¡Hola a todo el mundo!
Tras los últimos días de enfermedad y con la perspectiva de ver que aún me queda alguno, ayer no aguanté más y salí a dar una pequeña vuelta con la bici. He aguantado tres días enclaustrado en casa, ¡¿qué queréis?! No aguantaba más.
Puede que a muchos les parezca una locura, pero no lo fue tanto. Ya no me encontraba tan mal, la temperatura no era muy fría y al fin y al cabo hice 40Km. Una miseria.
Es impresionante cómo transforma tu cuerpo un catarro fuerte. Bien es cierto que antes del catarro estaba lejos de estar en mi mejor estado de forma. Este año estoy retrasando ese momento. Pero al rodar hoy, comprobé que este virus me ha dejado como si un camión me hubiese pasado por encima.
Comencé asentándome en la carretera, cogiendo confianza y todo eso. Como la costumbre es mucha, todo este proceso me llevó unos 3 minutos. Después de esto tenía que encontrar sensaciones como diría un profesional.
Lo primero que me sorprendió fue que el pulso no me subía demasiado. Esperaba que al empezar a calentar, el pulso se me pusiese rápidamente en 125ppm o algo así, pero no. Se mantenía en 110 más o menos. Me pareció fenomenal, así que mantuve el ritmo. Lo que pretendía era llevar una cadencia muy alta y, sobre todo, sudar lo malo que tenía dentro. Estos dos objetivos los cumplí perfectamente. Al final de la rutilla, la media de cadencia fue de 96 y llegué con la camiseta térmica empapada. Como no me detuve para sacarme friki-fotos ni nada, no me enfrié, que era uno de mis miedos.
Cosa distinta fue afrontar el repecho del día. El puerto "primera-especial" era una subida de 300 metros. Ahí noté que a las piernas les faltaba ese toque de potencia. Al fin y al cabo sigo malo, por lo que creo que será normal.
Lo mejor de la salida fueron los 10 últimos kilómetros que los hice por llano. Ahí me calenté y mantuve una media de 35 km/h todo ese trozo. Esto me hizo llegar plenamente satisfecho. "¡Cómo la he petao!", pensé. Aunque luego recordé lo que estaba haciendo el año pasado por estas fechas y me vine abajo...Por estas fechas, pero hace un año, ya estábamos sacando rutas de 120Km y con ritmos y subidas buenas. Mejor no pensarlo.
Por lo demás, todo correcto. Como me gusta tanto andar en bici, las mejores sensaciones de la tarde fueron tener el sol otra vez sobre la cabeza, notar el viento en la cara...ya sabéis. Todo eso que hace del ciclismo algo tan genial.
Os seguiré contando. ¡Nos vemos!
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