Víctor Cabedo, de 23 años de edad, el pasado día 19 de septiembre
de este año 2012, se enfundó su equipación de Euskaltel
Euskadi y salió a rodar con su bicicleta.
Tras los primeros kilómetros de calentamiento, empezó a rodar
más fuerte. Se lo tomó de entrenamiento, pero en realidad él disfrutaba
horrores de lo que hacía, que era andar en bici. Por regla general quedaba con
gente, pero ese día salió sólo.
Mientras iba concentrado en lo que estaba haciendo, algún
vehículo que otro le pasaba más cerca de la cuenta, lo que suponía unos
momentos de desconcentración, pero bueno, “lo de todos los días” pensó.
Tenía su mente puesta en una subida. “Empezaré en plato, para
luego cambiar y subir a 170 pulsaciones” o algo así pensaría el bueno de
Víctor.
Como no todo en la vida es darle al pedal, seguro que ya
andaba pensando en noviembre e irse a tomar unas cervezas con sus colegas, ya
que ese mes suele ser en el que descansan los profesionales. Algún viaje y
desconectar también puede que fuese alguno de sus pensamientos.
Pero vino la rampa en la que todos los días tiene que ponerse
en bielas y sufrir un poco, así que volvió a centrar toda su atención a lo que
estaba haciendo. “Vamos Víctor que sólo te quedan unos metros y luego toca la
bajada”
Y de esta manera coronó el puerto con la sensación del
trabajo bien hecho. Sólo tenía que bajar y día hecho. Luego descansar, comer….lo
de todos los días. Un día más…
Un día más hasta que un coche se cruzó en su vida. Un coche
con el que impactó y provocó que cayese por un barranco, poniendo fin a tantos
planes, a tantas ilusiones y a tantas ganas de vivir como cualquiera de
nosotros.
Ahora cambia un poco la historia y al principio ponle el
nombre de tu hermana, de tu padre, de tu marido, de tu amiga, de tu novio….el
tuyo…
Todos los que solemos andar en bici sabemos lo peligroso que
es, pero no por el hecho de que lo sea, si no por el hecho de que compartimos
espacio con coches, camiones y más fauna rodada. Todos los días varios de estos
integrantes del tráfico rodado nos pasan muy cerca. Todos los días, que se dice
pronto. Incluso tenemos alguna historia rocambolesca que contar (conozco a un
compañero que le intentó tirar una furgoneta adrede)
Por eso me sigue sorprendiendo mucho el tipo de gente (que
parece claro que no monta en bici) que pone escusas del tipo “es que vais
muchas veces de dos en dos” o “en carreteras estrechas debéis de tener más
cuidado porque es un peligro” o “el otro día vi a un ciclista hacer el cafre
con la bici” y muchas más historias.
Pues desde aquí os digo:
QUIENES TENÉIS QUE FRENAR EN TODO CASO Y PASE LO QUE PASE
SOIS VOSOTROS LOS CONDUCTORES POR UNA SENCILLA RAZÓN. PORQUE SI NOS DAIS UN
GOLPE NOS MATAIS.
Me da lo mismo que el ciclista sea un cafre. ¿O a caso
queréis impartir vuestra propia ley? “Como este va como un tarado pues le
atropello y que le den” ¿Esa es la razón? Vergüenza os tenía que dar.
Por otro lado, el ciclista tarado es un tanto por ciento muy
pero que muy pequeño. Yo conozco a muchos ciclistas y no conozco a nadie así.
Lo que sí veo todos los días es gente al volante que va a más de 50Km/h por
encima de lo permitido, gente pasando de las líneas continuas, etc. Eso sí que
lo veo todos los días.
¿Que la carretera es muy estrecha? Pues modera tu velocidad
precisamente porque puede haber ciclista o gente dando un paseo, o una vaca o
lo que sea. ¿La carretera crees que es tuya? Es de todos. Ciclistas, viandantes
e incluso animales, que por eso hemos destrozado su medio para poner una
carretera.
¿Que por qué vamos de dos en dos? Pues porque así nos lo
permite ese reglamento de tráfico que parece claro que tú no te has leído. En
carreteras demasiado estrechas no debemos ir de esta forma pero ¿sabes por qué
vamos así? Para hacer bulto y nos tengas que adelantar dado que si no nos pasas
muy cerca ya que eres un irresponsable.
¿Qué hay arcén y no voy por él? Ya. Ya lo sé. ¿Sabes por qué
no voy por ahí? Porque si lo hago tu vas a ir pegado a la línea y no me dejas
ni un solo metro de distancia. Por eso.
Pase lo que pase, me da lo mismo el resto de cosas, te
repito, amigo conductor, FRENAS TÚ. SI A MÍ ME DAS UN GOLPE ME MATAS. EL RESTO
SON EXCUSAS. FRENAS TÚ.
Un abrazo para la familia de Víctor Cabedo. Descanse en paz.
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