martes, 28 de febrero de 2012

El tiempo pasa. La cosa mejora.

¡Hola compañeros y compañeras del pedal!

Hoy, por primera vez en varios días, tenía la intención de salir en solitario a rodar. Mi plan era castigarme un poquito, con un par de buenas subidas a buen ritmo, y el resto que no fuese subida, buen ritmo cardiaco (150ppm). Vuelvo a insistir. El tamagochi mola un montón.

La primera subida fue Olleros por la variante. Cuenta con una parte final de unos 2 km al 7% que se hacen duros. Y la segunda subida, fue una de mis ascensiones de cabecera. El Cillerón. Un bonito pinar te acompaña durante el ascenso.

Este era el plan y, en parte, lo seguí a rajatabla. Digo "en parte", porque poco antes de salir al castigo, recibí un mensaje. Era Juanjo, integrante de la Grupeta Cicloturista León. Quería soltar piernas, pero entre que ese no era mi plan y que yo no tenía mucho tiempo, porque había quedado, pues tuvimos que dejarlo para otro día. No obstante, Juanjo iría a mi encuentro, por lo que parte del recorrido, no lo haría solo.

Así que, con este menú, inicio la ruta de esta tarde. La temperatura era buenísima para la práctica del ciclismo, pero no tan buena para nuestros bosques, porque al poco de salir de León, en el horizonte se veía una columna de humo. Miedo me da que fuese un incendio. Espero que llueva dentro de poco. Tendremos que tirar de rodillo, pero sería algo muy positivo para todos.

Después de los primeros 10 kilómetros a modo de calentamiento, comienzo a apretar el ritmo. Me pongo en bielas y lanzo la bala roja. Me siento, mantengo el ritmo y así hasta La Robla. Según van pasando los km, veo que tengo muy buenas sensaciones. Voy lanzado y las pulsaciones por su sitio. El invierno está saliendo bien.

Pero como hace calor y voy fuerte, bebo y bebo agua, por lo que se me vacía el bidón. Sin problema. Hay una fuente junto a la térmica de La Robla, así que sólo tengo que llegar allí. Me paro ante la fuente, después de unos primeros kilómetros frenéticos. No tiro el culín de agua que me queda. Manías de señor mayor. Antes de comprobar si hay agua en la fuente, el poco agua que me quede, no lo tiro nunca. Pero no hay problema, porque en esta fuente siempre hay....¿¿¡¡QUÉ!!?? SECA. NO WATER MY FRIEND.

Bueno, pues sigo la ruta con la esperanza de encontrar alguna fuente y con el culín de agua en el bidón. Objetivo. Subida de Olleros. Dura y con la idea de hacerla a tope. Al poco de comenzarla, veo una fuente. La típica de los parques, en la que, gracias al dedo pulgar, la gravedad, la creación de una parábola acuática y la paciencia de un servidor, consigo llenar el bidón al más puro estilo, "número de la cabra".

Continúo con la subidina. Llego al desvío de Olleros de Alba, lugar por el que se suele ir para suavizar la ascensión, pero hoy paso de largo y me meto entre pecho y espalda los 2 km, más o menos, de dura pendiente que tiene la variante. Subo fuerte, pero controlando el tema de las pulsaciones. Resultado de la ascensión:

Heavy cicloturista!!
El resultado fue positivo, porque, como veis, me quedaron fuerzas para hacer una foto y un poco el gaita. Pero muy buenas sensaciones. Ahora, tocaba bajar como un tiro con la bala y, sin descanso, subir el Cillerón.

Tomo el desvío correspondiente y empiezo el último pulso contra la gravedad. Me encanta la subida al Cillerón. A la izquierda te acompaña un pinar y a la derecha un bonito paisaje. Tiene un arcén cómodo y el tráfico no es excesivo.

Después del descenso anterior, no empiezo la subida con buena cadencia. Me noto atrancado y sin ritmo pero, como la experiencia es un grado, dejo que las patas se vayan aclimatando al esfuerzo. Otros años hubiese empezado a ponerme en bielas, hubiese movido piñones arriba y abajo. Pero este año me estoy sorprendiendo a mi mismo con ciertas actitudes encima de la bicicleta. Me noto más sereno y templado. Bien al fin y al cabo.

Como pensaba, las piernas finalmente se acoplan, cogiendo ritmo y velocidad. Gran cadencia, buenas pulsaciones y mejores sensaciones. Este es el resumen de la ascensión.

Sin más dilación, empiezo a afrontar la última parte de la ruta, en la que me esperaba encontrar con el gran Juanjo. Justo cuando paso por el desvío del 18, allí aparece. Venía de soltar piernas tras subir La Hoja!! Ya verás cuando las deje de soltar!! No va a haber quien le siga!!

En una animada conversación, llegamos a León. La conclusión es que he completado un buen entreno, en el que he tenido buenas sensaciones y, lo mejor, encontrarme con Juanjo. Menuda peña que nos estamos juntando.

Un saludo a todos!!

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