miércoles, 15 de febrero de 2012

Siempre te llevaré en el corazón.

¡Hola a todo el mundo!

Ha llegado el momento que tanto me temía. No me lo podía ni imaginar hace un tiempo. Nunca fuiste la mejor en cuanto a prestaciones, pero conseguiste hacer que tuviese una afición grandísima.

¿Recuerdas la primera ves que nos vimos? Éramos tan jóvenes ambos....Tú allí, colgada, esperando que llegase alguien con ganas de disfrutarte. Yo allí, ilusionado, con ganas de disfrutar. Nos encontramos en el momento adecuado.

¿Recuerdas el día que salimos a rodar por primera vez? ¡Qué locura!Tú no sabías quien era el tipo que estaba encima de ti. Yo no tenía ni idea de cómo disfrutarte, pero, sin embargo, te disfruté al máximo. Y ya desde ese día no pude parar.

Tengo que pedirte perdón por muchas cosas. Recuerdo que, al principio, te limpiaba después de cada salida. Acariciaba cada uno de tus radios, sacándoles brillo, como si de partes de mi propio cuerpo se tratasen.

Seguía pasando el tiempo y nos estábamos haciendo grandísimos compañeros. ¿Recuerdas el día que te cambié de zapatos? ¡Cómo mejoramos! Nos gustaron tanto que hoy día, aún los tienes puestos...


...salvo el zapato de atrás. Te hacía daño. Era muy bonito, pero te hacía daño. Radio tras radio, todos se iban rompiendo.

¿Llevas la cuenta de la cantidad de kilómetros que llevamos hechos, vieja amiga? ¿Y los lugares que hemos visitado? ¡Qué recuerdos! Montañas, pantanos, llanuras, playas...y siempre felices. Juntos.

Puerto de Vegarada
Ha habido ratos que no lo hemos pasado nada bien. ¿Recuerdas alguna de mis pájaras amiga? (¡Te he dicho que no menciones la de Luz Ardiden! Que ahora nos están oyendo) Alguna hemos vivido amiga.

¡Ya tuviste que cascarlo!
Sin embargo, los dos sabíamos que el tiempo iba pasando. Alguna vez enfermabas. Te llevaba al mecánico y, por regla general, no eran cosas graves. Hasta el día del pedal. ¿Te acuerdas cuando se rompió en plena subida? ¡Menudo guarrazo que pegamos!

Eso fue el toque de atención que a mi me puso en alerta. Tu material estaba fatigado vieja amiga. Ahora era yo quien debía de velar por ti, pero cuando hace dos semana empezaste a hacer ese ruido en el eje pedalier, mis temores se estaban empezando a hacer realidad. Debía de buscar una nueva amiga que sustituyese tu lealtad inquebrantable. Nunca será igual que tú. Sólo distinta. Ha de ganarse aún mi corazón.


Sólo puedo decirte una cosa. Gracias. Muchas gracias por hacerme sentir libre. Por hacerme sentir feliz. Por mantenerme en forma. Por permitirme conocer a gente. Por conocer mis límites. Por esto y por muchas cosas más, MUCHAS GRACIAS.

Nunca te olvidaré. Siempre estarás en mi pensamiento y prometo no olvidar con quién empecé en esto.

Gracias amiga.
Gracias.

2 comentarios: