martes, 29 de enero de 2013

Un día cualquiera en el cicloturismo.

¡Hola a todo el mundo!

Pocas veces dedico una entrada al puro entrenamiento, pero es que hoy, a pesar de hacer uno corto, 45Km, me sentí tan bien y seguí tan al pie de la letra el plan inicial que creo que es digno de mención.

Como os comento, fue corto debido a la falta de tiempo del día a día, así que mi plan era que fuese intenso, con cadencia, con el corazón más o menos en 135 pulsaciones de media, ya sabéis, ir alegre.

No quería subir nada reseñable para no pasarme de vueltas cosa que ya hice más que de sobra el sábado pasado con la Grupeta Cicloturista León, así que eso suponía, casi de manera inexorable, rodar en dirección sur.

También me vendría fenomenal tirar para allá porque el día había amanecido intensamente frío. Y es curioso, porque este frío estaba agarrado al casco urbano. En cuanto salí un poco de la ciudad, la temperatura era mucho mejor, siempre teniendo en cuenta que los dedos de las manos me quedaron para el arrastre, ojo.

Desde el primer momento en el que comencé la ruta propiamente dicha, fuera ya de León, empecé a alcanzar un buen ritmo, con gran cadencia y pulsaciones entre 135 y 140. Todo lo planeado iba cumpliéndose.

Siempre es, cuanto menos interesante venir por esta zona en invierno. Parece que hubiese caído una bomba o que la lluvia ácida haya arrasado todo. Pocos indicios de algo verde hay. Yendo en esta dirección acabas llegando a alguna ruta chula como es la de Casasola, subiendo al Monasterio de San Miguel de Escalada, cuyo nombre es toda una declaración de intenciones. Buenas rutas esas, pero la que me había fijado yo no era tan ambiciosa.

Al llegar más o menos a la mitad del entrenamiento, decidí engranar el plato grande y así hasta León. Miedo me daba tirar demasiado de desarrollo, pero no lo hice. Sorprendentemente mantuve la cadencia. Esto me entusiasmó tanto que tuve que sacar una foto...


Una vez terminado el momento "puente sobre aguas peligrosas" proseguí la marcha. Fue entonces cuando miré el reloj y me di cuenta de que se estaba haciendo tarde. Había que apretar un poco para llegar a casa a una hora aceptable antes de los demás compromisos del día. Me agarré a la parte baja del manillar, bajé un piñón y apreté algo más los dientes.

En menos de lo que canta un gallo llegué a León, comprobando como dije antes, que el frío se había agarrado a la ciudad. Lo mejor de la mañana fue consultar los totales del cuentakilómetros y del pulsómetro. Podía estar satisfecho porque hacía mucho tiempo que no aprovechaba tanto 45Km.

En fin. Un día cualquiera en el cicloturismo.

2 comentarios:

  1. dani, pasé yo por ese puente direccion León sobre las 13.10h...

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