¡Hola a todo el mundo!
Hoy a sido el día. Tenía intención de retrasarlo hasta el lunes, pero abrí el archivo excel donde anoto mis entrenamientos y conté los días sin dar un solo pedal. Consideré que 25 días estaban bien para, por lo menos, realizar una pequeña prueba en el rodillo.
Para ser totalmente sincero con vosotros, había realizado alguna prueba en el rodillo durante estos 25 días (dos para ser más exactos), pero como notaba que a los 2 minutos la rodilla cantaba bulerías y no quería cargarme toda la recuperación, pues me paraba de inmediato, aunque sin realizar prueba alguna llevaba ya 20 días.
Así que hoy abrí el cajón de los culotes. Saqué el que tengo para el rodillo. Sí amigos. Ese que todos tenemos hecho harina por una u otra razón. Cogí una camiseta de algodón cómoda (ponerme un maillot me pareció excesivo) y coloqué la bicicleta en el rodillo.
Me senté en una silla para calzarme la raíz de mis problemas. Las zapatilla, a las que al colocar las calas y forzar más de lo debido el día del estreno me han generado la tendinitis dichosa. Pero saco de esta experiencia muchos aprendizajes, así que considero este periodo muy fructífero.
Creo que las lesiones tienen un componente psicológico muy importante (seguro que es así, aunque digo "creo" porque no soy un experto). Comento esto porque hoy me levanté con un ánimo que, aunque tuviese roto el ligamento cruzado, nadie me hubiese podido parar.
Se puede leer en el "Tao Te King", de Lao Tse, que el secreto de la salud es estar cansado de la enfermedad. Así que hoy fue el día en el que me cansé de la lesión. En cuanto miré a la bicicleta, ella y yo supimos de inmediato que nos encontrábamos ante un día especial.
Sin embargo, como la experiencia es un grado y no quería ni quiero cometer locuras con la rodilla, mantuve en todo momento un enorme respeto por la señora tendinitis. Aún recuerdo el dolor intenso del primer día. Así que me apliqué una crema de esas que hacen que entres en calor. No podía retrasarlo más. Había que empezar a dar pedales.
Me acerqué y, casi sin pensarlo ni darme cuenta, ya estaba pedaleando. En las primeras pedaladas se ve claro el temor. Me da la sensación de que esa punzada de dolor va a aparecer en cualquier momento. Miro el cronómetro y ya han pasada 5 minutos. Parece que la cosa marcha bien. Otros días ya tenía que parar y hoy no "noto" la rodilla, así que pierdo el miedo. Dejo de centrarme en la rodilla para centrarme en dar pedales.
Vuelvo a mirar el cronómetro y veo que estoy a punto de llegar a 15' y no siento ninguna molestia, así que percibo que es un muy buen momento para bajarme de "la americana" y comenzar a realizar algún estiramiento y algún ejercicio de fuerza.
Bebo agua con una sensación de mejora evidente. Me siento feliz y tras finalizar los ejercicios programados, vuelvo a "la americana" para continuar con mi búsqueda de sensaciones.
Comienzo a pedalear y lo que noto es que, precisamente, no noto nada. Gran noticia que no hace que me vuelva loco y meta dureza al rodillo para destrozar este avance. No. En lugar de eso, me pongo como tope otros 15' y punto final. Después de tantos días "parado" (entrecomillo porque lo que no he hecho es ciclismo) prefiero retomar poco a poco, pero creo que a mediados de mayo voy a estar perfecto. Lo veo claro.
Termino la 2ª sesión de rodillo y puedo asegurar que es el entrenamiento de rodillo que me ha hecho sentir mejor de la historia del rodillo.
Creo que puede afirmar que hoy da comienzo el regreso de mi "yo" ciclista. Poco a poco, eso sí, pero al menos sé que 30' de rodillo ya no me hacen sufrir. Os aseguro que eso es una gran noticia para mi.
¡Que tengáis un buen día!
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