¡Hola a todo el mundo!
¿Cómo puede ser que, según la
ordenanza municipal de Circulación y Seguridad Vial de Peatones y Ciclistas, en
la exposición de motivos se diga que se ha tenido en cuenta, y cito, “promover
los medios de transporte sostenibles” y, sin embargo, en su artículo 22, no
permite circular con la bicicleta por zonas peatonales, parques o jardines?
He leído dicha ordenanza y el
asunto central de la misma, bajo mi punto de vista, es lo que menciono en el
párrafo anterior. Me explico.
El centro de León, más
concretamente el centro histórico y monumental de la ciudad, está totalmente
peatonalizado. Se sitúa en el corazón de la ciudad y si alguien decide moverse
por la ciudad utilizando la bicicleta como medio de transporte, en algún
momento va a tener que atravesar esta zona.
Si se prohíbe circular por las
zonas peatonales a las bicicletas, y no me refiero a las aceras, la
consecuencia de ello, por la estructura de la ciudad de León, es que se limita
de una manera tremenda el uso de un medio de transporte limpio y eficiente y
muy apropiado para moverse por una ciudad de las dimensiones de León, por
tanto, lo que la ordenanza señala en su exposición de motivos, el promover los
medios de transporte sostenibles, no se corresponde con lo que se desarrolla
posteriormente en la norma.
También me gustaría señalar que por
la ciudad de León pasa el Camino de Santiago, que no deja de ser uno de los
motores económicos de la ciudad. Son miles los peregrinos que anualmente llegan
a la ciudad utilizando la bicicleta y lo que van a visitar por regla general
suele ser La Catedral, la Basílica de San Isidoro y el Parador Nacional de San
Marcos, entre otros monumentos, todos ellos enclavados en zonas peatonales.
¿Qué sentido tiene prohibir el uso de la bicicleta en dichas zonas? ¿O es que a
los peregrinos no se les aplica la norma y a los vecinos de León sí?
Otra consecuencia de esta
ordenanza municipal es que muchos de los elementos del mobiliario urbano, que
hemos pagado todos con nuestros impuestos, quedan absolutamente inutilizados. Y
me estoy refiriendo a los aparcamientos para bicicletas que se sitúan en áreas
peatonales por las que queda prohibida la circulación en bicicleta.
También es llamativo ver cómo
algún carril bici desemboca en zonas peatonales, como en el caso de la Plaza
del Espolón. Si se quiere ir desde aquí hasta, por ejemplo, Correos, la única
alternativa, siempre intentando ir montado en la bicicleta, es circular por la
calzada, cosa que, en efecto, está permitida, pero como desde el Ayuntamiento
no se ha adjuntado a la ordenanza un plan serio de sensibilización dirigido a
los conductores de vehículos a motor, para que sean conscientes de que han de
compartir las calles con otros medios de transporte, circular en bicicleta en
medio del tráfico se convierte en algo muchísimo más peligroso que hacerlo por
las zonas peatonalizadas.
Esta ordenanza es dar, ya no sólo
un paso atrás, si no un viaje al pasado, de lo que debería de ser un plan de
movilidad moderno y al compás de lo que los tiempos marcan. Se buscan cada vez
más formas de contaminar menos y, sin embargo, desde el Ayuntamiento, se
dificulta el uso de un medio de transporte limpio y silencioso como es la
bicicleta.
Esta ordenanza es un viaje al
pasado y algo que debería de sonrojar a todos los leoneses.
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