martes, 6 de noviembre de 2012

Evolución.

¡Hola a todo el mundo!

Actualmente, me encuentro en pleno parón, lo cual permite que coja carrerilla de cara a la temporada que viene, pierda la forma para poder volver a cogerla y despeje la mente.

Pero no por eso he dejado de pensar en la bici. Cuando estamos en otoño e invierno, yo siempre me pongo en modo amante de las clásicas y modo cicloturista centro-europeo. Es lo que tiene vivir en León. El clima que tenemos por aquí te permite esas cosas.

Y lo cierto es que este año me está dando fuerte por ese tema porque estoy profundizando mucho en asuntos algo descuidados que tenía, como son el ciclismo urbano, la mecánica, tipos de bicicletas clásicas. 

Es un mundo apasionante. Los que ya hayáis descubierto esto hace años pensaréis que estoy fatal y algo atrás, y no os culpo. Son temas en los que debería de haber prestado más atención hace tiempo, pero me voy a aplicar.

Mi visión del cicloturismo, la verdad es que ha cambiado enormemente desde hace dos años. Coincidió con unas vacaciones a Francia, Pirineos. Fui como el típico cicloturista español que prioriza el rendimiento y volví transformado. Rodé con unos compañeros belgas la mar de majos y el rollo que llevaban me encantó. Me replanteé si había estado perdiendo el tiempo hasta aquel momento.

Con el paso de los años te das cuenta de que nunca se pierde el tiempo si lo que vas viviendo te resulta enriquecedor. Y estoy empezando a adentrarme en un mundo que, estoy seguro, me va a aportar muchísimo. Tengo la ilusión por las nubes.

Lo que cada vez tengo más claro es que la bicicleta es una máquina que consigue que nunca te estanques. Te hace pensar, hace que te replantees la vida, te prepara físicamente, te pone en contacto con gente genial, te hace conectar con la naturaleza.

La bicicleta como filosofía, como modo de vida, como mecanismo, como juguete. La bicicleta es una de las mejoras cosas que ha creado el ser humano. De eso no hay duda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario