¡Hola a todo el mundo!
Ayer mismo leí una frase
que ya me había llegado, no por esta situación que estamos viviendo
si no por otras circunstancias. Es algo tal que así: ÉRAMOS RICOS Y
NO NOS DÁBAMOS CUENTA.
Siempre me ha
impresionado mucho. Son muchas las citas e historietas que vienen a
decir cosas parecidas, como esa otra que cuenta que alguien no valoró
tanto son zapatillas andrajosas hasta que se cruzó con alguien que
iba descalzo.
Yo personalmente siempre
he sido muy consciente de lo afortunados que somos en estos lares.
Sin irnos fuera de España, hace unas cuantas décadas, allá por los
años cuarenta en algo llamado posguerra, las situaciones eran
absolutamente dantescas. Acabo de leer una entrevista a Bahamontes,
El Águila De Toledo, y cuenta cómo empezó a andar en una bici
sobre las llantas, sin cámaras ni cubiertas, y no lo hacía para
competir ni entrenar ni nada parecido. De hecho, si se le mencionara
esto de entrenar seguramente le daría la risa o, directamente, se
reiría de nosotros, que el bueno de Fede es mucho de reírse
socarronamente. Lo hacía para ir al estraperlo, es decir, para un
contrabando de pequeña intensidad de productos de primera necesidad.
Por eso estos días
cuando veo según qué situaciones, me produce un poco de sonrojo
compararlas con otras que se han visto o se pueden estudiar en libros
de historia, porque a nosotros lo que nos están pidiendo con esto
del confinamiento es que nos quedemos en nuestras confortables casas,
con internet, teléfono, calefacción, la posibilidad de ir a por
comida con total facilidad, etc.
Éramos ricos y no nos
dábamos cuenta. Desde luego que éramos ricos y lo seguimos siendo,
que no os quepa duda. Sería fantástico que cuando acabe todo esto
no nos olvidásemos de lo vivido. Deberíamos de valorar mucho más
de lo que lo hacíamos antes de todo esto el hecho de poder salir a
dar una vuelta en bici, deberíamos de cruzarnos con otro ciclista,
no ser tan chulescos y saludar, que no pasa nada por hacerlo, y cosas
así. En general deberíamos de convertirnos en personas más
humildes y amables. Es mi opinión pero puede que esté equivocado,
quién sabe. Quizás ser mejor persona no esté bien, qué sé yo.
ResponderEliminarSiempre siempre lo más importante en la vida es ser buena persona. Tú bien lo sabes.