jueves, 1 de marzo de 2012

La terca ley del pinchazo.

¡Muy buenas a todo el mundo!

Hoy tocaba entreno con los chavales y chavalas de las escuelas. La ruta iba a ser circular en torno a la manzana cerrada al tráfico con la que cuenta el C.C. León para los entrenos. A pesar de llevar unos cuantos días sin parar de salir, hoy el cuerpo me estaba pidiendo acción, así que decidí salir una horita antes de la cita con los más jóvenes,a darle al pedal.

Fui hasta el portillín, mítica subida a 3 km de la capital leonesa, para subirla y bajarla tres veces. De esta manera, llegaría al entrenamiento con un buen calentamiento y con unas buenas rampas en las piernas.

El día no podía ser más primaveral. De hecho, para una persona friolera hasta el extremo como soy yo, salir en febrero con culote de verano, da a entender que la temperatura era elevada. Cumplo los planes previstos. Tres rápidas subidas al Portillín hacen que rompa a sudar y pruebe a "la americana" en un descenso rápido con curvas cerradas. Es nerviosa mi nueva compañera. Hay que domarla, no cabe duda. Creo que este sábado, en la subida a las Cuevas de Valporquero con la Grupeta Cicloturista León, va a ser un buen momento para realizar la doma.

Llego al entrenamiento y comenzamos a rodar. Primero lento, luego rápido, luego lento, luego paras, sales volando...Y así todo el rato, así que el hecho de ir a entrenar con los chic@s de las escuelas, no significa que no me castigue. Más al contrario, llego a casa "eslomao". Siempre es refrescante rodar con los jóvenes. Les ves dar pedales, con unas ganas y una alegría, que da gusto verles.

Ya estábamos terminando el entrenamiento cuando, al tomar una curva un poco más fuerte de la cuenta, noto que la americana hace un gesto raro en la rueda trasera. Lo achaqué a su nerviosismo, pero en la siguiente curva lo vuelve a hacer. ¿Qué ocurre? Maldición. Pinchazo. Mi primer pinchazo con la americana y de la temporada.

Y es en este momento cuando me acuerdo de César, compañero de la Grupeta. En la salida del sábado, él tuvo este mismo infortunio. Un pinchazo. Y esta es una avería de lo más curiosa. Llevaba tiempo sin pinchar. Ni yo ni ningún compañero de grupeta. Pero en cuanto "el pinchazo" entra en tu vida, prepárate para vivir de cerca unos cuantos pinchazos más en un corto espacio de tiempo.

El año pasado, estuve sin pinchar casi cinco meses, hasta que en el mismo día, pinché dos veces en la rueda de delante y uno en la de atrás. Son de ese tipo de cosas inexplicables que tiene el ciclismo.

Para terminar el día ciclista, acompañé a la amiga Clara, ciclista élite por primera vez este año, hasta su casa. Me comentaba que tenía la primera carrera dentro de poco y estaba con el nervio. Seguro que salen bien las cosas, porque su reto es participar en las carreras. A partir de ahí, poco a poco.

Mañana el día será muy parecido. Cambiaré a los chicos y chicas de las escuelas por los niños y niñas. Mañana entrenan los más peques. Las risas están aseguradas. Espero que no se repita la avería, pero la ley del pinchazo es así. Pinchas hoy y, al poco tiempo, te vuelves a manchar las manos.Ya os lo iré contando.

Saludos a todos!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario