Después del impresionante día que vivimos ayer con el Club Ciclista Asfalto León, hoy había que hacer una rutilla por la zona habitual de entrenamientos. Esta semana tengo las mañanas para mí, así que voy a poder disfrutar y gozar de los días que están viniendo que son, sencillamente, un verdadero regalo después de tanta nieve y tantas leches en vinagre.
Y me apetecía acercarme hasta la Magdalena. Sí, sí. El mismo lugar desde el que salimos ayer, en efecto, pero a decir verdad, no llegué del todo. Subiría La Hoja, esa subida que detesto, casi de la misma manera que detesto bajarla. No os imagináis el asco que le tengo a esta subidina. No es por su dureza, que no es que lo sea en exceso. No deja de ser una subida constante de, no sé, como unos seis kilómetros. Lo que no me gusta de ella es el viento que siempre sopla, la velocidad a la que te pasan los coches. La verdad es que no lo tengo claro.
Pero lo único bueno que le veo a La Hoja es que te da paso a rutas muy bonitas y muy buenas. Se puede bajar hasta Rioseco de Tapia, por El 18, y se puede seguir todo recto, cosa que hice hoy, y bajar el Cillerón que ya me habréis escuchado alguna vez por aquí, que es una de mis subidas favoritas.
Pero bajarlo tampoco está nada mal. Siempre acompañado por un enorme pinar que, gracias a los días primaverales que tenemos, huele a gloria.
Pero hoy, la verdad es que por encima de la ruta que haya podido hacer, que a mayores de lo que os describo, bajé Olleros de Alba, me metí en La Robla y ya tiré para casa, la noticia del día para mí es que me ha llegado la Licencia 2015.
Parece una noticia sin mucha relevancia. Pero si a esto le añadimos que es la primera licencia que me llega federándome con nuevo club y que ese club es de nueva creación, ideado por mí y un grupo de amigos, pues entenderéis la ilusión.
Esto de haber creado el Club Ciclista Asfalto León, en un principio me parecía una gran idea pero según van avanzando los días y las semanas, vamos cerrando gestiones, vamos haciendo rutas increíbles y demás, ha pasado de ser una gran idea, a ser algo que debimos de haber hecho hace tiempo. Tengo una gran satisfacción personal y enorme ilusión. No voy a parar de trabajar en la dirección en la que lo estamos haciendo hasta ahora.
Conclusión. Ya me llegó la licencia.
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