¡Hola a todo el mundo!
En la última entrada que publiqué, el amigo Manuel hizo un comentario en la misma, que todos podéis leer, y me sugería hacer una entrada acerca del mantenimiento que tiene que tener una bicicleta en invierno ya que, sí amigos adoradores del calor, se está acercando. Pues lo voy a intentar.
Y digo intentar porque no soy ni muchísimo menos un experto, pero algo sé. Cosas básicas, eso sí, pero fundamentales, la verdad. Y es que es muy importante tener la máquina a punto. Esto es de cara a los principiantes y los urbanos porque, insisto, yo no soy un experto.
Una clara avería por falta de mantenimiento es que se nos rompa la cadena. No es que sea una avería grave ya que se pone otra y punto, pero el problema estriba en que al romperse nos podemos dar un golpe muy elegante.
En invierno, suponiendo que la bici duerme bajo techo (y si no lo hace debería de hacerlo), el mayor problema son las lluvias. Yo lo que hago siempre después de un día de lluvia, a parte de limpiar y secar, es engrasar la cadena. Pero siempre en su justa medida. Sin pasarnos. Los piñones no hace falta engrasarlos, sólo la cadena. También engraso las demás partes móviles como la dirección, el eje pedalier y cosas así.
Y lo que también engraso, pero ojo con esto porque si se hace mal puede ser peligroso, son las partes móviles del puente de los frenos. Mucho cuidado con esto porque si cae grasa a las zapatas pierden agarre a la hora de frenar. Los desviadores del cambio, como partes móviles que son, también les echo una gotita.
Este engrasado general lo hago después, como os decía, de un día de lluvia. Pero la cadena la limpio y engraso después de 7 rutas o así. Si eres un ciclista urbano, una vez cada 15 días está bien. Importante. Limpiar y engrasar, no sólo engrasar.
Otro apartado aparte son los ruidos nuevos en invierno. Os va a parecer increíble, pero yo he llegado a la conclusión de que casi todos ellos, a pesar de que te parezca que los escuchas en la rueda delantera, proceden de la tija (el tubo del sillín). Cuando se nos moja la bici, además de entrarle agua, entran arenillas y cosas así. Se meten en los lugares más inaccesibles y si lugar favorito es la tija.
Yo lo que hago con ésta pieza después de un día de lluvia es sacarla del cuadro, limpiarla y secarla. Al hueco del cuadro donde va encajada la tija, le meto un trapo todo lo profundo como pueda para secarlo y eliminar todas esas arenillas de las que os hablaba. Y mi toque personal, que no sé si estará bien hecho, pero a mí me funciona a las mil maravillas, es poner 2 ó 3 gotas de grasa (dos o tres literalmente) en la tija y extenderlas por todo el tubo. Sitúo la tija en su sitio y, por mal que suene, meto y saco varias veces. Lo ajusto a mi altura (para lo cual tengo hechas ya unas marcas) y listo. Os aseguro que el 80% de los ruidos desaparecen después de esto.
Un tema polémico es cómo limpiar la máquina. La opción fácil es ir a la gasolinera de turno, echar 50 céntimos en los boxes a presión y listo, ¿verdad? ¡Pues muy mal hecho! Al hacer esto, conseguimos introducir agua en lugares en dónde no es buena idea que esté el líquido elemento. En el eje pedalier, en el núcleo (eje de la rueda trasera) y lugares muy sensibles. Lo que ocurre después es que se oxidan los rodamientos y aparece el otro 20% de los ruidos raros y, estos sí, peligrosos para la salud y longevidad de nuestra bici. Para limpiar la bici necesitamos esponja y balde de agua. Nada de presión. Y si no, pues una bayeta mojada y un paño seco. Karate Kid en esto se adelantó a su tiempo...."dar cera, pulir cera"
Otra cosa que yo hago en invierno, aunque esto es más que nada una manía, es inflar un poquito menos las ruedas. Normalmente yo le meto 8 bares. Pues en invierno 7'5 y con lluvia 7. Con esto consigo que los neumáticos sean algo más pegajosos y agarren más, cosa que en invierno es muy necesario. En algún lugar he leído que por cada 10 kilos de ciclista, 1 bar de presión. Esto es para que os sirva de referencia. Yo uso esta regla y apenas pincho y las ruedas no me patinan.
La revisión de las zapatas es importante habida cuenta de que frenar está genial para no pegarnos un buen guarrazo. Pues estos fundamentales complementos tienen unas ranuras que las atraviesan y las separan en secciones. Cuando estas ranuras estén a punto de desaparecer por el desgaste, es el momento de cambiar.
Para otro tipo de cosas como ajustar el cambio, temas de cables y centrado de ruedas, yo no me complico y voy al mecánico que tiene herramienta y yo no, además de más conocimientos. Lo que sí aconsejo es, tengas como tengas la bici es, al comienzo de la primavera y al comienzo del otoño (cada 6 meses), ir al mecánico sí o sí para que le eche un vistazo general.
Como veis, son cuatro cosas muy sencillas y que prolongan la vida de la bici un montón. Las puede hacer cualquiera ya que, básicamente es tener limpia y engrasada la bici.
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