miércoles, 22 de febrero de 2012

Grupeta Cicloturista León: "No me preocupa una subida de 2 km, sino una de 23"

¡Hola a todo el mundo!

Hoy, como podréis observar en el calendario de eventos que he instalado, a modo de novedad, en la parte final del blog, había salida de la Grupeta Cicloturista León. El día era propicio. Unos impresionantes 15º presidían la tarde primaveral de la que gozamos hoy.

En el punto de encuentro, hoy éramos un montón de gente para lo que suele ser habitual. Rondábamos la decena de personas. Todos con ganas de apretar las tuercas de la preparación de cada cual.

La ruta de hoy era lo suficientemente exigente como para saber de ante mano que, al llegar a casa, íbamos a estar satisfechos del trabajo realizado, y os aseguro que hoy hemos hecho un buen trabajo. El perfil de hoy contaba con dos buenas subidas. La Hoja y la subida de Olleros (por la Magdalena)

Comenzamos de manera animada, pero sin olvidar que estos primeros kilómetros son los de calentamiento y chascarrillos. Donde más bobadas decimos es aquí (será porque venimos frescos). La verdad que, además de esto, hoy tuvimos que lidiar con los coches, a los que no sé qué les ha podido pasar hoy, porque nos han dado unas pasadas de estas que te hacen pensar...¡terrible!

Llegamos a La Hoja, y yo, con mi nuevo juguete (el pulsómetro) subí genial. Sin forzar en exceso, pero apretando. Además, subí junto al gran César, que va como un toro, y siempre te exprimes un puntito más. En la subida nos cruzamos con un sub-23 que se unió a nosotros. Venía de darse un palizón impresionante. Hoy llegó a casa con unos 160 km. Eso es otra guerra. Pero como vio que no vamos despacio, pues se vino. Siempre está genial tener gente nueva.

Seguíamos comiendo kilómetros y el siguiente plato del menú era la subida de Olleros. Es la típica que como tiene buen firme y es ancha, pues no le das más importancia. Metes el plato pequeño porque ves que la gente lo hace. Perece que te vas atrancando, así que subes algún piñón, para mantener la cadencia. Pero parece que sigues atrancado, así que te pones sobre los pedales. Es en este momento cuando te das cuanta de que has subestimado a la subida de Olleros. La primera vez que la subí (hace años ya) esto fue lo que me pasó.

La experiencia, como madre de la ciencia que es, hace que, según tomas el desvío de esta carretera, ya metas plato pequeño y un piñón no demasiado pequeño. En la parte de atrás, íbamos Jorge, Fernando y yo que, según vimos entrar a la Grupeta en la subida, pensamos que hoy se trajeron el ardor guerrero, así que, poco a poco, empezamos a alcanzar cadáveres que, por su propio peso, iban cayendo.

Fue en esta subida donde Fernando, Jorge y yo hicimos la reflexión del día. No nos preocupa la subida de Olleros. La tenemos respeto, pero son 4 km al fin y al cabo. Lo que nos preocupa son los puertos de 20 kilómetros. De ahí que ahora estemos midiendo los esfuerzos. Carrera que el galgo no da, la tiene en el cuerpo.

Cuando coronamos, y después de reagruparnos, iniciamos la rápida bajada que nos conduciría a La Robla, que os recuerdo, será inicio de etapa de La Vuelta (qué fuerte). Desde La Robla a León, vinimos como tiros. Yo quería probar mis nuevos desarrollos en el llano. Ya he visto que van bien para subir, pero al pasar de un plato grande de 52 a otro de 50, pues tenía miedo de quedarme corto. Hoy he visto que no, porque me he puesto a tirar del grupo unos cuantos kilómetros y la cosa va bien.

Conclusión del día. Hoy hemos hecho un gran trabajo. Muy buen ritmo, estupenda ruta, fenomenales sensaciones y, como de costumbre, risas.

Un saludo a todos!

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