martes, 27 de noviembre de 2012

Qué tiempos aquellos, ¡madre mía!

¡Hola a todo el mundo!

Hoy, al llegar a casa después de entrenar, me sentí muy satisfecho con el trabajo realizado. Un entreno de esos que recuerdas durante tiempo. Pulsaciones constantes, buen ritmo, sensaciones inmejorables...En una palabra. Un éxito de entrenamiento.

Y también ha sido un éxito porque elaboré una teoría durante el mismo que voy a intentar desarrollar y transmitiros. No va a ser fácil habida cuenta que todo surgió mientras, al rodar, miraba el lamentable panorama de las cunetas. Había un número impresionante de botellas de plástico, paquetes de tabaco, latas de cerveza, vidrio y muchas más cosas.

Y mientras miraba esto, os aseguro que bien pegadito a la derecha de la calzada, un tipejo en su coche asesino me pegó una pasada, de esas que te hacen todos los días, pero unos días te sientan mejor que otros, sin embargo, lo que está en juego es lo mismo de siempre. Tu vida. 

De manera inmediata apareció ante mí la forma de una teoría para explicar el por qué de ese comportamiento al volante. Ese comportamiento que hace que cada día cientos de personas estén a punto de MATAR a otros cientos que montan en bici.

Sí. Voy a intentar ligar, de manera digna en forma de teoría, la suciedad y el comportamiento incívico a mandos de un volante.

Para empezar, creo sinceramente que todos esos conductores imprudentes, en su gran mayoría son personas normales, al menos, aparentemente. Seguro que se sientan muchos de ellos a ver el Tour todos los veranos, incluso a alguno o a alguna el ciclismo les encante y tengan una bici con la que hacer sus pinitos. Y digo más. Seguro que les pillas en modo peatón y les preguntas por el tema del 1'5 metros de separación y te digan "¡Por supuesto!" con la boca bien grande y en voz alta. Pero algo pasa que no lo hacen. ¿Qué será?

De igual modo, aquellas personas que se terminan su refresco mientras conducen de camino a casa, con la sensación del trabajo bien hecho, y abren la ventanilla y tiran la lata o la botella por la ventanilla, estoy casi seguro que reciclar les mola mogollón, son amantes de la naturaleza y puede que más de uno vaya a setas los domingos. Seguro que más de un@ habrá dicho "¡Qué guarra es la gente!" cuando se topan con una colilla en la playa y riñen a sus hijos si les ven tirar un papel al suelo. Creo sinceramente que esto es así pero, ¿qué ocurre en ese preciso momento post-refresco?

Por increíble que os parezca, mientras estaba entrenando tuve un momento de lucidez y relacioné ambas cosas. Tienen un denominador común ambas situaciones. Éstas, a su vez, tienen acciones hermanas como pueden ser no recoger los desechos del perro, no ceder el asiento del autobús a una persona mayor y muchas más.

El denominador común, como digo, es el mismo. Se hace llamar MALA EDUCACIÓN.

Porque estoy seguro que si la buena educación reinase como debiera, muchas de esas pasadas que nos hacen todos los días a ras de vida, no se producirían. Es algo muy similar a dejar pasar primero a una mujer. Puede que tenga mucha prisa, pero cedo el paso a una mujer porque tengo BUENA EDUCACIÓN. Esto es lo mismo. Si no puedo adelantar al ciclista porque no cuento con mucha visibilidad, espero y luego paso. ¡No pasa nada! Harás gala de BUENA EDUCACIÓN. Es el único problema.

Voy a pronunciar una palabra por la que alguno puede que me tache de fascista, carca o algo así, pero en estos nuestros días, hemos perdido eso que se llamaban VALORES. Respeto, honestidad.¡Ya sabéis! Todo aquello.

Y puede que alguno piense "Eso no me pasa a mí porque yo digo gracias, por favor y toda la parafernalia". Pero creo que la educación va más allá. Es decir "gracias" y sentirse agradecido. Es pedir "por favor" las cosas y mostrar algo de respeto. Es poner el intermitente y ser plenamente consciente de que lo que adelantamos es un ciclista y que si lo hacemos mal le podemos matar. Es tirar la basura en el cubo de la basura (ahora entendéis el nombre, ¿verdad?) porque si no contaminamos, etc.

Y aunque parezca mentira, creo que tirar una botella por la ventanilla o adelantar a un servidor a 0'15 metros de distancia mientras yo cumplía con mi parte del acuerdo -rodar bien pegado a la derecha-, todo ello tiene que ver con la falta de buena educación reinante en este nuestro mundo. La crisis económica está camuflando muchas otras cosas que ya no es que estén en crisis. Es que están en ruinas. El respeto, la buena educación, el civismo...qué tiempos aquellos, madre mía. 

Resumiendo. Como os decía. ¡Menudo entreno que me ha salido hoy! 137 pulsaciones de media, todas muy contantes, 60Km, buen ritmo, cadencia de 96. Todo genial.

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