¡Hola a todo el mundo!
Lo cierto es que el blog lleva unos días en plan sorpresa sorpresa. Hoy no voy a romper ese ritmo, así que voy a presentar al encargado de la entrada de hoy. Sí sí, como lo oís. Un colaborador. Y no es un cualquiera. Es un miembro de la Grupeta Cicloturista León, así que como comprenderéis, es un fuera de serie como todos los grupeteros. Su nombre es Jorge y le gustan tanto las auto-fotos como a mí...
Como veis, es muy válido... |
Una vez hechas las presentaciones, doy pasa a mi amigo Jorge que va a añadir un Tesoro del Cicloturismo más a la colección. El Passo dello Stelvio, nada más y nada menos. Así se las gasta el pollo. Todas las fotos son cortesía suya también. Yo ya me despido. Os dejo con Jorge...
"Ya que tengo la gran suerte de poder compartir la gloria del
blog de Dani, aprovecho para hablaros de un lugar mágico, no sólo para los
ciclistas. También disfrutan los motoristas y amantes de las montañas en
general:
PASSO DELLO STELVIO
Bormio (Italia) Agosto del 2012. Me levanto muy temprano pues me puede el ANSIA VIVA y es la causante de no haber dormido prácticamente nada. Desayuno como un titán unas tostadas con mantequilla y mermeladas caseras que me van a dar la energía suficiente para afrontar los 25 kms de subida. Dudo con la ropa, pues a 1200 mts no hace frío pero el problema estará en la cima a 2850 mts así que cojo el chubasquero.
Bormio no te deja lugar al calentamiento pues nada más acabar el pueblo comienzan las dos ascensiones que parten de allí: Gavia y el que voy a intentar: el Stelvio.
Bormio (Italia) Agosto del 2012. Me levanto muy temprano pues me puede el ANSIA VIVA y es la causante de no haber dormido prácticamente nada. Desayuno como un titán unas tostadas con mantequilla y mermeladas caseras que me van a dar la energía suficiente para afrontar los 25 kms de subida. Dudo con la ropa, pues a 1200 mts no hace frío pero el problema estará en la cima a 2850 mts así que cojo el chubasquero.
Bormio no te deja lugar al calentamiento pues nada más acabar el pueblo comienzan las dos ascensiones que parten de allí: Gavia y el que voy a intentar: el Stelvio.
Trato de buscar mi ritmo y lo
encuentro fácil pues es un puerto muy constante. Además llevo un 30 atrás por
si las moscas. Me pasan muchos ciclistas pero uno me llama la atención pues el
tío va en una mtb con ruedas de tacos, de esas que zumban en el asfalto. Me
deprimo un poco pero sigo a mi ritmo. Tras pasar la primera horquilla (de un
total de 48, marcadas todas ellas) me encuentro al tipo de la bici de montaña
medio muerto pero dice que está bien pero puedo notar en su cara que el tío del
mazo está con él y ha venido para quedarse. Sigo subiendo, sufro pero casi ni
me doy ni cuenta porque estoy disfrutando del paisaje y de qué manera.
Paso una curva, otra y otra más,
me pasan muchas motos y tres o cuatro ferraris, otros tres o cuatro porsches y
un fiat punto que me saluda amigablemente. Hombre, si es el tío que había
reventado unos kilómetros más abajo. Para el coche y me anima desde la cuneta
como un auténtico tifossi. “Viva España”. Anda; ¿y cómo sabe que soy español?
Ahhhh ya sé; El maillot del club, que es rojo y amarillo. El colega sigue
gritando “Forza Alonso y Ferrari” “Coraggio spagnolo” y el delirio llega cuando
se da cuenta de que monto una pinarrello. “Italiano, spagnolo fratelli”. Qué risas.
Llega una zona más suave que
viene muy bien para recuperar pues ya llevo casi hora y media de subida, y
quedan tres kilómetros duros pero la gente anima mucho y me pongo sobre bielas
para afrontar las últimas rampas y poner la típica cara de “esto pa mi no es
na”.
En la cima se me escapan algunas
lagrimillas pues el reto está conseguido y la espectacularidad de las vistas me
impresionan, en especial el glaciar. Es
una imagen que tengo grabada en mi retina. Además se trata del puerto en el que
más he disfrutado, a pesar de sus 1600 mts de desnivel."
Jorge Prada García.
Forza Yos, sei un bravo del copone!
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