¡Hola a todo el mundo!
Ya estaba claro, como os
dije ayer, que Los 10.000 del Soplao se cambiaba de fecha y se
celebrará el 10 de octubre, con lo que el reto que tenía en mente
para este año quedaba cojo. Pero hoy ya se ha confirmado que la BIBE
TransBizkaia se cancela cosa que, por supuesto, no me pilla por
sorpresa.
Como era algo que se veía
venir desde hace dos o tres semanas, hace unos días empecé a pensar
que si bien era imposible este año realizar un reto como el previsto
en principio (Soplao, 6 de junio, TransBizkaia, 7 de junio) podía
hacer algo lo suficientemente motivante por mi cuenta.
Así que una de las cosas
que se me ha pasado por la cabeza es ir a Cabezón de la Sal. ¿Hacer
el Soplao por mi cuenta? Pues no. Ir hasta Cabezón desde León, con
dos narices. Y es algo que se me ha ocurrido antes del periodo de
confinamiento, no es una ida de olla rabiosa a causa del exceso de
rodillo, para nada.
La verdad es que sale una
etapita muy bonita. Sería salir de León por la Sobarriba, dirección
Barrio de Nuestra Señora para ir hasta Boñar e ir en dirección
Riaño, pasar por Villafrea de la Reina (pueblo de la familia y había
que meterlo en esta entrada aunque fuese con calzador) y llegar al Puerto de San Glorio. Parte leonesa de la etapa.
A partir de ahí y siendo
esta la parte cántabra de la ruta, prácticamente ya nos metemos en
el circuito del Soplao porque se llega a Potes tras el largo descenso
del puerto de San Glorio, y ya nos meteríamos en la zona que yo
considero más dura del Infierno Cántabro y por ende, de esta ruta
que me ha sacado de la manga. Se enlazan el Collado de Hoz, Collado de Ozalba y Collado de Carmona. Por supuesto la dureza de este
encadenado, a parte de la propia de los puertos, radica en lo que ya
se lleva en las patas.
Qué duro se hizo El Infierno Cántabro del 2019...buuuufff qué cara... |
Cuando se llega a Cabezón
de la Sal, los números hablan por sí mismos. 220 km más 3600
metros de desnivel positivo o alguno más. En cuanto tracé la ruta
se me empezó a hacer la boca agua, la verdad, así que lo más
probable es que haga la etapa con casi total seguridad.
De esta forma puedo
anunciar alto y claro que he encontrado reto para este año. ¡Qué
ganas de que llegue el día! Me parece que va a ser el típico año
en el que a falta de locuras organizadas por terceros, las voy a
organizar por mi cuenta y eso suele ser sinónimo de ida de olla,
porque a mí con esto de los puertos se me suele ir la mano.
¡FANTÁSTICO!
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