verdad. Además, en mi imaginación también hay un calendario de carreras de tercera en las que se darían también puntos, en este caso, el 50%. Por ejemplo, si ganas una clasificación de equipos de una carrera de 1ª, serían 1000 puntos, la de 2ª te daría 750 puntos y la de 3ª te daría 500 puntos.


Mi intención en esta entrada era desarrollar los primeros pasos de todo un universo de ciclismo-ficción, incluyendo asuntos presupuestarios y de más, pero es todo tan amplio que no me da con sólo una, así que esto se va a convertir en una serie.

Pero lo que sí que os voy a ir adelantando es que en este universo ficticio habría fichajes a mitad de temporada. Por supuesto que sí. Qué cantidad de artículos, podcast, programas de televisión, programas de radio y comentarios en las grupetas de todo el mundo habría gracias a los dimes y diretes de los fichajes. El culebrón del fichaje de tal o cual estrella. ¿Os lo imagináis? Se me hace la boca agua, no os digo más.

Pero como os digo, esto junto con otro montón de ideas lo voy a dejar para la siguiente entrega de esta serie.

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