jueves, 17 de enero de 2013

Tesoros del cicloturismo. Passo dello Stelvio (por Jorge Prada)

¡Hola a todo el mundo!

Lo cierto es que el blog lleva unos días en plan sorpresa sorpresa. Hoy no voy a romper ese ritmo, así que voy a presentar al encargado de la entrada de hoy. Sí sí, como lo oís. Un colaborador. Y no es un cualquiera. Es un miembro de la Grupeta Cicloturista León, así que como comprenderéis, es un fuera de serie como todos los grupeteros. Su nombre es Jorge y le gustan tanto las auto-fotos como a mí...

Como veis, es muy válido...
Una vez hechas las presentaciones, doy pasa a mi amigo Jorge que va a añadir un Tesoro del Cicloturismo más a la colección. El Passo dello Stelvio, nada más y nada menos. Así se las gasta el pollo. Todas las fotos son cortesía suya también. Yo ya me despido. Os dejo con Jorge...

"Ya que tengo la gran suerte de poder compartir la gloria del blog de Dani, aprovecho para hablaros de un lugar mágico, no sólo para los ciclistas. También disfrutan los motoristas y amantes de las montañas en general: 

PASSO DELLO STELVIO

Bormio (Italia) Agosto del 2012. Me levanto muy temprano pues me puede el ANSIA VIVA y es la causante de no haber dormido prácticamente nada. Desayuno como un titán unas tostadas con mantequilla y mermeladas caseras que me van a dar la energía suficiente para afrontar los 25 kms de subida. Dudo con la ropa, pues a 1200 mts no hace frío pero el problema estará en la cima a 2850 mts así  que cojo el chubasquero.

Bormio no te deja lugar al calentamiento pues nada más acabar el pueblo comienzan las dos ascensiones que parten de allí: Gavia y el que voy a intentar: el Stelvio.



Trato de buscar mi ritmo y lo encuentro fácil pues es un puerto muy constante. Además llevo un 30 atrás por si las moscas. Me pasan muchos ciclistas pero uno me llama la atención pues el tío va en una mtb con ruedas de tacos, de esas que zumban en el asfalto. Me deprimo un poco pero sigo a mi ritmo. Tras pasar la primera horquilla (de un total de 48, marcadas todas ellas) me encuentro al tipo de la bici de montaña medio muerto pero dice que está bien pero puedo notar en su cara que el tío del mazo está con él y ha venido para quedarse. Sigo subiendo, sufro pero casi ni me doy ni cuenta porque estoy disfrutando del paisaje y de qué manera.

Paso una curva, otra y otra más, me pasan muchas motos y tres o cuatro ferraris, otros tres o cuatro porsches y un fiat punto que me saluda amigablemente. Hombre, si es el tío que había reventado unos kilómetros más abajo. Para el coche y me anima desde la cuneta como un auténtico tifossi. “Viva España”. Anda; ¿y cómo sabe que soy español? Ahhhh ya sé; El maillot del club, que es rojo y amarillo. El colega sigue gritando “Forza Alonso y Ferrari” “Coraggio spagnolo” y el delirio llega cuando se da cuenta de que monto una pinarrello. “Italiano, spagnolo fratelli”.  Qué risas.


Llega una zona más suave que viene muy bien para recuperar pues ya llevo casi hora y media de subida, y quedan tres kilómetros duros pero la gente anima mucho y me pongo sobre bielas para afrontar las últimas rampas y poner la típica cara de “esto pa mi no es na”.


En la cima se me escapan algunas lagrimillas pues el reto está conseguido y la espectacularidad de las vistas me impresionan,  en especial el glaciar. Es una imagen que tengo grabada en mi retina. Además se trata del puerto en el que más he disfrutado, a pesar de sus 1600 mts de desnivel."

Jorge Prada García.

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