miércoles, 25 de marzo de 2020

Nuevo reto para el 2020.


¡Hola a todo el mundo!

Ya estaba claro, como os dije ayer, que Los 10.000 del Soplao se cambiaba de fecha y se celebrará el 10 de octubre, con lo que el reto que tenía en mente para este año quedaba cojo. Pero hoy ya se ha confirmado que la BIBE TransBizkaia se cancela cosa que, por supuesto, no me pilla por sorpresa.

Como era algo que se veía venir desde hace dos o tres semanas, hace unos días empecé a pensar que si bien era imposible este año realizar un reto como el previsto en principio (Soplao, 6 de junio, TransBizkaia, 7 de junio) podía hacer algo lo suficientemente motivante por mi cuenta.

Así que una de las cosas que se me ha pasado por la cabeza es ir a Cabezón de la Sal. ¿Hacer el Soplao por mi cuenta? Pues no. Ir hasta Cabezón desde León, con dos narices. Y es algo que se me ha ocurrido antes del periodo de confinamiento, no es una ida de olla rabiosa a causa del exceso de rodillo, para nada.

La verdad es que sale una etapita muy bonita. Sería salir de León por la Sobarriba, dirección Barrio de Nuestra Señora para ir hasta Boñar e ir en dirección Riaño, pasar por Villafrea de la Reina (pueblo de la familia y había que meterlo en esta entrada aunque fuese con calzador) y llegar al Puerto de San Glorio. Parte leonesa de la etapa.

A partir de ahí y siendo esta la parte cántabra de la ruta, prácticamente ya nos metemos en el circuito del Soplao porque se llega a Potes tras el largo descenso del puerto de San Glorio, y ya nos meteríamos en la zona que yo considero más dura del Infierno Cántabro y por ende, de esta ruta que me ha sacado de la manga. Se enlazan el Collado de HozCollado de Ozalba y Collado de Carmona. Por supuesto la dureza de este encadenado, a parte de la propia de los puertos, radica en lo que ya se lleva en las patas.

Qué duro se hizo El Infierno Cántabro del 2019...buuuufff qué cara...

Cuando se llega a Cabezón de la Sal, los números hablan por sí mismos. 220 km más 3600 metros de desnivel positivo o alguno más. En cuanto tracé la ruta se me empezó a hacer la boca agua, la verdad, así que lo más probable es que haga la etapa con casi total seguridad.

De esta forma puedo anunciar alto y claro que he encontrado reto para este año. ¡Qué ganas de que llegue el día! Me parece que va a ser el típico año en el que a falta de locuras organizadas por terceros, las voy a organizar por mi cuenta y eso suele ser sinónimo de ida de olla, porque a mí con esto de los puertos se me suele ir la mano. ¡FANTÁSTICO!

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