martes, 5 de febrero de 2013

La falta de tiempo del día a día.

¡Hola a todo el mundo!

Hoy ha sido el típico día en el que si hubieses podido contar con dos horitas más, hubiese sido genial. Tenía varios planes en mente de lo más normales. Es más, eran cosas propias del día a día pero que tenía que hacer, como hacer la compra y cosas así.

Pero dos eran obligatorias. Una era salir a rodar un poco y la otra dormitar todo lo posible ya que tengo turno de noche y todo lo que duermas por el día, facilita la noche.

A media mañana me salta el aviso del "uasap". El grupo de la Grupeta Cicloturista León. "Yo salgo a las 15:45, ¿quién se apunta?". En menos de cinco minutos ya nos apuntamos como unos 5 ó así. Seguro que lo pasaríamos bien, de eso no había duda.

Pero a mí, todo esto me pilló con pijama y dormitando. Miré el reloj y pensé "¡pero si aún son las 12!". Ahora reconozco que fui un insensato. Me dejé atrapar por el sofá como un principiante.

Tenía que ir a hacer la compra, así que me desperecé. No miré ni la hora porque estaba totalmente seguro de que me daría tiempo a ir a la cita con los compañeros. Que si unos yogures, que si unos plátanos, que si unas birras, que si leche...Así se iban pasando los minutos en el "super".

De repente me dio por mirar el reloj. "¡Pero cómo que las 15:00!" Me quedaba comer, llegar a casa, vestirme y acudir a Sanyrés. Conclusión. Tenía que comunicar a los chicos que yo causaría baja.

Como mi intención era la de salir a rodar, tras esta imprevisión temporal lo más seguro era que lo haría en solitario como así resultó ser. La ruta por la que circularía tenía que ser lo suficientemente atractiva para motivarme. Hoy quería castigarme un poco. Al fin y al cabo ya estamos en febrero y hay que empezar a ponerse un poco serio.

Decidí ir por la carretera de Santander, subir Castrillino, meterme en la Sobarriba dar unas vueltas por esa zona, llegar hasta el Condado, para volver a rodar por la Sobarriba y volver a casa. Me encanta ir por aquí. A parte de ser una zona pegajosa para andar en bici, con asfalto rugoso y continuos repechos, la circulación no es muy elevada, así que te permite hacer unos entrenos bastante curiosos.

En todo momento fui muy bien y, como digo, apretando el ritmo siempre que podía. Subiendo me sentí fenomenal. Seguramente, esto se debió a que yendo solo, podía respetar más las pulsaciones a las que debía de ceñirme y no pasarme de vueltas como ocurre siempre con la Grupeta, que en algún momento siempre la preparamos y nos revolucionamos demasiado.

Entre otras razones, el día fue genial porque  rodé por una de las carreteras rectas que más me gustan. La del Condado. Por ahí hice como 10Km. Es una vía con un asfalto en perfectas condiciones, un arcén amplio y limpio, no demasiado tráfico. Vamos, que lo tiene todo para acoplarse y disfrutar de la bici como así hice yo.

Llegué a casa con la sensación del trabajo bien hecho, con aún mucho tiempo para dormitar y con una llamada perdida del Buka, que no escuché, para ir al encuentro del resto de Grupeta.

Hoy no pudo ser, pero hay más días que sandías.

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