¡Hola a todo el mundo!
Hay veces que salir a hacer ejercicio con olas de frío polar es emperrarse en sufrir pero ¡qué queréis que os diga! Al fin y al cabo, el deporte es uno de los principales motores de mi vida, así que no me puedo quejar, pero sí intentar describiros las sensaciones.
Debido al mayor enemigo del cicloturista medio, esto es, la falta de tiempo, estos días ha tocado salir a correr. Ayer hacía frío sin más, pero hoy el frío parecía estar intentando arrancarte el alma a cada bocanada de aire congelado que inhalabas.
Puede parecer un sufrimiento innecesario del todo, pero no creo que lo sea. Ese era uno de los principales pensamientos de la sesión de trote de hoy. Al fin y al cabo, ¿hubiese sido mejor quedarme en casa viendo por la tele o el ordenador cómo otra gente vive la vida por mí?
La conclusión es que si hay que pasar un poco de frío, pues se pasa, que tampoco ocurre nada. Por lo tanto, y a pesar de que la entrada de hoy resulte muy corta, el mensaje que quiero transmitiros es que no permitáis que nadie viva la vida por vosotros. Jamás.
Muchas veces escucharéis a gente diciéndoos que no hagáis eso o aquello, o simplemente que ellos en tu lugar harían esto o lo otro. ¿Sabéis qué pienso cuando escucho eso? Pues que lo hagan, porque yo, como dueño de mis propios actos (buenos o malos) tomo mis propias decisiones. Vivo mi vida.
Insisto. Que nadie viva vuestra vida, que sólo tenemos una.
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