¡Hola a todo el mundo!
Tengo ganas de protestar por el
trato que sufrimos (sí, sufrimos) los que montamos en bici. Da igual que lo
hagamos por la ciudad, que por la carretera, que por el monte. Parece que
tenemos que ser siempre los malos de la película.
En el monte, que si para los
cazadores somos un estorbo, estropeamos los caminos y de más. Por ciudad, que
si atropellamos a la gente, que si molestamos al peatón y a los conductores, que
si somos unos infractores consumados, etc. En carretera, que si vamos en
paralelo, que si somos unos temerarios y que si hasta vamos demasiado rápido
(han empezado a multar a ciclistas por exceso de velocidad).
Me parece que se está
criminalizando de tal forma a la bicicleta que ya resulta hasta cómico. No veo
a nadie llevarse las manos a la cabeza de la misma manera, cuando pasa junto a
ellos por ciudad, por ejemplo, un coche diesel, muy viejo, que deja tras de sí
una humareda negra que respiramos todos. Eso no está tan mal como andar en bici
y, es más, la gente clama al cielo porque se quiera sacar de las calles esas
verdaderas obscenidades de coches que lo que hacen es contaminar a diestro y
siniestro.
Tampoco veo que sea tan
cuestionado el hecho de que los peatones crucen por cualquier lado de una
calle, en muchas ocasiones con niños pequeños que están aprendiendo algo
“buenísimo”. No obstante, insisto, ir con una bicicleta por según qué zonas
está incluso prohibido aquí en León. Todos y cada uno de los ciclistas, al
parecer, nos saltamos los semáforos en rojo. Los peatones, parece ser que no se
saltan ninguno de los semáforos que regulan los pasos de cebra.
Aparcar un coche mal,
trastornando la circulación, o el acceso a un vado, o limitando la visibilidad
en las intersecciones, eso tampoco es tan malo como determinados
desplazamientos en bici. Esas cosas que se hacen con el coche, eso no está tan
mal.
Parece ser, por lo tanto, que
nuestra obligación es ir por la calzada, junto con los demás vehículos a motor,
Venga, de acuerdo.
Pero resulta que vamos algo más
lentos que ellos y también molestamos, así que algunos imprudentes nos
adelantan casi rozándonos, o en alguna ocasión, tirándonos al suelo. Que nos
lesionen o en el peor de los casos, nos causen la muerte (que pasa, sí señores)
eso se ve que es un problema de segunda división, pero todos los males que
causamos nosotros andando en bici parece ser que son problemas absolutamente
reprobables. Estoy casi seguro de que quien mató a Kennedy iba en bici también.
Hay veces que incluso nos hacen
carriles bici, que de cara a las alecciones parece ser que queda muy bien. El
resultado de muchos de ellos es una obra absolutamente imposible, sin haber
preguntado a un solo colectivo ciclista ni nada de eso. Son carriles bici que
no puede utilizar nadie en bici. Ese gasto de dinero público, no está tan mal,
al parecer.
De todas formas, muchas veces
dichos carriles son utilizados como aparcamiento para coches y casi nunca se
les multa, pero a los peatones eso no les parece tan mal como una bicicleta
atada a una farola que mea su perro cada día del año. Eso tampoco está mal.
Es muy triste ver la reacción que
tiene la sociedad ante las bicicletas. Os pongo un caso que me pasó a mí.
Iba yo circulando con mi
bicicleta por una zona peatonal. Iba con un pie en el suelo, empujándome porque
había gente y entiendo que los peatones tienen prioridad. Mi velocidad era la
misma que la de los viandantes.
Veo que delante de mí se acerca
un coche y extremo las precauciones dado que tengo experiencia y sé que cuando
aparece un vehículo, los peatones cambian de dirección y demás, cosa que
ocurrió justo delante de mí.
Una chica, con un carrito de bebé
y su pareja. El giro fue muy brusco y casi chocamos, pero como yo eso ya me lo
conozco e iba muy muy despacio, no llegamos a colisionar.
A la chica no se le ocurre otra cosa que
decirme: “no sé qué pintáis por aquí con la bici teniendo carriles bici”.
Así que yo lo único que pude
decir a esta chica fue: “¿a mí me dices eso y al coche no le dices que vaya por
la carretera?”
Así que, amigos, este es el
nivel. A los ciclistas nos pueden decir de todo, hacer de todo (os recuerdo que
ante un atropello a un ciclista, con conductor borracho y drogado, éste no
llega a 4 años de cárcel) y prohibir hasta circular por determinados sitios,
pero yo no pienso dejar de andar en bici. Seguiré haciéndolo y lo haré cada vez
más.
Porque no tenéis razón. No nos
saltamos los semáforos más que los peatones, por ejemplo. No atropellamos a los
peatones más que los coches. No molestamos en la ciudad más que los conductores
incívicos. NO, NO Y NO.
Lo confieso, práctico el ciclismo como deporte con el CcCiclistaAsfaltoLeón y también utilizo la bici como medio de transporte. Ya voy siendo un señor mayor e intento ser educado cuando camino, cuando conduzco y cuando pedaleo, por eso estoy cansando de oir que los ciclistas somos unos infractores sistemáticos, porque es mentira.
ResponderEliminarLos ciclistas en general no somos más infractores que cualquier otro ciudadano, porque esa es la clave: los ciclistas también somos ciudadanos, pagamos impuestos como los demás, y oh! sorpresa, muchos ciclistas somos también conductores y oh! sorpresa, todos los ciclistas somos peatones.
Es manifiesto que hay peatones infractores, en cinco minutos puedes observar a gente cruzando calles por donde mejor les viene. Sabemos que hay peatones infractores pero a nadie se le ocurre prohibir caminar a la gente.
El coche es el amo de nuestras ciudades a pesar de las muertes directas que causan (atropellos) e indirectas (contaminación y cambio climático). Ocupan la mayoría del espacio público y causan enormes gastos a la ciudad que no cubren con el impuesto de circulación. Muchos conductores incumplen los límites de velocidad, aparcan en pasos de peatones, estorban a los autobuses, etc. Sin embargo nadie plantea prohibir los coches.
Y aquí está el hermano pobre, el ciclista. La bici causa mínimos accidentes, con mínimas lesiones, en las que casi siempre el perjudicado es el propio ciclista. No contamina, no causa daños al espacio público y es buena para la salud del usuario y de los demás. Sin embargo a mucha gente les parece normal prohibir la circulación de las bicis por gran parte de la ciudad, con razonamientos simplones: uno vio a un ciclista que se saltó un semáforo, otro vio a un ciclista asustando a niños y mayores porque se subió a una acera, etc. Mucha gente lanza opiniones de barra del bar pero los estudios serios confirman que la bici pacifica la ciudad y mejora la calidad de vida de los ciudadanos: menos contaminación y menos accidentes. Fíjate que por Europa hasta hay empresas que pagan un plus a los trabajadores que se desplazan en bici por los beneficios que reportan.
Respecto de las ordenanzas municipales de tráfico pues no lo veo claro. Creo que lo correcto es una regulación en el Código de Circulación y no que cada uno se inventé una norma y a cada cual más ridícula. Si un ciclista se salta un semáforo será sancionado como pone el código de la circulación, no hace falta prohibir las bicis, no hacen falta ordenanzas, pues ya está en la ley.
Y la cantinela de que la tercera edad odia las bicis es una sandez. Habrá señores y señoras mayores que caminan por las aceras que tienen bicicleta y otros muchos serán familia de algún ciclista. El ciclista no es un extraterrestre, es un ciudadano que quiere una ciudad mejor, más saludable y silenciosa.
Termino como empezaba. Además de ciclista son peatón. Tengo perro y paseo unas cuantas horas todos días y todavía no me ha atropellado una bici. Parece que a otros les atropellan bicis todos los días...
Más formación, más educación y menos sanción.
Buenos días:
ResponderEliminarSigo tu blog desde hace tiempo, y me alegro de su vuelta a la actividad.
Respecto a lo que hoy comentas, creo que es un problema básico de empatía. Prácticamente todos los ciudadanos son tanto peatones como conductores, sin embargo, muchos menos son ciclistas. Es decir, a un peatón le cuesta menos reprochar una actitud a un conductor porque ellos mismos lo son, y han cometido la misma infracción muchas veces. Lo mismo sucede en el sentido contrario, cuando un conductor tiene que realizar una maniobra por una infracción de un peatón. El problema está en que, en gran medida, nadie se pone en la piel del ciclista, porque no lo son y ni siquiera conocen las normas de circulación vial por las que se rigen. Estoy tan harto de explicar que NO es obligatorio usar el carril bici, aunque exista, y que puedo ir por la calzada si lo considero oportuno, que creo que me lo voy a tatuar.
Otro aspecto importante es que el ciclista siempre es el "invitado" en cualquier espacio público, sin disponer de espacios adecuados y segregados para la circulación. El peatón no lo quiere en la acera, y el conductor tampoco en la calzada. Cualquier intento de habilitar espacios son, como dices, políticas de cara a la galería que terminan con carriles/aceras bici mal construidas, peor mantenidas, inconexas, invadidas por peatones y conductores y, en general, inútiles.
¿Solución? Educación y empatía. Enseñar a niños y adultos cuáles son las normas por las que se rige el ciclista, por dónde puede ir y por dónde no, y cómo debe circular. Formar ciclistas desde la infancia, fomentar el hábito de la bicicleta de forma que se genere esa misma empatía que hay entre peatones y conductores.
Por supuesto, también una voluntad política de apostar por este medio de transporte, pero de verdad, no de cara a la galería proponiendo medidas de apoyo y habilitando espacios adecuados.
Ya cierro con una reflexión autocrítica. Sabemos que somos los terceros en discordia, que nadie nos quiere en su espacio, y aun así, sigo viendo ciclistas que invaden las aceras para ayajar, que van por dirección prohibida, que se saltan cedas, stops y semáforos, etc. Si queremos exigir derechos, más desde una posición de debilidad, debemos mostrar una conducta intachable.
Un saludo
Gracias por leerme!!! Seguro que te gusta la entrada siguiente, porque estamos muy de acuerdo!!
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