lunes, 10 de diciembre de 2012

La "enfermedad" se extiende rápidamente.

¡Hola a todo el mundo!

Os tengo que confesar que desde que empezó el mes, estoy un poco perezoso. Entre el trabajo y demás historias, no he tenido demasiado tiempo, así que uno hace lo que puede que, como vais viendo, últimamente es salir a correr.

Está bien porque, por un lado me sigo ejercitando y por otro, estoy rememorando tiempos pasados en los que, sobre todo, practicaba atletismo. Sin embargo, y muy a pesar de esta fantástico deporte, a mí el ciclismo siempre me atrajo un montón, así que mientras corría, en realidad me imaginaba rodando en una bicicleta.

Una de las zonas por las que solía a ir a entrenar (a día de hoy aún la utilizo) es un monte cercano a León llamado Las Lomas. Me gustaba ir por ahí por la cantidad de rampas con las que te tenías que enfrentar. Día tras día, notabas que entrenando por esta zona, conseguías mejorar un montón los tiempos en las diferentes pruebas. Pero yo no pensaba, como digo, en eso. Me imaginaba yendo en bici y subiendo algún puerto de los que, años más tarde, conseguiría conquistar. Hasta tal punto llega la enfermedad de la bicicleta.

Y esta enfermedad se extiende muchísimo. Al principio forma parte residual de tu vida. Sales a entrenar unas 3 días a la semana, limpias la bici y cosas así, pero poco a poco te das cuanta de que se te mete dentro del hueso. Empieza a apoderarse de más y más partes de tu tiempo y de tus pensamientos. En mi caso particular, esta enfermedad ya ha dado un par de pasos definitivos.

El primero de ellos es la utilización, de manera casi enfermiza, de la bicicleta en ciudad. Hasta hace poco la utilizaba de manera aislada. Solía ir a todos los lados andando, pero ahora siempre que puedo salgo con la bicicleta. Rápido, limpio y además me encanta. ¡Qué más se puede pedir!

El segundo paso que ha dado la enfermedad de la bicicleta en mí, ha sido la falta de respeto ante las tuercas, rodamientos, cables y todo tipo de componentes. Ya desmonto sin miedo ninguno casi todas las partes de las bicis con buenos resultados. Lo hago para engrasarlas, limpiarlas y cosas así. Pero sobre todo empecé a hacer esto para conocer todas las partes de la bici. Todas y cada una de ellas. De hecho, hoy he vuelto a quedarme con los rodamientos de la dirección en la mano y la mismísima horquilla se desprendió del cuadro después de varios años. Menudo avance.

En definitiva, el componente lúdico abarca todo aquello que está relacionado con la bicicleta a pesar de que lo esté llamando "enfermedad", así que esta semana que tengo más tiempo libre, voy a salir a entrenar de manera normal para terminar con esta ciclopereza. Eso sí que es enfermedad y no el goce y disfrute.

No hay comentarios:

Publicar un comentario