jueves, 8 de noviembre de 2018

En cuanto salga un poco el sol, de verdad.


¡Hola a todo el mundo!

Estos días tengo un poco abandonada a La Americana, pero es sólo temporal, nada definitivo….si es que es lo que mejor se me da, ¿cómo voy a dejar de hacer lo que más me gusta?

Lo que pasa es que, de vez en cuando, cuando vengo de darle duro al pedal durante muchos meses, como es el caso, me gusta dejarla de lado un poco, como para hacernos de rogar, y así, cuando este tiempo de las narices que tenemos nos lo permita, volver a juntarnos con más ganas aún. Desentrenar, lo llamo, aunque no es del todo así, porque me estoy metiendo unas caminatas de padre y muy señor mío. Me estoy quedando en nada. Menudo tipín.

La verdad es que le echo tanto tiempo a la bici por regla general que estos días me encuentro medio perdido. No sé muy bien qué hacer con los ratos muertos, aunque siempre saco algo que hacer, pero sí es verdad que este deporte nuestro nos “roba” mucho tiempo.

No es algo tan de “pimpampum” como podría ser salir a correr, o running, como lo llaman ahora. ¡Que nadie se ofenda, por favor! Que hace muchos años yo hacía atletismo y no salía a correr nadie, cuidado. Cada día de mi vida salía a entrenar y me daba unos tutes brutales, pero lo dejaba resuelto todo en hora y media, salvo los días que tocaba ir al tartán a machacarse mucho, pero el caso es que yo creo, o esa es mi percepción, que la bici nos “roba” más tiempo que salir a correr.

Por el contrario, son tantas las satisfacciones…(para que nadie se ofenda, correr también da muchas satisfacciones) Y es que, además de todo, a mí me pasa que los meses que no se pueden hacer grandes rutas de puertos y cosas de esas, mi cabeza me lleva a esas maravillosas rutas veraniegas a pesar de tener encima un día plomizo, o las conversaciones con los compañeros de grupeta siempre te hacen volar a etapas maravillosas, de sol y moscas, a pesar de estar rodando, bien apelotonados, a cuatro grados sobre cero o lo que toque.

Con la bici no sólo viajas en el sentido más literal de la palabra. Gracias a la bicicleta puedes llegar a volar y viajar en el tiempo. Es el mejor invento del mundo. Sólo espero que La Americana comprenda lo que está pasando estos días y no me lo tenga en cuenta. En breve retomo la actividad, de verdad. En cuanto salga un poco el sol. Lo prometo.

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