¡Hola a todo el mundo!
Aquí sigue el estado
de ALARMA. Ya está aquí el confinamiento responsable en nuestras
casas. Y ya está aquí una época inédita de rodillo aunque veamos
ante nosotros un día formidable o sencillamente no veamos que
llueva. Todo lo que nos queda a los ciclistas es el rodillo.
Estado de alarma. Una nueva situación... |
Y la verdad es que si nos
lo proponemos podemos hacer muy buenos entrenamientos si mantenemos
una disciplina, nos cuidamos algo, trancamos bien la puerta del
frigorífico y nos mantenemos activos en general.
Y eso es lo que le digo
yo a María. Que si hacemos rodillo, que si hacemos ejercicios, que
si estiramientos y un largo etcétera. Y toda esta situación ayer
por la noche, después de que María terminase de hacer rodillo,
saltó un poco por los aires.
La historia fue que, como
digo, después de que María terminara de hacer una hora de rodillo
como una campeona, yo insistí en rematar ese asunto con ejercicios
complementarios en plan zancadas, sentadillas, lumbares y bla, bla,
bla. Yo estaba haciendo unos giros de torso ayudado de una especie de
palo con el que, aprovechando que María estaba en el suelo, le
corregía algunas posturas que yo consideraba mejorables. La
respuesta fue clara.
“Mañana, en lugar de
darme con el palito, también me insultas, y así puedo llamarte el
Sargento de Hierro. ¡Joder con Clint Eastwood!”
Sólo puedes que reírte,
claro, porque además de estar confinados, no sé en vuestras casas
pero en este hogar se vive un pequeño festival del humor cada dos
por tres. Lo estamos cogiendo con ganas esto de la cuarentena, la
verdad. Es verdad que María y yo tenemos la suerte de estar muy a
gusto juntos, cierto es, pero hay que sacarle el lado positivo a
todo.
Por ejemplo, os voy a ser
sincero. El rodillo me parece una porquería muy seria, pero menos
mal que lo tengo, porque de no ser así, todo iba a ir mucho peor. Y
si lo miro por el lado del estado de forma y de más, sólo pienso en
que la próxima vez que me enfrente a un puerto de montaña, me va a
parecer un paseo por el parque porque si una cosa se entrena mucho
subido a un rodillo es la mente. Para mí hacer una hora de rodillo,
una hora intensa, es muy duro psicológicamente. Se me hace muy
cuesta arriba. Parece que el tiempo no avanza, la verdad.
La habitación de las bicis, el rodillo y yo. |
Mis truquitos son
sencillos. No suelo escuchar música. Lo que me alivia bastante es
escuchar podcast, ya sean de ciclismo como no podía ser de otra
forma, o de historia, otra de mis pasiones, o de ciencia y un largo
etcétera. La verdad es que eso me despeja mucho.
Que la sesión de rodillo
sea dura e intensa también me lo hace todo, paradógicamente, más
fácil porque dar pedales por que sí, no me motiva demasiado. Para
ello me ayudo del pulsómetro, procurando estar continuamente por
encima de un número determinado de pulsaciones. Más que para lo
físico, lo hago para mantenerme entretenido de alguna manera porque
os aseguro que a mí el rodillo se me hace mucha pero que mucha
pelota. Prefiero hacer 10 horas de ruta que no una sola de rodillo.
Después de la tortura
del rodillo vienen los ejercicios en los que trabajo todos los grupos
musculares. Pierna, luego abdominales, lumbares, brazos, bueno, toda
la parafernalia. Acabo bastante bien de ejercicio, la verdad. De
hecho, mientras escribo esto noto las patas castigadas.
Por otro lado y cuando el
tiempo del ejercicio ha terminado, para sobrellevar mejor el día hay
unas cosas que molan mucho y que por casa suele haber de sobra. No
necesitan enchufarse, los abres y siempre están encendidos. Cuentan
historias increíbles. Libros. Se llaman libros. Son una pasada y con
todo este tiempo muerto que vamos a tener se pueden devorar. Por
ejemplo, para estos días estaría bien pillar “El Conde de Montecristo” pero yo tengo pendientes un par de biografías de Gino
Bartali (el mejor de siempre para mí) que me regaló María hace una
semana por mi cumpleaños. Hay grandes cosas acerca de ciclismo que
se pueden leer, la verdad.
Nos quedan unos cuantos
días de confinamiento y habrá que llevarlos lo mejor que se pueda.
En esta casa por lo pronto vamos a intentar mantenernos activos
física y mentalmente. Voy a ir por el palito a ver qué me dice hoy
María. Ya verás qué risas nos echamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario