sábado, 24 de marzo de 2012

El ansia viva.

¡Hola a todos!

El otro día, mientras rodaba junto con toda la Grupeta Cicloturista León, uno de sus miembros, Raul, ese compañero versátil donde los haya (no en vano practica triatlón) me sugirió un posible tema del que tratar en una entrada. El "ansia viva". Me pareció una gran idea, así que esta entrada es tan mía como suya. 

En alguna ocasión, he hecho referencia a este término, podríamos decir ciclista, aunque puede ser extrapolado a otros terrenos. No me va a ser fácil definirlo con palabras porque, sobre todo, es una actitud ante diferentes situaciones, pero a partir de ahora, me centraré en el cicloturismo.

Una primera definición sencilla que se me ocurre del ansia viva es cuando todo repecho, todo relevo o todo kilometraje se te quedan cortos. Quieres más pero, al saber que no hay más cera que la que arde, procuras que esa cera que está ardiendo, lo haga de una manera brutal.

Estoy seguro que todo cicloturista se ha encontrado con la siguiente situación. Has quedado con la grupeta de turno. Después de los primeros saludos, comenzáis a rodar. Primeros kilómetros para calentar pero notáis cómo en mitad de grupo hay un compañero que parece que va con el freno echado. Habla poco y parece estar esperando una señal para saltar del grupo o, de una manera u otra, tomar cierto protagonismo, pero no quiere quedar de listo.

Algún otro compañero acelera el ritmo y esa es la señal que estaba esperando el anterior cicloturista de mitad de pelotón. Cuando se pone en cabeza, todo el grupo se da cuenta, porque se terminan las palabras. Se produce el silencio del esfuerzo. El ritmo es alto y no deja que nadie le dé un relevo. Tira de desarrollo porque se siente fuerte y con ganas.

Este es un claro ejemplo de ANSIA VIVA. 

Se puede producir la misma situación pero cambiando la señal de aviso. De un cambio de ritmo, ahora pasamos a una subida. Todos muy ordenaditos dentro del grupo e incluso llevando un ritmo bueno, pero llega la subida del día y a algún compañero le cambia el chip. Le entra el ANSIA VIVA. Sube, sube y sube sin piedad, sin mirar hacia atrás y con el firme propósito de que nadie le haga sombra. Esta situación es especialmente peligrosa cuando le ocurre lo mismo a dos o más personas. Aquí entramos en otro fenómeno denominado PIQUE, en el que un reducido grupo de personas con ANSIA VIVA crean, sin previo aviso, una minicompetición en una subida.

También nos podemos encontrar con un grupo entero lleno de ANSIA VIVA. Es distinto al PIQUE porque no compiten entre sí, sino que toda ruta se les queda corta en kilómetros y dificultad. Estoy seguro de que en todos los lugares hay una grupeta famosa por esto. Sí amigos, ya sabéis. Esa en la que nadie puede entrar sin un periodo de adaptación de tres o cuatro años de profesionalismo. De una u otra forma os enteráis de las rutas que hacen. Que si 160 km con 2000 metros de desnivel a medias superiores a los 32 km/h. Se ve claramente que tienen el ANSIA VIVA cuando les preguntas que qué tal les fue en esa ruta y la respuesta es algo así como:

-Nada bien, de tranquis. Podéis venir cuando queráis.

También puede darse otra situación en la que aflora, de una manera muy clara, el ANSIA VIVA. Le ocurre a todos aquellos que, por distintos motivos, que van desde laborales hasta familiares, no tienen la posibilidad de salir a rodar varios días a la semana y tienen marcado en el calendario alguno en especial. Sábados y domingos fundamentalmente. Cogen con tantas ganas la bicicleta que es inevitable que el ANSIA VIVA no aparezca. A estos compañeros, los que les suele calmar es la perspectiva de una ruta larga. En cuanto pasa de 100 km ya van más relajados, pero si no llega a 100 km, que todo el mundo se prepare porque la media va a ser elevada.

Mi opinión del ANSIA VIVA, a pesar de lo que pueda parecer por mi visión del cicloturismo, es positiva. Yo la entiendo como algo sano entre colegas. Además, soy de la opinión de que todos aquellos a los que les entre el ANSIA VIVA libres son de seguir para adelante y, de hecho, a mi no me parece mal, pero como todos somos unos locos del pedal, acabamos siguiéndoles. Probablemente, el estado de forma que podemos tener, se deba en gran parte, a la introducción, de una manera directa o por proximidad, del ANSIA VIVA. 

Muchas gracias y espero que os guste.

P.D. Como seguro que existe alguna otra definición del ANSIA VIVA que se me ha pasado o, sencillamente, no conozco, en los comentarios se agradecerán todas las aportaciones.

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