jueves, 29 de marzo de 2012

Lo he pagado.

¡Hola a todo el mundo!

El día, después de una mañana muy animada en diferentes aspectos, se presentaba bien. Buena temperatura y nada de viento. Ideal para hacer una buena ruta y recuperar los días pendientes de la semana pasada. En principio iba a rodar yo solo por uno de los tesoros del cicloturismo. Uno de mis preferidos, todo sea dicho de paso. Una llamada de teléfono entra en mi vida, la cual, cambiaría la tarde. Buka.

-¡Oye! ¿Qué tal?
-¡¡Bien, pájaro!! ¿El sillín?
-Roto y reparándose. ¿Sales hoy?
-¡Claro!

Y bla bla bla...Como os podéis imaginar, quedamos para rodar juntos. Genial, porque el cicloturismo, bajo mi punto de vista, tiene mucho de social, así que saliendo solo, poco iba a tener de este ingrediente.

Íbamos a ir por una ruta por la que no solemos ir mucho los miembros de la Grupeta Cicloturista León en su conjunto, pero que a Buka y a mi, por lo que hablamos hoy, nos encanta. Esta ruta de la que os hablo transcurre en su primera parte, por un terreno rompepiernas 100%, en su segunda parte, por el paraíso que os comento, en su tercera parte, que podemos unir con la anterior, una subida sin rampas pero que te castiga dados los kilómetros y en su parte final, unas rectas que llegan a agobiar. Muy completa como veis.

Comenzamos la ruta y Buka y yo, no paramos de hablar como cotorras. Que si esto, que si lo otro, que si lo de más allá. Me gustaría deciros que paramos de hablar y entrenamos super fuerte....qué demonios!!! no me gustaría deciros eso!!! Estuvimos hablando todo el rato muy animadamente y lo hemos pasado genial!! Bueno, hasta el km 35 más o menos, aunque eso os lo cuento más adelante.

Ahora lo que toca es comentaros que estuvimos poniéndonos al día después de que ayer, con motivo de su machacón ruido en el sillín, tuviese que darse la vuelta, mientras que nosotros nos arreamos un entreno muy bueno y, ahora sé que, demasiado fuerte después de estar cuatro días parado.

Como os comento, ayer mismo tuvimos una ruta fantástica. Sin quererlo ni beberlo, la alargamos y nos salieron más de 80 km. La distancia no fue el problema. Seguro que lo fue el ritmo enloquecido con el que fuimos y, como yo me vi poseído por el espíritu del ansia viva, pues no me di "mus" y lancé varios órdagos.

Lo que nunca te acaban de explicar en la cafetería de la facultad es que, cuando te lanzas varios órdagos después de estar varios días en la biblioteca estudiando a lo loco y sin jugar a las cartas, el primer día te pides el carajillo con gran ilusión y te crees un tahúr de primera categoría. Acabas medio pedo por el carajillo y sin piedras en tu lado.

Pues hoy me ha pasado algo muy parecido. Después de forzar más de la cuenta ayer tras el parón, pues hoy lo he pagado con una rodilla hecha añicos. ¡Cómo me duele! ¡Y pedaleando, ha sido un infierno!

En la parada del día, donde aprovechamos para recargar el bidón y comer algo, como anécdota, hoy Buka me ha dado a probar una de las famosas "barritas". No las conocía (sí, soy de esa gente que prefiere comer fruta) y hoy ya lo he hecho. Os voy a decir una cosa. Las de Buka eran de frutas del bosque, por tanto, color chicle de fresa. Sabéis que cuando éramos pequeños, en plena experimentación con todo, hacíamos mezclas que a veces salían bien y otras muchas, salían fatal. Recuerdo la nocilla y el chorizo, caramelos con lentejas y muchas más atrocidades que ahora mucha gente llama "cocina de autor". Hoy, gracias a mi amigo, he revivido una de esas mezclas, porque la barrita que me dio a probar (muy buena y efectiva, por cierto) era lo mismo que cuando mezclabas chicle de fresa con galletas maría. Lo mismo señoras y señores.

Pero bueno, a lo que iba. Un poco antes de llegar a este punto, notaba que la rodilla derecha iba, sí, pero me molestaba un poco. Después de hacer el parón, se ve que se enfrió algo y más me molestaba. A los pocos kilómetros y tras dejar atrás La Vecilla, el dolor ya era evidente, así que aflojé el ritmo un poco, aunque podía continuar.

Después de una bajada y habiendo pasado Robles de la Valcueva, ya comenté a Buka de me dolía la rodilla. Ahora tocaba buscar explicaciones para este dolor. Era realmente molesto aunque lo podía llevar.

-Yo creo que como cambié de zapatillas y ayer forcé, pues la rodilla está cantando.
-Pues yo creo que llevas alto el sillín.

En cualquier caso, y esto para los no iniciados, la biomecánica es algo de suma importancia en el ciclismo. En mi época de atleta, cuando cambiaba de zapatillas, lo único que buscaba era que fuesen unas deportivas baratas y, también, buenas (siempre intenté combinar ambas cosas con mayor o menos fortuna) En la bici, además de esto, al cambiar de zapatillas, cambias la posición de las calas que se enganchan al pedal automático, pudiendo modificar radicalmente la forma y manera de la pedalada. También la altura del sillín es tremendamente importante junto con el conjunto de geometrías de la bicicletas. Pensabais que era dar pedales y punto, ¿verdad? Pues en parte es eso, pero también hay que cuidar más detalles.

Para poneros en situación y teniendo en cuento el párrafo anterior, os comento que esta año he cambiado de zapatillas y de bicicleta, con lo que mis viejas posturas, buenas o malas, se han variado seguro, así que por algún sitio tenía que emerger el cambio. Junto al sobre esfuerzo de ayer, creo que me he trincado la rodilla.

De camino a casa, según pasaban los kilómetros, el ritmo bajaba y bajaba y el dolor subía y subía. Hasta tal punto que no podía completar el giro de rodilla de la pedalada. Qué dolor.

He de señalar dos cosas. Antes de que el dolor fuese extremo, una sorpresa, en forma de coche, se topó con nosotros. ¡Juanjo! Venía con un amigo, de darse un palizón en la BTT (para mi la"pisapraos")

-Sube al coche Dani.
-No te preocupes Juanjo. Gracias.

En ese momento podía pedalear. Lento, pero podía.

La otra cosa a señalar es que sin el apoyo psicológico y operativo de Buka, puede que siguiese aún por ahí, tratando de volver a casa.

¡¡¡MUCHAS GRACIAS A LOS TRES!!!

Por lo demás, poco más que señalar. Que creo que mañana me va a tocar descansar de manera forzosa y que de camino a casa, gasté el dinero de emergencia, en lugar de en un refresco y una chocolatina en una gasolinera, en una crema para la rodilla en una farmacia. No somos nadie.

¡¡¡Un saludo a todos!!!

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