jueves, 19 de marzo de 2020

Diario del estado de alarma: el lado positivo del asunto.


¡Hola a todo el mundo!

Seamos sinceros. En todo esto del estado de alarma y del tener que quedarnos en casa hay muchas cosas positivas. ¿Que no? ¡Que sí, leñe! Se me ocurren varias cosas, de verdad.

Por ejemplo y sin ir más lejos, vuelvo a insistir en que odio fuertemente el rodillo. De verdad que sí. Pero estoy creando una nueva relación con este instrumento sin el cual estos días serían bastante diferentes y bastante peores. Ya no por el ejercicio que puedas hacer con él si no por el hecho de, al menos en mi caso, institucionalizar una hora determinada de ejercicio dentro de un día que podría ser algo mucho más tedioso. Es como que mi cabeza tiene ese momento programado en medio de la jornada y se me pasan los días volando, la verdad.

Otra cosa positiva de todo esto es que estoy recuperando equipaciones que estaban al borde de irse a la basura. Imagino que todos tenemos de esas equipaciones que a lo largo de los años han pasado por diferentes momentos. Primero eran las prendas que más aprecio teníamos. Luego pasaron a un pequeño segundo plano, sin dejar de ser usadas. Hubo un año en el que solamente las usamos algún día porque nos acordamos de refilón de ellas y puede que ese siguiente invierno las utilizábamos para poner debajo de las prendas de invierno. Ya después de eso, se mantuvieron en lo más profundo de un cajón o un armario. Comenzamos a pensar que debíamos de hacer limpieza en ese cajón o armario y puede que alguien os amenazase con tirar ese trapo. “¡¿Cómo que trapo?!”, habréis contestado más de una vez. “Me servirá en algún momento”, he llegado a responder yo. Pues aquí está ese momento. ¡Lo ves, María! Te dije que me haría falta en algún momento el maillot de Etxeondo de hace doce años. ¡JA!

Este podría ser yo haciendo rodillo...
Y al respecto del típico cajón o armario de cosas de bici o, en mi caso, una habitación entera dedicada a mi particular enfermedad ciclista, que a veces se confunde con el síndrome de Diógenes, estos días son perfectos para hacer una buena limpieza. La verdad es que ese espacio que yo tengo reservado para el mundo ciclista, se me está yendo de las manos. Que si una cámara pinchada que “ya repararé uno de estos días”, que si ese perchero en el que está toda la ropa de invierno colgada que “ya ordenaré un día, no te preocupes”, que si esos colgadores de bicis nuevos que “colgaremos esta semana” y así seguimos con la madriguera ciclista como si hubiesen entrado en casa en busca de micrófonos o algo así.

Otra cosa que nos vendrá bien a la mayoría y hablando de preparación física para variar un poco, es que seguramente le prestemos más atención a nuestro tren superior que tanto olvidamos nosotros los ciclistas. Alguna vez sí que nos da por ahí, sí que le prestamos un poco de atención a eso de hacer abdominales, hacer algo de hombro, brazo o cosas así pero se nos pasa rápido ese ímpetu. Muchas veces con tanto entrenar sobre la bici llegamos a casa con cero ganas de nada más y nos vendrán bien los abdominales, tablas de ejercicios y de más mandangas que seguro estamos haciendo estos días.

Seguro que a vosotras y vosotros se os ocurren un montón de cosas positivas que puede dejarnos todo este periodo diferente e inédito que nos esta tocando vivir. Y sólo me he puesto a hablar del mundillo ciclista porque yo, que soy un positivo ideológico, podría enumeraros un montón de cosas. Así, vuelapluma, se me ocurren, por poneros unos ejemplos, mirar más al pequeño comercio en lugar de tanto a los desabastecidos supermercados, valorar más lo que tenemos y podemos perder del día a la noche, escuchar un disco de principio a final y empaparte de la historia que quiere contarte el artista, disfrutar del limpio ambiente que hay en la ciudad sin tantos humos de los coches, disfrutar del trino de los pajarillos que ahora se pueden escuchar mejor, vamos a tener más tiempo para leer ese libro para el que nunca sacamos tiempo. Son unos pocos ejemplos que se me ocurren pero podría seguir.


Y para terminar de manera positiva que es como hay que afrontar este asunto, deciros que como dice mi padre, nunca llovió que no escampó, es decir, que esta situación pasará. Sólo hay que tener un poco de paciencia. Mucha fuerza y mucho ánimo, compañeros y compañeras. Ya queda un día menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario