lunes, 20 de febrero de 2012

Una de pulsómetros y velocirraptores.

¡Hola a todo el mundo!

Hoy domingo, como no podía ser de otra manera, había ruta oficial del Club. Muchos eran los motivos por los que tenía ganas de esta salida. Vería a miembros habituales de la Grupeta Cicloturista León, comentaríamos la jugada del día anterior y veríamos a otros tantos compañeros de club.

Si es que, hasta ya estuvimos charlando acerca de qué hacer el próximo sábado. No tenemos límite, pero es que nos lo pasamos tan bien...

Como ya han comenzado las rutas puntuables del club, ya disponemos de la posibilidad de elegir entre una larga y otra corta. Hoy, yo salí en la larga con la clara intención de probar el tema del pulsómetro. Me explico.

En la ruta larga sale gente de mi categoría (Máster 30). Yo, salvo en baloncesto, no he competido nunca, así que estoy pez en este tema. Los domingos, yo no me los tomo como una competición ni mucho menos, pero desde luego que, alguno que otro, miro a ver cómo estoy. En qué estado me encuentro en comparación con los de mi categoría.

Hasta ahora, todo lo medía según mis sensaciones, pero desde hace un par de días, esto ya no es así. Ha entrado en mi vida....EL PULSÓMETRO....y me encanta!!

A lo que iba. Hoy me probé, en el sentido de ir en el grupo de los Máster. No voy mucho con ellos porque no llego a disfrutar de la bici. Con esto quiero decir que de vez en cuando me presta castigarme, pero todos todos los días, pues no. Y estos chicos, todo domingo van a muerte. El día de hoy ha sido uno en los que me lío la batamanta a la cabeza y voy con ellos.

He de señalar que, durante la primera parte de la marcha (primeros 40 km) se ha ido fuerte, pero no al corte como otras veces, pero de por medio había una subida en la que me establecí un objetivo. Llegar arriba con ellos y mirar cómo se me ponía la patata (corazón)

No sé si finalmente iré a muchas carreras o si tan siquiera iré a alguna, porque me llama más la atención ir a una cicloturista de 250 km que no a una carrera máster de 80 km, pero el pulsómetro ha dicho que estoy muy bien. Problema. Me sobran kilillos, porque a los "peso pluma" de 65 kilogramos, no hay quien les tosa en las subidas.

Otra cosa distinta es bajando y en el llano. Esta fue la segunda parte de la ruta de hoy. En los últimos 30 kilómetros hicimos una media de 42 km/h. Lo mejor de todo fue ver, en un momento determinado en el que miré para atrás,a tres o cuatro de estos escaladores, refugiándose tras mi espalda y la del Buka, que pequeñas, pues no son. Cuando la gravedad no cuenta, la cosa cambia...jejejeje.

Pero la verdad es que todo tiene su punto, porque lo que se vive dentro de un pelotón, porque somos un grupo enorme, es muy curioso.

Al principio, te vas colocando y charlas. Estás muy cómodo hasta que, por un lado de la carretera, ves que hay gente, de la que va rápido, ganando posiciones. Es en este momento cuando subes la cabeza y se cumple lo que temías. Se ponen a tirar. Maldición...Se acabó lo de charlar.

Según pasan los kilómetros, y después de la experiencia que te da salir más veces con estos grupos, empiezas a ver cómo los, llamémosles, velocirraptores, ya están muy asentados en determinadas posiciones.

Y aquí es donde entra mi picardía, colocándome detrás de alguna de estas ruedas que sé que no se va a quedar. Sí amigos. Soy de esa gente....Y todo fue porque al principio me ponía a tirar y, cuando llegaba la subida del día, ¿qué pasaba?...Danielín muerto-matao...Así que eso se acabó y, ahora, si hay que chupar un poco de rueda, pues que sea de las buenas, ¿no?

Total, que cuando llega el terreno plano, por el "qué dirán", pues me pongo a tirar un poquito. Entro fuerte en los relevos y todo el tema. Pero vuelvo a mirar el pulsómetro y veo que la patata se acerca al límite aeróbico....así que, siendo febrero, decido que lo de tirar por encima de ese límite, para marzo o abril.

Me piro a la sala de relajación del pelotón. Un bonito lugar en el que hay gente de todo tipo. De los que no salen da ahí nunca, de los que están en la mi misma situación que yo y uno de los chavales de escuelas. ¡Qué majo! Este ya es cadete y puede ir con nosotros sobrao, pero va en la parte de cola del pelotón. Le digo que beba, le pregunto cómo va. Todo bien...Es un fenómeno. Es escalador total, así que se pega a mi rueda.

Sin darnos cuenta, y a estas velocidades, llegamos a León en nada y menos. Una bonita manera de pasar el domingo. De vez en cuando me presta esta manera de entender la bici, pero yo no podría hacerlo todos los días. No tanto por el tema físico como por el tema mental. Pero, dentro de estos pelotones, se viven muchas situaciones especiales y que tienen su encanto. Esto de la bicicleta es un mundo y hay muchas maneras de entenderlo. Creo que todas son muy válidas pero lo que tiene que prevalecer ante todo, es el respeto entre todas ellas.

Conclusión. El pulsómetro está genial y salir con los velocirraptores mola, pero en pequeñas dosis, como el veneno y el perfume.

Un saludo a todos.

4 comentarios:

  1. Hola amigo, te sigo siempre el blog, muy buena entrada. Animo.
    Si quieres podemos hacer un intercambio para los blog (yo pongo tu enlace y tu el mio) ¿que te parece?
    un saludo

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    1. Hola Jandro!!! Gracias por el comentario!! Me alegra que te guste la entrada!!! Gracias!!

      Por mi estupendo lo del intecambio!!

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  2. Hola,ya te vi el domingo dando relevos,aunque te salistes rapido,tienes que entrenar mas fuerte y salir mas con nosotros,el sufrir muchas veces tiene su recompensa

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    1. jejejeje!!

      Amigo anónimo!!! Yo me hago pequeñas pruebas de vez en cuando, porque ir así al corte siempre no está hecho para mi...Soy más fondista que otra cosa...jejejje

      Iba a seguir dando relevos, pero como en dos no entré del todo fácil, pues me fui para atrás, porque si no, iba a acabar estorbando...jejejeje

      Gracias por el comentario!!!!! Ya empezaré a ir más de vez en cuando con vosotros!!

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