¡Hola a todo el mundo!
Pues sí amigos. Ya ha llegado el otoño, además, de manera súbita. De un día para otro nos hemos encontrado con que tenemos que sacar todo el estaribel para salir a rodar. Manguitos, perneras, llevar siempre el chubasquero, etc...
¿Sabéis qué os digo? ¡Que me hace casi hasta ilusión! Bien es cierto que soy un adorador del calor, sí, pero rodar con algo de fresquete, con un cielo plomizo, pisando hojas secas caidas en la carretera...es diferente. Es otro ciclismo.
Os parecerá una tontería, pero con este clima me acuerdo un montón de los compañeros del norte de Europa. Pienso que son unos verdaderos héroes. Salir a rodar con ese clima que tienen parece inviable bajo nuestro punto de vista, pero lo hacen.
Cuando me da pereza salir porque hace frío, o pintea algo de lluvia o cosas así, me imagino que la situación puede ser peor y saco fuerzas de flaqueza. De hecho, hoy, que tras un parón de unos días voy a salir a entrenar, voy a tener que pensar estas cosas.
Ya no va a ser tan rápido vestirme para entrenar. En verano te pones el culote y el millot y listo. Ahora no. Ahora hay que sacar el estaribel del que os hablaba antes. Que si los manguitos, perneras, un maillot que combinar con alguna otra prenda de abrigo. Modo cebolla activado.
Pero lo más importante es salir a rodar en bici y que no decaiga. Si eres un cicloturista novel, te doy un consejo. Tienes que ser fuerte estos primeros días de dificultad y salir. Si consigues superar octubre, todo es muy fácil. No tendrás un parón de 4 ó 5 meses en el que todos hemos caído alguna vez.
Así que, voy a comenzar el otoño esta tarde con la mayor de las ilusiones y sabiendo que algo de frío voy a chupar. Os animo a que no paréis.
¡Que no decaiga!
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